DESACUERDO

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Reuní a dos escuadrones de nihilium y partí junto con Leliel en busca de Armaros, Armen y los demás ángeles que fueron a cazar a Asderel.

- No puedo creer que no dijeran ni una sola palabra de esto.

- ¿Los culpas? - soltó Leliel - . En estos días a penas y les has prestado atención. Deben sentirse un tanto desplazados.

- ¿Por qué ustedes no me avisaron ?- pregunté a un soldado nihilium.

Nos movíamos a gran velocidad por los aires con los guivernos hacia las coordenadas que el soldado había escuchado. El nihilium a mi espalda se encogió de hombros y respondió:

- Nuestro trabajo es mantenerte seguro a ti, no a tus hermanos. Es por eso que te cuidamos la espalda ahora que vas tras ellos.

De pronto sentí ganas de golpearlo. ¿Quién diría que los nihilium venían con un contrato de exclusividad en las letras pequeñas?

- Se fueron hace unas horas, puede que ya estén muertos - dijo Leliel.

- No. Los encontraremos con vida... tienen que vivir para que pueda matarlos yo mismo - respondí.

Leliel me miró de reojo.

- Sé que están vivos - agregué -. Pero las coordenadas señalan que van a una zona repleta de humanos.

- ¿Para qué crees que se situarían ahí? - preguntó la nihilium.

- Posiblemente para tomar a los humanos como más carnada o posiblemente los usan para experimmentos.

Una columna de humo se levantó a nuestra vista de entre los árboles. Poco a poco conforme avanzábamos en vuelo logramos ver una zona repleta de llamas, con humanos corriendo alterados por todas partes. Luego se hicieron presentes varios destellos y sabía muy bien que eran los choques de las espadas de los serafines enfrentándose a muerte a los escarlata en busca del desgraciado de Asderel.

- Ahí - dije mientras los jinetes en sus bestias se inclinaban para seguirme el paso.

Llegamos a la zona y los guivernos escupieron ráfagas de fuego hacia los enemigos más cercanos, prendiendo en llamas su piel hasta reducirlos a cenizas. Las bestias aterrizaron y bajé junto con Leliel y todos los nihilium, salvo por los jinetes de las criaturas a quienes ordené que se mantuvieran en el aire para brindar apoyo aéreo.

Ahí en un montículo de rocas logré divisar a Armen y Armaros enfrentando a un pelotón de escarlatas que comenzaban a rodear su posición. Un grupo de mis serafines del otro lado, intentaban abrirse paso para ayudarles pero se estaban enfrentando a otro grupo de ángeles... con sus armaduras doradas y resplandecientes como aquella que alguna vez porté. Eran ángeles de Deus.

- Nos superan en número - soltó Leliel mientras partía por la mitad a un escarlata con sus espadas - y veo que los de armadura brillante son más poderosos que las porquerías escarlata.

- Son de Deus. Asderel debió aliarse con él - respondí mientras destripaba a un celestial de Deus con Morningstar.

Los nihilium se dispersaron e intentaron asesinar a cuantos podían, pero aquellos ángeles resplandecientes no dejaban de llegar, incluso cuando el número de escarlatas comenzó a bajar. Mientras que por otro lado, mis ángeles caídos que acompañaron a mis hermanos estaban muriendo poco a poco.

- ¡Formen una línea defensiva en torno al montículo hasta avanzar a Armen y Armaros! - ordené a un pelotón de nihilium. Leliel, necesito que despejes la zona conmigo y el segundo pelotón para que nuestros caídos puedan librarse de los brillantes.

Ella asintió y se movió con una escolta de tres nihilium hacia dos pelotones de brillantes. Yo los seguí con otros tres soldados para cubrir sus espaldas. Las ráfagas de los guivernos caían de vez en cuando para despejarnos un poco el camino cuando los brillantes intentaban acorralarnos.

Mártir Hereje #2-Justicia DivinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora