Capítulo 3

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La señora Lee golpeaba repetidamente la mesa con sus dedos por el nerviosismo, se encontraba pensando sobre su hijo -como ya era costumbre- ya que Sungyeol crecía y dejaba de ser un niño ingenuo el cual en cualquier momento podría revelarse hacia ella, así arruinando su estúpido plan

Sungyeol siempre había sido un niño tranquilo, dulce y sobre todo amigable. Que poco a poco se fue convirtiéndolo en un joven completamente solo y perdido, lamentablemente ingenuo frente a la sociedad la cual algún día tendría que enfrentar, conocer nuevas personas, ver nuevas caras que pueden cambiar su visa en tan solo cuestión de segundos

Como lo haría un hombre completamente listo, con ganas de jugar un rato

Exactamente ese era el miedo de su madre, el que Sungyeol cayera en las garras de un hombre malo y despiadado. Que Sungyeol descubriera su verdadera sexualidad al pasar de los años, que se enamore y quiera hacer publica si verdadera cara. Porque la señora Lee sabía que su hijo no se dejaría manipular si lo dejaba libre, que sería independiente y fuerte. Esa fue la razón de esa mujer para encerrar a su hijo de la sociedad, de esconderlo de su propia realidad, la razón por la que llevo a JiYeon a su casa aquel día así obligándole a estar con alguien de quien no gusta

Las abominaciones para la sociedad no pueden ser libres, deben ser encerrados y condenados a lo que sí es normal. Eso se repetía la mujer a diario, convenciéndose a si misma de que estaba haciendo lo correcto

Ahora Sungyeol tenía 17 años, ya era un adolescente que en un abrir y cerrar de ojos se volvería un completo adulto, que tendría su esposa e hijos al igual que un trabajo y una realidad a la que afrontar

Él no está preparado para la realidad

Toda su familia lo notaba, siempre veían como Yeol en las navidades pedía muñecas y no carritos, notaban como Sungyeol aborrecía mancharse de lodo cuando sus primos lo invitaban a jugar, el prefería quedarse a jugar el té con sus primas, como él pequeño todo lo coloreaba de rosa y pedía ropa color rosa o colores pasteles

El siempre repetía cuanto quería un príncipe al ver aquellas películas de princesas

Si, ellos lo veían, notaban cada uno de esos detalles solo que se hacían de la vista gorda, mintiéndose a ellos mismos sobre el pequeño. Siempre repitiéndose, es solo una actitud temporal

Pero a pesar de todo, la señora Lee no podía evitarlo. Ella se había arrepentido de tener a Yeol, lo odiaba con toda su alma y se odiaba a ella misma por permitirlo, por no prohibirle aquellos caprichos exóticos a su hijo, por comprarle todas esas muñecas y dejarle ver aquellas películas para niñas. Sobre todo, por dejarle libre, ser lo que quiso de niño y ser un niño anormal

Por eso le golpeaba, descargaba su rabia con golpes y gritos, recordándole a Sungyeol lo mucho que ella le tiene odio y desprecio. Porque Yeol era tan manipulable y débil, hasta el punto de decirle que se case con su prometida al día siguiente y el acepte sin ningún inconveniente

La señora Lee ahora se sentía segura, casi convencida que su plan saldría perfecto y nadie podría arruinarlo, pero lamentablemente todas sus esperanzas de cambiar a su hijo, se irán a la borda en cuestión de horas por un simple hombre el cual le enseñaría la cruda realidad de una manera dolorosamente adictiva

—madre...— Yeol toco el hombro de su madre así sacándola de sus pensamientos —estaba mirando mi guardarropa y mi traje me queda muy ajustado. Para mi está bien, pero a usted no le gusta que me quede la ropa ajustada

—oh ya veo, iré a comprarte uno ahora mismo. JiYeon vendrá a pasar la tarde contigo y luego se ira a arreglar para la cena— Sungyeol asintió y beso a su madre en la mejilla como despedida

Matrimonio [ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora