Matrimonio [ADAPTACIÓN]

Capítulo 56

Myungsoo y Sungyeol se encontraban acostados sobre el pasto del patio trasero por la madrugada, siendo exactos, las tres de la mañana de un lunes. Sus manos entrelazadas mientras estos se abrazaban y contaban distintas anécdotas que les habían ocurrido en esa semana, riendo y reforzando aquel sentimiento llamado confianza, una la cual desbordaba superficialmente sobre la pareja. Ellos salían hacerlo siempre, todos los lunes por la madrugada la pareja salía al patio para platicar de manera intima y saber de lo que sus días eran confirmados. Sin Bomin, sin JiYeon o sus padres, sin nadie que lograra molestarlos, únicamente ellos dos, disfrutando de un momento a solas y lleno de verdaderos sentimientos

Justo en ese momento Myungsoo reía por las graciosas anécdotas que Yeol le contaba sobre sus días en la universidad y como trataba de evitar decir algo de mas al no estar acostumbrado a hablar con muchas personas la cuales se le acercaban para tratar de ser sus amigos

—Cuando estábamos hablando ella me dijo que le gustaba mis ojos, que me hacían parecer tierno, entonces yo le pregunte si podía ver. Tenía sus ojos demasiado pequeños— Myungsoo echo una carcajada y se volteo para mirar a Yeol

—y ¿Qué paso después?

—creo un rumor, le dijo a sus amigas que me gustaban los chicos y que por eso había preferido rechazarla y por ello me dejo— Myungsoo se apoyo con sus brazos y le miro con un expresión seria —YoungJae me dijo que claramente me estaba coqueteando, pero no siquiera lo note, y pues por eso hizo el rumor

—¿te molestan? Puedo ir a hablar o puedo hacer que le expulsen, tengo socios en esa escuela y podr- — Yeol negó y entrelazo sus dedos con los de Myungsoo mientras le interrumpía

—una de sus amigas me pregunto de burla si era cierto que me gustaban los chicos, de una manera descarada claro, pero le dije que era verdad y que no sabía que tenía de malo— Yeol rio —desde que le dije esas palabras ni siquiera me voltean a ver, es gracioso

—no lo es Yeol, ellas son personas despreciables que te pueden hacer daño

—no lo harán, ya no soy un niño Myungsoo, he cambiado y no me dejare hacer por nadie más— Sungyeol se volteó y quedo frente al mayor, paso una de sus manos sobre su mejilla y le sonrió levemente —pero dejemos este tema, hace unos minutos me dijiste que tenias algo importante que decirme hoy, quiero saber que es eso que tanto te preocupa, desde que regresaste de la empresa estas así, como despistado

Myungsoo se sentó y Yeol siguió sus pasos, quedando entre las piernas del mas alto y quedando su espalda apoyada al pecho de su esposo. Myungsoo paso sus manos por su cintura y le abrazo con cariño

—bueno, estaba en la empresa y Dojoon me llamo desde Inglaterra. Mientras hablábamos me dijo que la empresa tenia complicaciones y que debía tratar de arreglarlas antes de que se vaya a la quiebra...— Sungyeol le miro confundido —tengo que regresar a Inglaterra, Yeol

El mencionado soltó un silencioso "Oh" mientras bajaba la mirada y se aferraba a los brazos del mayor

—¿Por cuánto tiempo te iras? — pregunto tratado de no sonar con la voz quebrada y rogando internamente porque no fueran muchos días; algo lo cual no podía ser cierto, aunque más quisiera

—bueno, recuperar a una empresa de la quiebra es casi imposible, pero con suerte aun no llegamos a ese punto y por eso debo ir antes de que sea tarde. Por lo que Dojoon me conto, será un proceso difícil, y por lo que puede calcular, lo mínimo de tiempo serian dos meses en Inglaterra, lo máximo, un año

Sungyeol escondió su rostro entre sus manos y contuvo sus lagrimas

Era como el pasado volviera, un pasado en donde Myungsoo no estaba y tenia que salir adelante solo, tratando de no pensar en él y llorar todas las noches por su ausencia. Odiaba el hecho de haberse vuelto dependiente de Myungsoo, odiaba el amarlo tanto y tenar aquella necesidad de tenerlo a su lado cada segundo de su vida, pero sabia que era necesario, que Myungsoo no debía dejar que una de sus empresas se fuera a la quiebra por sus traumas durante el embarazo respecto a la soledad