Mártir Hereje #2-Justicia Divina

TRAICIÓN ETERNA

— Fue tan fácil engañarte, así como fue fácil engañar a Metatrón.

— ¿No te cansas de traicionar a todo el que confía en ti ? — le dije mientras empuñaba mi espada.

—  No soy estúpido — respondió —. Sabía que en cuanto dejara de ser útil para Metatrón me asesinaría. Por eso cree esa cápsula. Ahora, cada segundo que hablamos una pequeña parte de su poder es extraída y transferida a mí. Y han llegado tarde... llevo tres días conectado a esta máquina.

— Bien, porque vas a necesitar toda su energía para salir en una pieza.

Asderel soltó una carcajada.

— Imbécil. Ninguno de ustedes saldrá con vida de esta estación.

Kushiel de pronto se movió y sacó su katana e hizo un corte dimensional, pero el ataque no fue hacia Asderel, sino hacia los tubos de su espalda, los cuales se partieron y comenzaron a derramar energía como rayos.

Asderel gritó y dos nihilium se transportaron hacia él, pero el ángel se movió a una velocidad tan impresionante que los tomó en el aire apenas se materializaron.

— Esperaba más de estas cosas.

Un nihilium sacó una daga y la clavó en el brazo de Asderel. El otro soldado también sacó una daga y la clavó en el cuello del ángel, el cual volvió a soltar un aullido y arrojó a mis soldados.

Cuando los nihilium se incorporaron se prepararon para decapitar a Asderel, pero él creó una onda expansiva que los envió del otro lado de la sala. Asderel se quitó los cuchillos y sus heridas sanaron casi al instante.

—  Mi turno — dijo, y creó unas esporas de energía que arrojó contra nosotros, pero Kushiel creó un campo de fuerza que absorbió el impacto de las esporas.

— ¡Maldita sea! ¿¡Dónde están mis estigios!?

De las paredes se materializaron cinco estigios como los que resguardaban la entrada y nos rodearon.

— Está bien... Kushiel, ya puedes dejar de jugar — dije en un tono neutro.

El nihilium soltó lo que pareció una leve risita ( fue lo más acercado que he escuchado de su voz ). Lo siguiente que vi fue como Kushiel se desvaneció y de pronto una capa de cortes dimensionales sacudió a los estigios, luego Kushiel volvió a aparecer en el centro del circulo formado por nuestros enemigos y lentamente enfundó su katana, cuando el filo desapareció los estigios explotaron en mil pedazos.

— ¡Imposible!

— ¿Ya quieres rendirte?

Asderel explotó en cólera y comenzó a destruir el lugar con rayos. De pronto lanzó una onda de energía que recorrió toda la estación y el lugar comenzó a colapsar.

— Si muero aquí moriré con todos ustedes...

De nuevo planeaba volar todo en pedazos. Cobarde bastardo.

— Kushiel. Necesito que avises a los nihilium y a los ángeles que se larguen de la base lo más rápido posible. Yo me encargo de Asderel.

El nihilium asintió y se desvaneció. Me volví hacia Asderel y él ya se preparaba con dos espadas de energía en las manos. Yo preparé a Morningstar y la cargué con energía oscura.

— No lograrás salvarte, Araquiel. Te propongo un trato. Deja que me largue y tendrás tiempo para sacar a tus tropas. Tu nihilium no puede sacar a todos tus ángeles.

— No. Esta vez no vas a escapar.

Me lancé contra Asderel con tal fuerza que los dos salimos volando fuera de la base tras romper la ventana que estaba tras la espalda del ángel.

Comenzamos a rodar por el espacio, lanzando energía, mandobles, golpes y patadas. Una de las espadas de energía de Asderel me hizo un corte en el pecho y después respondí con un mandoble que desarmó una de las manos de mi enemigo, luego le solté una patada en el estómago y antes de que el golpe lo hiciera volar, cerré mis garras y las clavé en su abdomen. Luego lo arrojé varios metros lejos. El traidor usó sus alas para estabilizarse y comenzó a toser.

— Creo que te faltó tomar más energía de tu preciado amo.

— ¡Cállate!

Volvió a hacer un berrinche y generó otra onda expansiva que dejó entumecido mi cuerpo en cuanto me tocó.

— Aghh... no puedo moverme.

Asderel bufó.

— Parece que desconecte tu sistema nervioso. Asombroso poder.

¡Idiota! El muy bastardo ni siquiera sabe lo que puede hacer.

— Ya no eres tan rudo, Mártir.

— Sé capaz de enfrentarme mientras pueda moverme y luego hablamos.

— Prefiero la ventaja.

Se movió a velocidad luz y comenzó a bombardear mi cuerpo con golpes fugaces. Luego concentró su energía en un puñetazo que me sacó el aire y me envió a volar muy lejos.

Mientras me alejaba por el impacto, pude  ver una explosión a la espalda de Asderel. La explosión de la base.

— Creo que tus hombres acaban de convertirse en ceniza.

— No...

Asderel se puso frente a mí sacó una navaja y la clavó en mí herida abierta que tenía en el pecho.

— ¡Aghhh!

No necesitaba ver su cara para ver la felicidad en Asderel cuando movió la navaja clavada en mi pecho. La herida lanzó chorros de sangre dorada que impactaron su casco y le dieron un tono psicótico.

— Fue divertido jugar contigo, Araquiel.

Extendió su brazo y materializó una guadaña de energía. De pronto recordé mi entrenamiento con Leliel, cuando había acabado con mi sistema nervioso de un solo toque de uno de sus dedos. "Concentra tu energía".

Asderel estaba a punto de decapitarme cuando mis marcas comenzaron a arder y el cuchillo de mi pecho salió disparado hacia la herida que le había hecho al traidor en el abdomen. Soltó un aullido y la guadaña se evaporó. Recuperé mi movilidad e impacte mi puño contra su cara. Podía sentir como mis heridas comenzaban a sanar mientras golpeaba una y otra vez la cara del ángel.

Intentó golpearme pero detuve su puño y corté su brazo con mi otra mano como si fuera una espada.

— ¡Mi brazo!

Lo giré y le arranqué las alas, luego las prendí en llamas.

— ¡Aaahh!... por favor, basta.

Lo tomé por el hombro e hice que me viera al rostro.

— Araquiel... lo siento. Por favor, perdóname. Te juro que te seré leal hasta mi muerte... pero no me mates. Piedad.

— ¿Quieres redención?

— Te lo suplico.

—Está bien.

— Te lo agrade.... ¡agh!

Antes de que pudiera terminar lo tomé del rostro con ambas manos y comencé a concentrar mi energía tanto angelical como oscura para crearle una combustión interna. Asderel se prendió en llamas desde dentro.

— Aquí está tu redención.