Capítulo 7: Yéndonos con el lobo

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Narra Dante, padre de Dalia

Al acabar con todos los roguers fuí a ver qué mi hermosa niña estuviera bien. Luego hablé con el lobo Alfa que nos ayudó, pues aunque ya no podía convertirme en lobo, la conexión era algo que ningún ser de nuestra clases podía perder, era algo que todavía poseía y podía distinguir con gran facilidad el rango de cada lobo.

— Le debo la vida— le dije agachando la cabeza como símbolo de agradecimiento.

—No fue nada, venimos por el llamado de auxilio— dijo el gran lobo.

—¿Conoce el amuleto Blacknight?— le pregunté con desconfianza, solo existían dos, uno lo poseía mi hija Dalia y el otro lo poseía la esposa del Alfa Marcos,  un gran amigo de mi devastada e inexistente manada.

—Por superó que lo conozco, soy Gael Black, Alfa de la manada Blacknight y mi padre fue quien elaboró esos amuletos— me dijo con un tono serio y decidido.

¡Ahora lo entiendo!

!Por todos los dioses! ¿Quién diría que en un futuro le debería mi vida y la de familia a este muchacho?

La vida es un pañuelo corto y pequeño, con camino estrecho, del cual nadie puede escapar, ni siquiera yo. Interesante.

— Eres hijo de un viejo amigo— le dije con un tono melancólico— yo lo conozco y es un buen hombre— mucho más que yo, pensé.

—Lo sé, pero no es seguro hablar aquí, le ofresco con todo respeto que usted y su familia venga a mi manada, serán bien recibidos.

Asentí, era una manada conocida y allí mis chicas estarían protegidas. Ese maldito demonio no podrá entrar y tendré siempre a Alía conmigo. El jamás logrará tener lo que quiere. Les dije a Alía y a Dalia que nos íriamos a aquella manada, de la cual solo tenía vagos recuerdos, pero los más felices y triunfantes, de los que hacen pensar que eres el dueño del mundo y te hacen pensar que nadie va a detenerte. Eran esos mis recuerdos allí, los que conservo y atesoro con gran recelo, mis recuerdo de cómo logré quedarme con Alía.

Narra Dalia

¡Esto...no...puede...ser! 

¿Porque a mí?

¿Qué hice en mi otra vida para que mi padre tome esta decisión?

Una de la muchas quejas y lamentos que recorría mi cabeza, tan rápido como los miles de autos que abordan la autopista día a día, pensando en lo cruel que podía ser el mundo. Tenía miedo.

¿Un mate?

Sí, tenía miedo, miedo a lo que el futuro me podía a guardar porque sin importar toda la fuerza que yo poseyera no podría soportar lo que fuera a pasar, pero Calía sí, ella si estaba preparada y era mi fuerza en todo esto. Para mí un pareja es la estúpidez más grande y no lo voy a aceptar, es una debilidad que te  pone contra la espada y la pared en situaciones difíciles, en mí no estaba el perder el tiempo.

Podía sentir un egocéntrica mirada que me atravesaba y hacía que mi mal humor aumentará descontroladamente, pero como dije Calía era diferente, mi querida loba no le molestaba.

¡Claro que no!

La muy ilusa estaba como un gatito al cual acarician el lomo. Lo podía sentir y no era fácil de controlar.
***—¡¿Qué haces?!— le dije, más bien le grite, en lugar de preguntarle, luchar con ella era agotador y no era fácil de sobre llevar para ser sincera.

***— Él nos mira idiota—me dijo lo más obvia posible, complacida.

***—Ya hablamos sobre esto y no pienso volver a repetírtelo— lo dije calmada, como para poder creermelo yo misma—no voy a aceptarlo y no voy a perder el tiempo.

Da la nada esa mirada, se convirtió en un presencia. Muy astuta, estúpida loba, entretenerme en lo que aquel majestuoso y gran animal se acercaba a mí.

***—¿Que tienes hermosa?— me dijo con cariño aquel lobo, definitivamente esto no iba ser fácil.

***— Eso no te incumbe, ocúpate de seguir tu camino— le dije seria.

***— ¿Quién dice que no sigo mi camino? Tú eres mi camino cariño y toda tú es de mi incumbencia— Me dijo con cierta dulcura y picardía.

No conteste, rodé los ojos y lo ignoré, porque si seguía hablando, no se que llegaría a pasar, lo que si sabía es que su presencia no me incomodaba. Este viaje sería muy largo para mi parecer; muchas cosas se avecinarán, lo sentía y lo tenía muy claro.
Tal vez este cambié algo.

Tal vez.

Narra Alía, madre de Dalia

Ver a mi princesa, discutiendo con aquel lobo, me pareció curioso. Me recordaba mucho a la Alía de su edad, enamorada de un chico, el cual la sociedad no aceptaba por las estúpidas apariencias. No me importaba lo que los demás dijeran, yo lo amé y sigo haciendo como la primera vez, donde me enteré que él era mi verdadero amor, mi mate. Mi más grande anhelo, él, estaba prohíbido y yo seguía ahí, con este sentimiento, atraída fielmente, como un metal hacía un imán sin importar qué, así era mi amor por él, adictivo y sin límites. Él no era igual a los demás, no era un lobo, pero eso no me impedía quererlo con el más puro y consumante  amor, que todo mi corazón y todo mi ser le podía brindar, hasta que llegó ese día, aquel maldito día.

Flashback

—¡No padre, yo no me casaré con Dante— le dije muy exalta y consternada a mi padre

—¡Lo harás!¡No me importa lo que sientas por aquel infeliz!— grito con el todo más cortante y cruel que pudo, utilizando aquella expresión que tanto odié y que me hacía saber que hiciera lo que hiciera yo no iba lograr ni siquiera respirar en paz.

—¡Pero yo amo a Dar...—no me dejo terminar, su mano terminó en mi mejilla con fuerza, haciendo que mi cara girará, pero no lloré, no grité, no hice nada, simplemente escuché aquellas palabras, que como dagas filosas se clavaron en mi ser y que todavía en el día de hoy recuerdo como si fuera un espejismos, una proyección, que no me permite olvidar.

—Te casarás con Dante, no me importa lo que sientas, no me importas que seas mi hija, no me importa tu existencia, mejor dicho si me importa, por ti conseguiré un gran dineral que alimentará la herencia familiar, te casarás y es mi última palabra o juro por la diosa Luna que mataré a aquel engendro del infierno que tanto amas delante tuyo y luego te llevaré lejos— me dijo con ese tono tétrico y calculador, muy seguro, seguro, de una amenaza que si yo no obedecía se llevaría a cabo al pie de la letra.

Dolor...impotencia...desgracia... fue lo que sentí, me alejaron de lo que tanto amé y todo por ser distinto. Mi hermoso ángel y mi único amor.

Centrada en aquello el tiempo transcurrió sumamente rápido, nos encontrábamos entrando al territorio Blacknight y yo poseía curiosidad inminente por conocer al chico que estaba detrás de ese lobo  tan imponente que se encontraba al lado de mi hija y se que ella también ella, más que nadie.

He vuelto al lugar donde me separaron  de mi único y verdadero amor, he vuelto al comienzo de mi desgracia.





Hello babies💞💞💞
Espero que les guste y que tengan una hermosa Navidad.
Con amor

BlaiddXVI

Gallarda LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora