Who am I? | YM [2º Temporada] 🍊🥝

Nueve

Por mucho que intentaba ignorar el constante parloteo a su lado, no tardó en sentir un golpe en su brazo.
Había intentado ignorar todo el camino a Misaki y su tonta conversación. Recién estaban llegando a la casa de la castaña y ya quería volver a la suya. ¿Por qué había aceptado ir?

— ¡Jae! – Le gritó una vez el vehículo se detuvo. – Deja de ignorarme – Lloriqueó, haciendo un puchero con sus labios rosas.

El pequeño Min simplemente se limitó a asentir y bajarse del auto, antes de que Misaki le diera otro golpe.
La castaña no tardó en plantarse a su lado una vez se adentraron en la casa, pegándose a él más de lo que hubiera querido.

A pesar de todo lo molesto que estaba con sus padres -por molestarle- no había dejado de mirar de reojo a su mejor amiga. Comparado a otras vez, llevaba un lindo vestido blanco y el cabello suelto. Muy diferente a los típicos peinados que se hacía para ir a la escuela.

Sin previo aviso, la niña tomo de su mano guiándole entremedio de toda la gente que se encontraba en la sala. Al parecer era el cumpleaños de uno de los abuelos de Misaki, por lo que cada persona en el lugar eran parte de su familia materna.
Tenía más que claro que la chica le había pedido ir por el simple hecho de que estarían sus odiosos primos. Quiénes siempre molestaban a la castaña sin razón y eso hacía hervir la sangre de Jae. Solamente él podía molestarla.

— Vamos a mi habitación. – Le explicó Misaki, cuando Jae le jalo del brazo levemente.

Subieron las escaleras con bastante dificultad, debido a que sus primos pequeños se hallaban arrojando autos de juguetes por los escalones. Esos niños si que eran unos demonios.

— ¿Hasta que hora estarán? – Preguntó el pelinegro, aún sosteniendo la mano de la niña.

— Como hasta las ocho. – Se volteó ella regalándole una radiante sonrisa. – Así que tendrás que aguantarme muchas horas~

Aún cuando Misaki continuaba mirándole, permitió que una sonrisa apareciera en su rostro dejando en claro que no le molestaba para anda estar acompañándola.

Cumpliendo la misión de subir las escaleras exitosamente, se adentraron en el cuarto de la chica y se aseguraron de ponerle seguro. Jae nunca había entendido el motivo de los pleitos y constantes peleas entre ella y sus familiares. Aunque en parte creía que la principal causa de los conflictos, era el fuerte carácter de Misaki y su forma de decir las cosas de manera bastante bruta.

— ¿Quieres que avancemos la tarea de Matemáticas? – Preguntó la castaña, rebuscando algo entre sus cosas.

— ¿Te sientes bien? – Preguntó burlonamente Jae, sentándose en la cama. – Tu odias estudiar y hacer las tareas. – Dijo esta vez apuntándola acusadoramente.

— Bueno...– Susurró la castaña y el chico ya presentía que algo se traía entre manos. – Mi madre va a comprarme el último videojuego que ha salido, si es que hago mis tareas. – Sonrió inocentemente.

— O sea...¿quieres que haga tus tareas? – Le dijo Jae con cara de ofendido. – ¿Me trajiste por eso? – Volvió a preguntar, poniendo su mejor cara de víctima a la par que se llevaba una mano al pecho.

— Bueno...si lo dices así, suena feo. Más bien quiero que me ayudes.

— Mimi, siempre terminó haciendo todo yo. – Le sonrió enseñando los dientes, cosa que hizo que la castaña se lanzará abrazarlo.