Wooseok
¿Qué tan fuerte tuvo que ser Shinwon para poder soportar todo eso?
¿Cómo fui tan estúpido de si quiera haberme molestado con él?
¿Cómo podía existir alguien tan miserable como para hacerle tanto daño?
A él.
El ser humano más indefenso de la tierra.
¿Como si quiera alguien se había atrevido a tocarlo?
Tocarlo...
De una manera en la que yo ni siquiera había podido.
Podía sentir las lágrimas de Shinwon bajar por sus mejillas en un intento desesperado de la liberación de emociones que contenía su delgado y frágil cuerpo.
Apoyo su cabeza en mi hombro y nos quedamos ahí, solo sollozando, solo sintiéndonos el uno con el otro.
-Ese día mi papá nos vió en el parque, no tenía idea de que me venía siguiendo.-Explico.
-Cuando entre a casa estaba todo destrozado, mi mamá estaba recogiendo los vidrios y algunos cuadros que estaban tirados.-Shinwon apretó sus manos en mi ropa alertando que ahora se venía quizás lo peor.-Él entro cinco minutos después y comenzó a golpearme sin yo entender el por qué-Respiro hondo-pero s-solo me deje, me grito que él no había criado a una "marica" pero que de alguna forma el ya lo presentía.
Shinwon comenzó a sorbetiar su nariz para poder continuar.
-Después de eso me hizo salir de casa, estaba tan asustado que sólo asentí y me llevó a las afueras de la cuidad. No sé a dónde realmente. S-solo se que y-yo no quería Wooseok, de verdad que no.
-Lo sé bebé. No te preocupes.
-Wooseok-Me llamo ahora un poco más calmado.-¿Me perdonas?-Me preguntó mientras resfregaba sus finas manos por su rostro para limpiar todo rastro de tristeza.
-Eso ni siquiera debes preguntarlo.-Una media sonrisa se posó en sus labios haciendo que mi corazón doliera.-Ven aquí.-Lo incite para que se posicionara en cima de mis piernas, en ningún momento había dejado de mirarme con su típica sonrisa aún plasmada en su rostro.Nuestros ojos estaban conectados y podría jurar que el latido de nuestros corazones también.
-¿Puedo besarte?-Me parecía bastante tonto que preguntara eso ya que el podía tocarme cuando quisiera.
Posee mis labios sobre los de él, a lo que él me aceptó de inmediato.Era relanjate el sentir nuestros labios juntarse, separarse y luego volviéndose a juntar.
Los labios de Shinwon eran adictivos.
Todo de él era adictivo.
Las manos de Shinwon fueron bajando lentamente hasta toparse con la zona del centurión que apretaba mi cintura. Tuve que detener cualquier movimiento bucal para alejar a Shinwon de ahí.