La historia no contada de Roland y Miranda

Estaré asalvo a tu lado

Sofía y Hugo vieron la cara de sorpresa en el rostro de Lord Henry, el joven tenía una expresión de intriga y confusión.

~Perdonenme no quería interrumpirlos ¡Sigan con lo suyo!.

~¡No es lo que parece! Él es el prometido de mi hermana.

~No te preocupes Sofía, haré de cuenta que no escuché nada.

Sofía se quedó impactada viendo cómo Henry corría a una gran velocidad.

El duque de Gales se encontraba charlando sobre la situación de su nieta con su hermano.

~Es muy joven y Steven es un hombre mayor, ella merece enamorarse conocer a jóvenes de su edad, divertirse y elegir sabiamente al futuro rey.

~Me parece que puede hacer una elección equivocada.

~No lo creo, ella es una joven racional y muy centrada. Además recuerda lo que ocurrió con Joseph cuando intentamos casarlo a la fuerza.

Un golpe en la puerta se escuchó y el mayordomo dió aviso sobre una nueva visita.

~Lady Elisa de Belgrado requiere hablar con usted.

~Hoy no será, estoy hablando con mi hermano.

~Es sobre Steven, creo que le interesará.

El duque sonrió pensando que por fin  podría salvar a su nieta. El rey estaba casi convencido de cancelar el compromiso y la ayuda de Elisa la liberaría de ese hombre.

~Señorita Elisa, ¿Que la trae por Gales?.

~Verá, escuché recientemente sobre el compromiso de la princesa Sofia.

~Oh es verdad, creo que cometí un error, ella aún es muy joven e inexperta.

~¡Considero que es una magnífica edad!, los mejores matrimonios se planifican a temprana edad.

~¿Usted lo cree?.

~Si además no podrá encontrar mejor partido ¡El señor Steven es ejemplar! aunque lo sería más si contará con un título, algo así como conde.

~Tiene razón debe ser merecedor de mi nieta.

Roland y Miranda habían llegado a Gales, a lo lejos se veía la silueta de Elisa saliendo del castillo con rapidez.

~¿Qué ocurre? Hablo Roland haciendo que la joven lo mirará asustada.

~He venido a interceder por Sofía, pero el rey está empeñado en casarla con ese hombre ¡Siento mucho no poder ayudar!. Hablo bajando la cabeza provocando ternura en Roland.

~¡No te preocupes! Se que hiciste lo que estuvo en tus manos, agradezco tu interés, no me cansaré de decir que eres la mejor mujer. Sonrió tomándola de los hombros.

Miranda lo miro fijamente y el sonrió nervioso.

~Aunque la más maravillosa eres tú Miranda.

Elisa hizo una mirada confiada mientras sonreía despotamente.

~Debo irme, ¡Deja que te dé un beso Miranda!.....Tardaré en volver.

Apenas estuvo cerca de la reina susurro a su oído. ~Ahora tu hija también está arruinada.
Miranda la hizo a un lado drásticamente y Elisa sonrió observando a Roland con cariño.

Realmente la odiaba, era una persona despreciable pero no podía ponerla en evidencia frente a Roland, seguro no le creería por su aparente simpatía así que dejaría que la vida la desenmascarara, tarde o temprano llegaría el momento.

Unos minutos más tarde la pareja fue recibida por el rey y este solo se digno a escuchar las palabras de Roland.

~Sofia, es muy pequeña, aún es una niña, recuerdo que hace poco todavía jugaba con sus muñecas ¡No puede hacerle esto a mi hija!, merece crecer como los demás niños y conocer el verdadero amor.

El rey frunció el ceño al escuchar la palabra “Hija" sentía que Roland estaba pasando por encima de su difunto sobrino.

~Siento mucho ser yo el que le diga estas palabras, pero somos los responsables de Sofía por ser su familia directa, respetamos mucho su reino y opinión pero usted no tiene ningún parentesco con Sofía. Mi sobrino era su padre y al morir, mi hermano y yo por ser los hombres de la familia ¡Tenemos el derecho a decidir su futuro!.

~Entiendo su punto rey Reginald pero Roland ha cuidado y procurado por Sofía tanto como lo hubiera hecho Joseph. Si el problema es el parentesco sanguíneo yo soy su madre y tengo mayor derecho sobre ella. Y haré algo que debí hacer desde el principio ¡Hacer valer mi rol como madre! Así que Sofía volverá a vivir a Encantia junto a mi... donde pertenece y se casará cuando ella lo crea conveniente.

~La princesa Sofia ha escapado, además ya fue presentada ante el pueblo ¡Nosotros no permitiremos que se vaya de aquí! Usted puede permanecer a su lado, pero deberá elegir.

Roland apretó los puños e intento contestar de la manera más cortés posible.

~No es humano separar a una madre de su hija. ¿Se imagina cuánto está sufriendo Sofía?.

~¡No aceptaré nada más! Mi decisión ya está tomada. Así que retirense de mi presencia.

Miranda y Roland salieron furiosos encontrándose en la puerta al duque de Gales.

~¡Si no hubiera aparecido en nuestra vida mi hija no estaría pasando por todo esto!.

El hombre agachó la cabeza e intento aguantarse las lágrimas. No tenía poder sobre su hermano.

~Lo siento... De haber sabido...hubiera preferido no encontrarla.

Esa noche Miranda se encontraba inquieta, al igual que Roland quien tampoco podía dormir, al parecer tenían una problema sin solución.
Cuando por fin pudo conciliar el sueño una voz de hombre hizo que se despertara de golpe. Miranda había caído en un sueño profundo. Roland le dió un beso en la mejilla e intento dormir nuevamente, pero esa voz retumbaba en su cabeza.

Miranda comenzó a soñar que caminaba por los jardines de Gales. Joseph se encontraba a su lado con un traje de color oscuro, mientras Sofía corría alrededor de ellos, era tan solo una pequeña niña de aproximadamente 3 años de edad.

~Mi tío no es un hombre malo, testarudo en ocasiones, pero en general es muy agradecido. Esta en deuda con el señor Steven porque gracias a él pudo encontrarnos, pero la más mínima falla de su parte será su perdición.

~¿A qué te refieres?.

~La avaricia......

Miranda abrió los ojos de golpe provocando que Roland se asustara

~¿Qué pasa?

~¡Se como hacer que Steven se aleje de la familia de Sofía!.

~¿Como?.

~Joseph me lo dijo. Debe estar muy preocupado por Sofia ¡Apesar de todo siempre estará con nosotras y nos protegerá!.

~Aun no entiendo a qué te refieres.. titubeo observándola a la cara.

~Solo tenemos que hacer que cometa un error, el más mínimo será su perdición y Sofía será libre.