Ambos ejércitos chocaron con fuerza. Los números eran parejos por ambos bandos pero las tropas de Demogorgón eran el doble de salvajes. Incluso los nothum se veían menos sedientos de sangre.
— Justicieros — dijo el ser oscuro —. No toquen a Araquiel, él es mío.
De pronto materializó una enorme hacha de oscuridad. Yo llevé mi mano a mi cintura y desenfundé a Morningstar. Ambos nos quedamos uno frente al otro, mientras el campo de batalla a nuestro alrededor se manchaba de sangre dorada e icor demoníaco.
Lancé el primer ataque con fuerza y Demogorgón bloqueó a Morningstar, luego intentó tomarme con su mano derecha, la cual estaba extendida con largas zarpas hechas de oscuridad. Me libré y me hice hacia atrás.
— Decepciona ver tu estilo de combate — comentó — aunque claro, debe ser el miedo. Pude olerlo desde el otro lado del portal.
Fue él quien atacó esta vez. Ataques repetidos y coordinados, uno tras otro con su hacha. Yo esquivaba sus ataques en velocidad luz pero podría jurar que no era suficiente. Bajó mis defensas y me tumbó con una patada. Luego dejó caer su hacha y me cubrí con la espada. Lo único que se interponía entre el filo del hacha de Demogorgón y mi cara, era Morningstar. Las manos me temblaban por la presión que ejercía para mantener el bloqueo funcionando.
— Demuestra que eres de mi linaje. Demuéstralo o no dudare en matare, Araquiel.
Concentré mi energía en la espada y ésta comenzó a brillar con un aura escarlata. Los cristales incrustados en el mango y el filo relucían con fuerza. Entonces encontré la fuerza suficiente para empujar y hacer que el ser oscuro se tambaleara hacia atrás. Me levanté y noté que una de las marcas en mi brazo derecho ya no estaba.
Demogorgón me lanzó enseguida otro ataque con sus zarpas oscuras, pero le rebané los dedos de un mandoble rápido. El clarividente oscuro, o lo que sea que la entidad fuese, se miró los dedos amputados sin mucha sorpresa y luego los regeneró en un instante.
— ¿Qué eres?
La criatura comenzó a reír y dijo:
— La mayor pesadilla que esta galaxia puede tener, y el mayor temor de tu héroe, Sunktum.
Se lanzó hacia mí y esquivó mis ataques, luego soltó un golpe con su hacha tan fuerte que me hizo soltar a Morningstar. Con una mano me tomó del cuello y me levantó del suelo. Su mano libre, la que parecía estar cubierta de oscuridad se clavó en mi pecho. Podía sentir que mi núcleo de energía se tornaba oscuro. Era como si te aplastaran el corazón con una presión intangible. Mi sangre comenzaba a llenar su brazo entero de un tono dorado apagado. Solté un grito cuando Demogorgón aplastó mi núcleo.
— Tan frágil. ¿Quieres que sienta lástima por ti? Siente lástima por ellos — susurró mientras inclinaba su cabeza hacia un lado.
Los titanes, los nothum y los nefilim peleaban con todo, pero no era suficiente. Vi a muchos de mis caídos empalados con lanzas en la nieve, a nothum inmóviles por el campo. Vi al titan Prometeo derrumbado con sus últimos alientos luchando contra enormes cuervos demoníacos que devoraban sus intestinos.
— ¡No!
— Querías estar en el lado correcto del infierno, Mártir. Pues yo te traje el infierno a tus pies.
— ¿¡Q-Qué es lo que quieres!?
Demogorgón acercó su cabeza a mi oído y susurró:
— Quiero verte enojado. Quiero saber de lo que eres capaz y quiero ver arder este universo.
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Mártir Hereje #2-Justicia Divina
AzioneUn día eres un general angelical y al otro caes en desgracia. Araquiel descubrió lo que es perderlo todo por seguir sus ideales. Él y sus seguidores. Una vez renegados del Paraíso, nuestro caído se entera de que es hijo de una deidad oscura y ancest...