Pan

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Me despierto por el inconfundible olor a pan. Supongo Peeta estará horneando en su casa y como dejé la ventana abierta porque ya empieza a hacer calor el olor se ha colado en mi habitacón.

Doy vueltas en la cama y cuando ha pasado un rato me ducho, me lavo, me pongo la ropa de caza y bajo a la cocina para prepararme el desayuno. Cuando estoy en la cocina veo una cesta con pan y al lado una nota escrita con una caligrafía impecable que reconozco enseguida.

" Me encantaría repetir lo de anoche. Si quieres pásate por mi casa para comer. Sería un placer "

                                                                                                                                                Peeta Mellark

Sonrío -  claro que iré a comer - nunca voy a rechazar una oportunidad para pasar tiempo con él. También estoy algo nerviosa no sé como reaccionar después de que nos besáramos anoche. 

Para olvidarme un poco del tema desayuno, luego me hago una trenza y me voy al bosque a cazar. Cuando me adentro en el bosque llego al lago y decido bañarme. Este sitio me trae tantos recuerdos. Debajo el agua es el único sitio donde parece que todos mis pensamientos se esfuman, esta tranquilidad solo se puede igualar con la que tengo cuando él me abraza.

Al salir del agua no me da tiempo a cazar así que decido recolectar, veo fresas y me recuerdan a Madge, mi amiga, me había olvidado de ella. Empiezo a llorar pero me convenzo de que ahora no puedo dar un paso atrás, no me tengo que concentrar en el pásado, sino en mi presente.

Cuando llego a la aldea ya es casi la hora de comer así que voy corriendo a mi casa me ducho y me pongo algo cómodo.

Estoy en la entrada de casa de Peeta, y como no, vuelvo a estar nerviosa. Entro en la casa sin pensarlo mucho y voy directa a la cocina de donde sale un olor delicioso.

- Hola Peeta.

- Katniss justo ahora iba ir a tu casa para avisarte de que ya estaba la comida.

- ¿ Y que me ha preparado el gran chef? - Peeta empieza a reírse y contesta.

- Pues verduras rellenas de queso

- Suena bien.

Ponemos la mesa y comenzamos a comer. Hablamos bastante pero menos que la noche anterior y lo único que siento cuando le miro a los ojos es el recuerdo de sus labios contra los mios y ese sentimiento tan embriagador.

Pienso que puedo disfrutar de ello, me lo debo. Ahora que estoy más segura de mis sentimientos sé que puedo estar con él, que todas las muertes deben servir para algo. Sé que puedo estar con él.

Ahora soy yo la que se levanta de la mesa se acerca a él y le besa. El también se levanta y quedamos más o menos a la misma altura. Y sé lo que es estar enamorada. Lo que él sentía cuando le besaba. Es como una corriente eléctrica que te recorre todo el cuerpo. Es el puro sentimiento de necesidad y desesperación, de necesidad y pasión.

Al momento siento como me levanta en el aire y me sienta en la mesa. El beso se profundiza y todos mis sentidos se vuelven locos. Vuelvo a sentir esa necesidad que tenía en la arena, el deseo de un segundo beso. De pronto Peeta se separa.

- Katniss antes de hacer algo de lo que nos podamos arrepentir tenemos que hablar.

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