Capítulo 10 : Calma pequeña

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Iba a regresar a la mansión Black, pero una flecha impacto a mi costado. Estaba por sacarla, pero me empecé a marear. Esa flecha contenía veneno para lobos. El olor a roguer se hacía presente y junto con ello, la presencia de dos malditos roguer no se hizo de esperar. Uno de ellos traía consigo una espada, simplemente sonrió y abalanzó su espada hacía mi corazón.

No puede evitarlo yo ya no podía ver bien, sentía que me encontraba en un abismo, que no iba a lograr sobrevivir, pero unas alas negras, no se , todo era borroso, acabó con aquellos infelices con gran facilidad.

No podía estar más de pie y simplemente me deje caer, sin esperar nada, intenté abrir los ojos de nuevo y lo único que alcancé a ver fueron unos ojos verdes y todo se volvió negro.

Abro mis ojos, toco donde hace algunas horas estaba mi herida y no hay nada. Mi respiración está agitada. Una fría capa de sudor cubre mi cuerpo a causa de suave ventisca que pasa como un viajero.Todo está en un silencio  recurrente y misterioso. Tal cual estaba al momento de cerrar mis ojos.

Todo fue un sueño...

Pero una sensación familiar trae aquel sueño. No puedo identificar bien de que se trata, pero de algo sí estoy segura, Calía no hizo nada por atacar, eso si que es raro.

Extraño a decir verdad...

Vuelvo a mirar a mi alrededor y todo sigue en un silencio, que pide a gritos ser escuchado. Miró hacia el cielo y mi bella Luna ya se está ocultando.

Es hora de volver...

Me levanto y sacudo mi trasero, para remover la tierra, que se pegó a mi pantalón.

Camino perdida en mis pensamientos, pero sin dejar de estar alerta, ante cualquier circunstancia improvista.Los altos y robustos árboles, se alzan ante mis ojos, imponiéndose como los altos edificios, que aveces veía muy a lo lejos, si subía al pico de alguna montaña. Las hojas corrían libres, gozando de su libertad a mi alrededor, impulsadas por el repentino viento, que de la misma manera se había detenido, dándome la sensación de que habrían problemas.

Calía se removía algo ansiosa dentro de mí y eso era lo que me hacía ponerme más inquieta. Las hojas se encontraban en un trance, víctimas de un descanso misterioso y yo me empezaba a preocupar de a aquel repentino cambio.

No detuve mi caminar y me gustaría decir que seguí caminando y llegué a la mansión Black, pero no fue así.

Sentía algo extraño...

Alguien me seguía, lo podía sentir desde hace un buen rato. Cerré mis ojos  y agudicé mi oído. Había alguien cerca. Muy cerca a decir verdad. Se escuchó el crujir de las hojas, como si la naturaleza intentara gritarme donde estaba aquel ser que me seguía.

Sí me seguía...

Porque desde que empecé a caminar de vuelto a mis problemas, sentía aquella sensación. Abrí mis párpados en un rápido movimiento y lo que mis ojos lograron ver era algo poco realista y fantástico.

No la veía desde que era pequeña.

No la veía desde que dijo que debía esperar.

Y sigue igual de hermosa, imponente y angelical que la última vez que la ví.

— Has crecido mucho pequeña— me dijo acercándose, con una sonrisa tranquila— Veo que te acuerdas de mí— y no fue una pregunta, ella más que nadie sabía que era una realidad.

Sonreí, porque ella era alguien importante en mi vida, ella me conocía desde que tengo memoria, había sido mi gran ayuda y la causa de que no me volviera un ser egoísta y sin corazón, porque ni mi madre pudo luchar contra la tormenta a mi alrededor, solo ella.

— Por favor dime¿qué puedo hacer?¿Por qué te fuiste?— Me acerqué a ella y me arrodillé abrazando sus piernas, sintiendo  la suave tela de su vestido de seda, que le daba aquel toque de elegancia, que tanto la caracterización, como cuando solo era una pequeña, que no lograba entender ni quién era y todavía con mis dieciséis años sigo con esa duda.

Ella acarició mi cabello y me sonrió.

—Calma pequeña—Me tomó por los hombros y me levantó— No puedo decirte todavía nada, solo ten paciencia.

Bajé el rostro hacía el suelo porque estaba inconforme, porque me sentía al borde de un precipicio donde todos sabían cómo no caer en el, exepto yo, quería saberlo. Era un ave perdida, con un rumbo encontrado, del cual yo no tenía conocimiento y eso me molestaba.

Ella levantó mi rostro con ambas manos. Bajo ambas manos hasta llegar a la altura de su cintura y las junto. Empezó a moverlas en círculos con una destreza, que de ella era poseedora. De aquel movimiento empezó a emanar un distintivo brillo, sin ningún disimulo y con una gran naturalidad y al separar sus manos un hermoso collar con una luna brillante color plata se encontraba allí. Yo solo retrocedí, porque si algo aprendí y Calía me  enseño y ambas sentimos es que la plata arde como el demonio.

—Mi niña... tranquila, lo hice con polvo estelar— me lo colocó con sumo cuidado y me sonrió con aquella delicadeza que le caracterizaba.Mire aquel precioso collar, era muy lindo, aquella hermosa luna que colgaba en el collar tenía un lobo dentro que nacía entre las nubes. Era único y me gustaba.— Te protegerá de todo, pero no de aquello a lo que ames.

—Gracias— Fue lo único que pude decir. Me quedé pensando, sin entender bien a lo que se refería. Ella siempre era un acertijo, que a todos los que la llegaban a conocer les era imposible resolver.

— Volveré de nuevo y aclararé tus dudas— me abrazó con mucho cariño, como siempre lo hacía— El sol ya se está poniendo y sabes que no puedo estar cuando el salga totalmente, muchos te buscan, yo tu diosa Luna tengo que descansar, pero recuerda que detrás de cada sueño hay una realidad, te quiero mi hermosa niña.

Y así se fue. Dejándome con muchas dudas, pero con la promesa de que regresaría.

Así era ella...

Un ser libre, hermosa, con un pelo platinado y delicadas facciones. Alta, delicada, enamorada de un ser ardiente y pasional, que le proporcionó, las almas gemelas a sus preciadas creaciones, a sus hijos, los licántropos. Pero él no la quería como ella a él, o tal vez  la amaba más de lo que su silencio podía callar y solo ellos lo sabían. Ella era presa de su propio encarcelamiento, de su amor por aquel ser.

Algún día espero conocerlo, porque tiene que ser alguien especial para cautivar el corazón de un ser tan puro como la diosa Luna y solo ellos fueron testigos de aquella intensa historia en tiempo de tempestad, de las que muchos habla pero pocos conocen.

Suspiré profundo mirando donde se había ido aquella brillante ser, presa del amor.

Tal vez, yo sea alguien como ella, presa del amor, de un amor que no puede crecer por el bien de Gael.

Me voltee y seguí mi camino, pensado en todo lo que ella me dijo, dirigiéndome a la mansión Black, porque yo para bien o para mal era Dalia Gallardo y aunque me causará un fuerte pesar y un mal humor a Calía tenía que volver...



Hola!💞💞💞💞
Sé que ha pasado mucho¿Como están? Yo bien.

¿Cuál será la realidad en los sueños de Dalia?🤔

Nos leemos pronto, no se olviden de comentar y votar.
Los quiere,

BlaiddXVI

Gallarda LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora