3. Daniel

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La Prof. Helena ha dejado otro trabajo más de exposición y yo ya sé a quién voy a elegir para compañero: Daniel.

Daniel y yo somos amigos desde la primaria. Nuestra amistad se intensificó más ahora, en secundaria cuando nos juntaron en un grupo para hacer un trabajo; ambos competimos sanamente por llevar los primeros puestos en el salón. Somos muy responsables y por eso nos llevamos bien.

Pero parece que Daniel no tiene tiempo para el amor. Siempre que le hablo del tema, él lo esquiva. Es muy raro que nadie se fije en él, porque este verano ha estado metido y concentrado en el gimnasio. Cuando él se empeña por lograr algo, lo hace hasta conseguirlo.

Y vaya que lo consiguió.

El primer día que lo vi no lo pude creer, se veía otro: como una versión mejorada de él. Y admito que me gustó verlo así, aunque fue algo prohibido no dejé de pensar en él ese día. Tengo miedo de que se entere y que ya no quiera ser más mi amigo.

Quedamos en hoy ir a la casa de Adrián, que también es nuestro integrante de grupo; coordinaremos un par de cosas y nos iremos a trabajar nuestra respectiva parte.

Me puse la primera camisa que encontré, unos jeans negros, tomé mi mochila y me fui. El camino de ida no fue muy lejos, Adrián vive unas seis casas más arriba de la mía.

-Hola ____- me saluda Adrián- pasa, ya está Daniel aquí- ingresé y efectivamente, Daniel Zapata estaba ahí. Mi vista bajó hasta su torso como acto involuntario, estaba con un polo demasiado ajustado a su cuerpo.

-Siempre puntual en todo, ¿no? - lo saludo con un beso en la mejilla

-Mientras más rápido, mejor- dice aquello y lo termina con una sonrisa. Dios, esa sonrisa perfecta va a matarme.

-Y bien- interrumpe Adrián- ¿Quién va querer hacer la introducción?

- ¡Yo! - dijimos Daniel y yo casi al unísono

-Bueno, puedes hacerlo tú- me ofrezco a cederle mi parte

- ¿Pero qué dices? ¡Las damas primero! - Siempre tan educado, Daniel Zapata.

-Está bien, entonces tú harás el desarrollo y Adrián la parte final, ¿les parece?

-Me parece correcto- opina Daniel

-Lo mismo digo. Voy a ir a buscar el tema que vamos a exponer por internet, ya vuelvo- Adrián se dirige a uno de sus cuartos y la sala se queda en silencio. Yo aprovecho para sacar mis libros y lapiceros en la mesa.

-Lindo escote- escucho aquella frase proveniente de los labios de Daniel.

- ¿Acaso has estado viendo mi escote durante todo este tiempo?

- ¿Acaso crees que no me he dado cuenta de cómo tú miras mi cuerpo todo este tiempo? - me recrimina. Ups, creo que lo hice muy notorio.

-L-lo siento. Es que llamas mucho la atención y...- bajo la mirada sonrojada

-No eres la única que me dice eso- me alzo de hombros cuando termina su frase y continúo como si nada pasara- Pero tú también te verías más linda si te quitaras esto- se acerca a mí y me quita las gafas

- ¿En serio? - susurro después de su acto, me tomó desprevenida.

-Claro que sí, ____- estamos más cerca de lo habitual y eso me pone tensa, mis manos están sudando y me avergüenza sentirme intimidada- tú también tienes lo tuyo- me toma de la cintura con sus dos manos

-D-daniel ¿qué estás haciendo?

-Tranquila- sonríe maliciosamente- los dos nos deseamos... ¿Por qué no dejamos que suceda?

-En cualquier momento Adrián va a venir y...

-Sé que tú también quieres esto, pequeña traviesa- me susurra al oído, nunca estuve así de cerca con un chico

- ¿Solo vinimos para hacer la tarea, verdad? - me alejo de él para mirarlo fijamente a los ojos

-Chicos, ya he conseguido bastante información- escuchamos de lejos los pasos de Adrián, Daniel se separa y yo me repongo. Segundos después de que Adrián estuviera aquí, Daniel volvió a mirarme y me guiñó el ojo.

Esta aventura recién acaba de comenzar.









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