Tocaron a la puerta y ésta se abrió. María apareció en el umbral de la misma, con un gesto brusco en el rostro y disgusto en la mirada.
- Don Amador ha llegado - dijo con voz seca -. Está esperando en la entrada.
Alejandra cerró la maleta y la cargó. Ligera, tal y como imaginaba. Se arrodilló delante de su hermana y la tomó de las manos.
- No te enfades conmigo - dijo con voz serena y tranquilizadora -, yo tampoco quiero marcharme. Ya eres una chica mayor, debes entender que es lo mejor para todos.
Y es que con sus once años recién cumplidos María lo comprendía, sabía que de ese modo Alejandra se aseguraría la vida, y supondría menos gasto para la precaria economía familiar.
- Es muy injusto - dijo angustiada -. Te voy a echar tanto de menos...
María hundió su rostro en el pecho de su hermana y ambas lloraron, lloraron desconsoladamente.
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RECUERDOS ENFRASCADOS: Hacia una nueva vida
Ficción históricaCon tan sólo quince años, Alejandra se ve obligada a abandonar a su humilde familia y dejar lejos su hogar para trabajar como criada de una familia regida por las apariencias, formada por un afable funcionario, dos niños cariñosos y una soberbia señ...