Y me gustaría saber quién intentaría parar lo que se avecina, porque yo no lo pienso hacer.
La apreté con la furia que había contenido durante todo el tiempo en que intentaba controlar a Calía. La miraba con odio porque ella disfruto de algo que era mío y yo no puedo tener. Mis ojos rojos como el carmín se reflejaban en los de ella inexpresivos, que de cierto modo me miraban con burla recordando que yo no era feliz.
Yo no puedo ser feliz.
Su sangre comenzaba a correr por mí muñeca, pero ella seguía mirándome como si fuera a matarme con aquellos ojos que lentamente se volvieron carmín.
Su expresión cambio y una sonrisa egocéntrica apareció en su rostro, sus garras filosas comenzaron a crecer y se clavaban en mi antebrazo.
Lo que me faltaba otra alfa.
Una Calía al borde de una transformación se encontraba gruñendole a la chica hasta no más poder y las cosas se salían por completo de mi control.
Miré hacía un lado y creo que fue mi peor error, la mirada celeste de Gael me escrutaba con gran dureza, logrando intimidar mis rojizos ojos ya al borde de ser dominados por Calía. Ese pequeño error me hizo perder el control que tenía de la situación.
La chica me empujo fuertemente, con una patada muy potente y cayó en cuclillas al suelo apoyándose con su mano izquierda. Me miró con burla y frente a Gael y yo se transformó en una gran loba de color blanco, puro e inmenso.
Hace mucho que no me transformaba, pero no iba a retroceder está muy enojada para hacerlo, la miré de la misma manera y me coloqué en posición para que Calía hiciera lo que quisiera, ya no me iba a importar. Mis huesos comenzaba a romperse y ya empezaba a sentir como se duplicaba la fuerza que tanto tiempo limitaba. Mi ropa comenzaba a pegarse y lentamente se iba a rompiendo.
—¡Suficiente!— La mano de Gael sujetándome fuertemente por la cintura, junto a aquel grito frenaron lo que pudo a ver si un desastrosa batalla campal. La chica volvió a su estado humano con su ropa intacta y una cara llena de diversión, desafortunadamente no podía decir lo mismo de mi cuando solo tenía unos arapos que señalaban lo que estaba a punto de pasar, junto con una agitada respiración.
— ¡Ga! No seas así, fue divertido— Dijo riéndose la muy maldita, él solo la fulminó con la mirada, mientras negaba con la mirada— ¡Si lo fue, te lo dije!— Y así volvió a reírse sin importarle que estubiera allí.— Estabien...— dijo de forma dramática — Me voy estaré abajo, molestando a Emma.— Y así se fue, no sin antes, dale una guiño a Gael y seguir riendo.
Gael me sostenía cada vez más fuerte, como si temiera que fuera a atacar a la zorra con patas que iba bajando divertida. Estaba tan concentrada en como bajaba la muy maldita que no me dí cuenta como terminé en el cuarto donde me paré por primera ver, en aquella puerta oscura. El cuarto de él. Seguíamos juntos y no me había dado cuanta que seguíamos en la misma posición, hasta que sentí su respiración en mi oreja y un escalofrío me recorrió lentamente, lo contrario que pasaba con Calía que parecía un gatito.
— Nada de lo que viste es cierto— me susurro con suma tranquilidad— No se que te habrá mostrado la loca de Clarisa, pero no es así.
Salgo de su agarre y lo miro directamente a los ojos estudiando su mirada azul, aquella con las que pocas personas me han mirado y que no es fácil confiar.
— No me importa, lo que hagan no tiene que ver conmigo — Me dí la vuelta caminando hasta la puerta, tratando de evadir aquella mirada que provocaba muchas cosas en mí, excepto querer irme y eso no estaba bien.
— Te lo dije una vez y lo vuelvo a decir tú eres la dueña de mi corazón— agarró mi mano y me volteo haciendo que centrará mi mirada en aquellos ojos que no querían que yo me fuera y que con todo dolor en mi corazón no podía hacer, por su propio bien. Tiré de mi muñeca tratando de liberarme, pero el no cedía su agarre. — No lo hagas por favor, no te alejes, no de mí.
Se fue acercando con pasó firme y cortando la distancia, intenté alejarme, pero Calía no dejaba que yo me fuera, estaba muy cansada para lidiar con ella. Su rostro se fue acercando poco a poco hacía mi oído y su respiración chocaba lentamente contra mí.
— Lo que viste no es real ella puede lograr que las demás personas vean lo que ella quiera— susurro mirándome con cariño, acercándose cada vez más, sus labios estaban cada vez más cerca, centímetros nos separaban y la sensación de sus labios era algo que involuntariamente necesitaba, aunque no podía estar con él— Sé que si te importa, como tú me importas a mí.— Y así conecto nuestros labios en un dulce beso que me hacía sentir que sí lo merecía, que él me quería. Sus manos sujetaban mi cintura acercándome un poco más a él, un beso lento que me transmitía más de lo que alguna vez pude imaginar y empezaba a sentir algo más.
¿Amor?
No... No puedo... No a él. Era arriesgarlo, porque estar conmigo no era lo mejor para él. Salí de su agarre, terminado aquel beso que me hacía dudar de mi único propósito. Su mirada confundida, pero intensa estaba sobre mis labios. Salí de allí con la respiración agitada y no por la antigua pelea que estuvo apunto de ocurrir entre aquella peliroja y yo, si no por el hecho de que estar con Gael me hacía sentir algo más... Y no puedo permitirlo, no por su propio bien .
<<<Eres un mounstro, eres mala para él>>>
Sacudí mi cabeza tratando de alejar a los demonios de mi cabeza. Yo sabía los que era, pero ellos no me dejaban olvidarlo, no me dejaban en paz. Pasé rápido el pasillo y me metí en mi habitación. Me senté en el borde de la cama sobando mi sien, tratando de alejar aquellas malditas voces que empezaron a hacerme la vida imposible desde que tengo memoria.
De las que muchos veces mi madre había intentado ayudarme, pero no había manera . De los que muchas veces me hacían llorar y mi padre decía que un gran poder lleva un gran responsabilidad, así que deje de decir que las escuchaba, porque nadie podía ayudarme y aunque mi madre busco la manera no, había mucho que hacer y su angustia me mataba. Así que callé, mantuve silencio y no volví a hablar de ello, pero cada vez es peor.
Ellos me recuerdan que no puedo amar, que solo tengo un propósito. Matar a aquel demonio. Solté un gran suspiro por el fuerte dolor de cabeza y por lo gruñidos que Calía emanaba tratando de ayudar.
Abrí el armario y busqué ropa para poder cambiar el desastre que llevaba por la pérdida de autocontrol que tuve. Por ser un monstruo, como ellos dicen
***— ¡No lo eres!— Réplica mi valiente loba, que también escucha a el martirio que poseo.
Di un gran suspiro y subí el muro que separa a Calía de mí. No tenía fuerza para replicar, tomé la ropa que necesitaba y me metí a la ducha. Dejé correr el agua, me senté en el suelo sintiendo como el agua fluía por mí, al igual que los susurros de los malditos demonios que no me dejaban en paz y una Calía que intentaba romper el muro para defenderme. Algo que nadie podía hacer, porque yo era el mounstro...por eso no podía aceptar a Gael.
Espero que lo disfruten 💞💞💞
Pobre Dalia ¿Quienes serán esos demonios que no la dejan en paz?Tan lindo Gael ¿Por qué no fue por ella?
¿Quién sabe? Nos leemos pronto.
Los quiere.
BlaiddXVI
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Gallarda Luna
Про оборотнейUna leyenda.... Que podría ser la llave ante un abismo de dolor. Un amor.... Inocente y egoísta, que podría cambiar y condenar la vida de muchos. Una chica que nació de un arreglo y que tuvo como herencia ser la última de su linaje. ¿Podrá ser la s...