Capítulo 11: Pared sin salida

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Al frente mío se encontraba una de las más majestuosas y envidiadas residencias del tan respetado territorio Blacknight.

Una de las más intimidantes y que para mí representaba un gran peligro, por todo lo que podía causar el hombre que vivía allí.

La mansión Black.

Una de las que más cuenta historias, a través de silencio y de las que más deja ver, sin necesidad de poder hacerlo y ese era mi caso.

Estaba caminando, a tan solo cinco pasos de tocar la enorme puerta color caoba, que gritaba ser golpeada y que Calía más que ansiosa pedía que abriera y yo no sabía sí debía hacerlo, por saber lo que encontraría.

5 segundo...

Eso es lo que necesite y sin pensarlo tome un onda respiración y me acerqué a tocar la puerta, porque esa es mi filosofía.

Cinco segundos son los que pueden hacer la diferencia, cinco segundos son los que te pueden brindar y quitar un verdadero amor, cinco segundos pueden ser tu pérdida o tu salvación, cinco segundos son los que diferencian a un cobarde de alguien con coraje y hay que aclarar que yo no lo era, cinco segundos te pueden cambiar la vida.

La puerta se abrió dejándome ver a una chica que llevaba un uniforme color claro y que con una amable sonrisa me recibió.

-Usted debe ser Dalia¿cierto?- me dijo haciendo una reverencia.

- Si- le dije extrañada- ¿Y tú quien eres?

- Soy Emma, trabajo desde muy niña aquí - abrió más la puerta, dándome la señal para que entrará- Sus padres no se encuentran y el padre del señor tampoco, pero me dijo que la llevara a su habitación.

Calía estaba tranquila, así que no me preocupe. Asentí y la seguí a la que sería mi habitación.

Subí unas largas escaleras detrás de Emma, el barandal estaba delicadamente pulido, dandole un toque fino y elegante. El olor a hogar invadía mis fosas nasales.

Un hogar. Una de las cosas que más anhelaba, pero que por causas del destino o por la forma en que me criaron jamás supe si llegue a tener, eso era lo que me intrigaba, el olor acogedor que tenía ese lugar, el olor que tiene una verdadero hogar.

Iba tan concentrada en ello que no me dí cuenta que llegamos a un pasillo en el segundo piso y ya no olía tan agradable como hace un momento. Calía se removía en mi interior y mi mal humor empezaba a salir a flote con una rapidez lenta que irritaba cada recóndito lugar de mi cuerpo, pero no tan solo eso, sino también un olor fuerte que causaba cierto placer en mi interior.

*** - ¿Calía?- le pregunté, con un tono serio, dando a entender mi auténtica molestia y no por el olor a Gael.

*** - Déjame averiguar... - ya empezó y ni muy bien le he hablado. - ¿Quieres que te diga... o saber que es ese asqueroso olor que nos molesta?- me dijo burlona

*** Rodé los ojos y me froté la cien en modo de cansancio- Sí, ¿podrías decirme?

***- Claro, huele a zorra de dos patas, cariño - me dijo con ese tono arrogante que tanto la caracteriza, y me dejó con eso último, porque así era ella y aunque la llamara, hasta el cansancio no iba a hablarme.

Estaba molesta y más al saber lo que yo presentía y estaba casi segura.

Emma me mira y con diversión en sus ojos se acerca hacía donde sin darme cuenta estaba parada. Me encontraba parada cerca de una puerta oscura al fondo que emanaba un fuerte olor y que me estaba causando grandes problemas de auto control y yo sabía más que nadie quien era el dueño de aquel momento de cólera.

Gallarda LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora