Veintinueve

9.6K 1.4K 396
                                    

No iba siquiera cerca del pasillo que le había indicado Mei, cuando el ruido y bullicio de la gente llegó hasta sus oídos. Varias personas, pacientes y personal hospitalario veía a unos metros a dos personas en el suelo que no dejaban de darse uno que otro golpe, además de estarse gritando cosa que el rubio no pudo entender entre tantas voces. A Jimin solo le bastó dar unos cuando pasos más -y empujones- para poder quedar al frente de la muchedumbre y admirar lo que estaba ocurriendo, causando tanto caos en el primer piso del hospital. Algunos guardias intentaban sostener a un furioso pelinegro, mientras al otro lado Wook sonreía con la boca totalmente ensangrentada y lucía bastante divertido ante la situación en la que se encontraba. Jimin intenta buscar a Mei con la mirada para preguntarle cómo rayos ha comenzado todo, hasta que una escalofriante mirada se posa en él y prontamente se hizo pequeño en su lugar.

— Ha llegado nuestra princesa...– Exclama con burla el doctor, sacándose su bata blanca que estaba bastante manchada con su sangre y la arroja lejos. – ¿Por qué no le dices a este tipo que ha sido tu culpa...? Qué tú me buscas...que tú me miras...vamos, Jimin. – Comenzó a decir dando pasos seguros hacia él y el rubio solo pudo tensarse ante su mirada asquerosa, odiando cada palabra sin sentido que comenzaba a salir de él. Estaba jugando otra vez con él. – Dile que todo ha sido por la forma en que te mueves y me hablas...– Sonríe tomando de la barbilla a Jimin para que lo vea fijamente, dejando en claro la locura en sus oscuros ojos. Sin embargo, él lucha para mantenerse fuerte y no mostrarse horriblemente asustado de su imponente presencia y enfermiza cabeza. – No te hagas el inocente. Dile que tú también me has llevado a esto...

Todo el mundo está observando la situación y tiene que tomar una larga respiración antes de buscar una solución coherente a todo. Los ojos de Yoongi le miran suplicantes y confundidos, casi pudiendo sentir que este ruega para que no confirme todo lo que ha soltado ese monstruoso ser que lo ha estado manipulando.
Al parecer a Wook no le bastó con acosarlo cada vez que tenía que presentarse frente a él. No le bastó que terminara huyendo a otra planta para no verlo, para luego sentirse nuevamente vulnerable, al notar que lo esperaba cada día fuera del hospital cuando terminaba su turno. Tampoco le bastó solo amenazarlo sobre contarle a su jefe sobre su antigua relación, poniéndolo en la cuerda floja. Tampoco le bastó toquetearlo cuando ya no tuvo ninguna salida de aquella sala, agradeciendo enormemente haberse salvado por los pelos gracias a una reunión de urgencia.
Sí, Jimin estaba aterrado de ese hombre tan obsesionado con él. Pero ahora que su vida había dado un giro de 180º grados tan de repente, no tenía tanto miedo de enfrentarlo y perder todo. Ya no podía perder nada más.
Estaba cansado de huir, de temer, de sufrir y por sobretodo, de no hacer nada. Estaba harto del camino que había tomado su vida y como su familia se había ido desmoronando con el paso del tiempo por cosas que se podrían haber evitado.

Ya no quería eso. Quería cambiar. Debía cambiar.

Necesitaba dar un nuevo paso con firmeza hacia adelante y cambiar todo lo que estaba ocurriendo. A la mierda si lo despedían y juzgaban sus preferencias sexuales. A la mierda cada insulto que tuvo que soportar su pequeño hijo y de los cuales nadie nunca hizo nada. A la mierda su terror a un hombre que llegó sintiéndose el dueño de todo y de él, cuando este ya le pertenecía a alguien más...

Alguien más.

Yoongi.

Sus ojos buscan al pelinegro aún entre los brazos de los guardias y le dedica una leve sonrisa, antes de voltear hacia el hombre que aún sostiene su barbilla.
Quita con brusquedad aquella mano que le está tocando, sintiéndose con una repentina confianza y fuerza que había creído perder hace algún tiempo. Era momento de que las cosa volvieran a su sitio.

Ya no huiría más.

— Di lo que quieras...– Se plantó con firmeza, llevando su dedo índice al pecho contrario. – No me importa lo digas, no me importa lo que tú creas. Mientras yo sepa que nada de lo que dices es verdad, no importa. ¿Sabes por qué? – Muestra Jimin una sonrisa enseñando sus dientes, mostrándose totalmente inocente cuando su sangre hervía por dentro. – Porque ya me canse de ti y no pienso soportar tu maldita presencia. – Le empujó, viendo los ojos desconcertados de Wook y como su mirada cada vez se vuelve más temible. Pero no iba a detenerse, no ahora. – Me das asco, ¿sabes? Y no pienso dejar que le hagas esto a alguien más, pero por sobretodo no dejare que continúes haciéndomelo a mi. Renuncio, Chang-Wook.

Who am I? | YM [2º Temporada] 🍊🥝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora