Volví a depositar la armadura del padre de Leliel en su vitrina. Sentía que la había ensuciado con mis actos, que mi estupidez opacaba su leyenda. Me puse una vieja túnica y me senté frente a la vitrina para admirar la armadura. Me preguntaba cómo había sido Astrus, cómo había luchado por los suyos hasta la muerte. Él había sido un líder de verdad, yo en cambio había tratado de asesinar a mis propios aliados. Ahora su único recuerdo era esa armadura.
— Sabía que estarías aquí, Araquiel.
Leliel se sentó a mi lado y bajó la capucha que cubría mi rostro. No me limité a verla, me sentía muy apenado con ella, con Kushiel y Hasmed. A pesar de que ellos planeaban que yo muriera al final, no podía evitar sentir culpa y no entendía la razón.
— Tu rostro — dijo mientras ponía su mano en mi mejilla —. Ya no está quemado y consumido por la capa externa de energía cauterizada. Has sanado. Tienes el rostro de un ángel.
— No soy un ángel — la tomé de la muñeca y aparté su mano de mi rostro con suavidad.
Leliel suspiró y volteó su mirada al recuerdo de su padre que yacía en la vitrina con marco dorado frente a ella. Por un momento se quedó consumida en la armadura, al igual que yo. La energía que transmitía... era como si estuviera viva. Pero era solo un cascarón vacío de un fantasma en el corazón de sus hijos.
— No pienso dejar que te maten — dijo con un hilo de voz —. Pero tampoco te dejaré matarlos.
— No pienso matarlos. Pienso irme lejos en cuanto la nave llegue a su destino.
— No puedes — su mirada expresaba terror.
— No puedo guiarlos, Leliel. No soy apto, casi los mato. No soy Astrus y nunca lo seré.
— Hasmed aún te quiere en el equipo y hasta donde sé, Kushiel pudo contigo bastante bien. — el tono de burla volvió en ella por un segundo y desapareció al instante — Te necesitamos, solo tienes que aprender a controlar tus impulsos. No es tu culpa, tú no elegiste tu naturaleza.
De pronto un destello rojo brillante comenzó a iluminar el bolsillo de Leliel, ella se miró la bolsa, sacó un cristal y un nihilium se materializó en holograma a través de él. Su apariencia era imponente y tenía una complexión bastante grande. Su semblante se mantenía oculto por una larga túnica color sangre.
— Israfiel — dijo Leliel sorprendida.
— ¿Lo encontraste? — su voz era gutural y su tono seco y frío.
— Aquí está — asintió su hermana con la cabeza.
— Pues espero que comience a actuar como un verdadero líder, o al menos como el artificio útil que está destinado a ser. Hemos llegado al sistema "Sanctus" y pronto llegaremos al planeta Levana. Los espero en la sala de desembarque en tres horas, yo seré quien dirija la misión de expedición y espero que el Mártir se presente.
— Aquí estoy, Israfiel — respondí mientras daba cara al holograma para que pudiese verme.
— Ya lo creo — dijo con poco interés en su voz —. Sé lo que pasó con Kushiel, entiendo que estés molesto por descubrir el destino que te teníamos planeado. También quiero que sepas que no estoy molesto por lo que has hecho, pero prefiero tenerte cerca de mí para poder vigilar la actividad de energía oscura en tu interior — la imagen del nihilium se desvaneció del cristal.
Israfiel era el cuarto hermano de los siete líderes de la especie nihilium. Aún así, no se le veía mucho, siempre se mantenía con su legión en misiones suicidas bastante largas. Incluso cuando todos estábamos ya en la misma nave Éxodo, era bastante difícil verle. Era el hermano más rebelde de los cuatro que quedaban, incluso más que Leliel, quien podría quejarse de cada orden que le daban, pero Israfiel en cambio, hacía lo que se le venía en gana.
— ¿Te quedarás con nosotros? — me preguntó la nihilium con tensión en su voz.
— Sí, pero no me pienso sacrificar por su supervivencia. Sin embargo, buscaré otra forma de salvarlos.
— Yo no voy a dejar que Hasmed ni nadie te mate, Araquiel.
— Y yo cuidaré de ti y de tus hermanos... pero no de tu "Consejo nihilium".
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Volví a mis aposentos a prepararme para desembarcar. Pensé en la armadura de Astrus, no pretendía usarla hasta que me la ganara. Pero como mi antigua armadura angelical había sido destruida tras mi pelea con Demogorgón, opté por llevar una armadura de cazador nothum, junto con una vieja capa de cacería. Puse a Morningstar en mi espalda y coloqué dos espadas ligeras a mis costados.
La puerta de mis aposentos se abrió y entró Refaim, el hijo mestizo de Armen.
— ¿Qué haces aquí?
— Vine a ver que siguieras aquí, tenía la esperanza de que aún no hubiesen reunido a un equipo. Acabamos de arribar en Sanctus y escuché que Israfiel salió de las sombras para liderar un equipo.
— Un equipo en el que dudo que participes.
— Me dejarán ir contigo si tú lo aceptas.
— ¿Qué dijo tu padre al respecto?
Refaim se quedó inmóvil un instante, pensando en la mejor mentira que pudiera. Su apariencia era bastante similar a la de su padre en su forma nihilium, salvo porque Refaim tenía un aspecto más bestial. Al parecer los genes demoníacos en Armen resultaron dominantes. A pesar de todo, el joven mestizo tenía la capacidad de tomar una forma humana, como su madre, quien fue humana en algún tiempo.
— Tengo ya muchos siglos de entrenamiento, creo que puedo con una misión de reconocimiento.
— Tú tienes siglos, yo milenios. De ninguna manera vas a venir, esta galaxia es desconocida hasta por los nihilium. Solo nos guiamos por la energía que detectan las reliquias, pero no tenemos idea de los peligros que podamos encontrar.
Me subí la capucha y aparté con cuidado a Refaim para que me dejara salir de mis aposentos. Pude sentir su frustración al verme marcharme. Mi sobrino era una gran representación de lo rebelde que podía ser una fuente de energía en bruto. Me recordó a su padre en sus primeros siglos de vida.
Llegué a la sala de desembarque, donde ya me esperaban Leliel e Israfiel, quien seguía envuelto en su túnica color sangre. Su legión entera estaba a su espalda, esperando a sus órdenes para viajar al nuevo mundo. Israfiel me miró y sentí que mis marcas comenzaban a arder ligeramente.
— Mártir Hereje — su voz hizo que todos se callaran en la sala —. Bienvenido a bordo.
REFAIM
Armadura nothum de Araquiel
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Mártir Hereje #2-Justicia Divina
AcciónUn día eres un general angelical y al otro caes en desgracia. Araquiel descubrió lo que es perderlo todo por seguir sus ideales. Él y sus seguidores. Una vez renegados del Paraíso, nuestro caído se entera de que es hijo de una deidad oscura y ancest...