Cuatro

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Luego de ver cómo su novio había leído su mensaje y mantenía el ceño fruncido por eso último, notó cómo algo frío tocaba la piel de su abdomen. Con total espanto, miró hacia abajo viendo que alguien había metido una mano por debajo de su ropa.
Comenzando a preguntarse quién rayos se había metido en la sala de medicamentos, sin haberle escuchado. Intentó voltearse para alejar quien sea que fuera, siendo aprisionado contra el mesón frente a él.
Ya tenía bastante claro que había alguien a su espalda y lo que menos quería es que alguien desconocido para él lo tocara, como aquel extraño lo estaba haciendo.
Intentó volver a girarse para encarar al pervertido que se estaba propasando con él, cuando la misma mano en su abdomen se metió en su pantalón y luego en su ropa interior, encendiendo todas sus alarmas.
Jimin pegó un pequeño gritó que fue enseguida acallado enseguida por otra mano. Iba a comenzar a llorar si es que esa persona no se detenía y rogaba porque alguien entrará a la sala para ayudarle. Pero claro, estaba en uno de los subterráneos del hospital y nadie le escucharía por mucho que gritara por auxilio. Qué idiota de su parte no haberle pedido a Jin que lo acompañara.

Más cuando estaba a punto de darle un codazo a su agresor y salir corriendo, cierto aroma bastante familiar inundó sus fosas nasales. Aquel aroma a madera y pino, era exactamente como olía su novio.
Quitó ambas manos de su cuerpo, logrando deshacerse con bastante facilidad del otro. Entonces con el rostro totalmente rojo, sin saber si era por enfado o vergüenza, se giró al notar que ya nadie estaba pegado a él sino que a uno metro de él.

— Hola, beb-

— ¿¡Qué rayos haces aquí!? – Le interrumpió el rubio, llevándose una mano al pecho y apoyándose en el mesón de atrás. Su corazón estaba palpitando con fuerza debido al susto.

Yoongi sin dejar de sonreír, le miraba con cara inocente. Volvió a hacerse a su novio, aún a pesar de lo enojado de que se veía. Su intención era ir a acompañarlo y ver que estaba haciendo, pero al notar lo concentrado que estaba no pudo evitar querer jugar con él.

— Lo siento. – Murmuró el pelinegro, pegándose esta vez al pecho de Jimin, pasando sus brazos por la cintura de él.

Jimin se encontraba haciendo un ligero mohín con sus labios en dirección a su pareja. Realmente había pensado que alguien le iba hacer cosas malas y ciertamente ya no era un niño como para echarle a llorar, más si se había sentido bastante indefenso.

El mayor aún con esa sonrisita en el rostro, comenzó a repartir besos por toda la longitud del cuello del rubio. Viendo como poco a poco, el cuerpo de este ya no se encontraba tan tenso y dejaba salir leves suspiros. Aquellos siete años de relación que llevaban, tenía sus ventajas. Sabía perfectamente como hacer que su novio le perdonará cualquier cosa y por sobretodo, hacerlo sentir bien.
Sabía que habían estado siendo un idiota el último tiempo y que no le daba la suficiente atención que se merecía.

— Yoongi...– Susurró Jimin, posando sus manos en los hombres del otro manteniendo sus ojos cerrados. – Debo volver...al trabajo.

— Shh...– Le mandó a callar el mayor, metiendo nuevamente sus manos al interior de la ropa del rubio. Teniendo esta vez aquel cuerpo a su total disposición.

Jimin por su parte, había olvidado por completo que se encontraba en el trabajo. Ni siquiera se estaba preguntando qué rayos hacia Yoongi ahí abajo con él, y simplemente se permitió disfrutar de esos besos y las leves caricias que aquellas manos de encontraban explorando su piel.
El mayor encantando con ver los ojitos cerrados de quién amaba, aprovechó de subir sus besos hasta los labios de él.

Who am I? | YM [2º Temporada] 🍊🥝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora