Capítulo 2

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Lo que esté entre comillas y con esta letra serán los pensamientos del gato.
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Ni él mismo supo como pudo ser capaz de aguantar varios días sin saber nada de aquel animalito, la espera se le había hecho totalmente eterna. Sakura había decidido dejar al gatito en la veterinaria para así tenerlo bajo observación, ya que ella, al igual que Naruto, estaba bastante preocupada por él. En realidad sus heridas no eran muy graves, claro que aún estaban sanando, pero no era nada del otro mundo. Había la posibilidad de que en su frente quedara una cicatriz, pero con su pelaje se podía disimular casi por completo. Fue hasta media semana que Naruto recibió el llamado de Sakura, dándole la gran noticia de que ya podía llevar al gato a su hogar, no veía la hora de poder irse a la veterinaria.

No le importaba el hecho de que fuera miércoles y tuviese, por obligación, que quedarse a trabajar. No iba a dañar a nadie por el hecho que decidiera darse una escapada a la hora del almuerzo, a la de menos ni iban a notar su ausencia. Solo Hinata. Sus empleados vivían tan sumergidos en sus labores que únicamente pensaban en ellos mismos y en su trabajo.

Decidido a dejar su trabajo por hoy, salió a la hora que ya tenía pensaba. Y justo como pasó por su cabeza, nadie se dio cuenta de que se había ido. Para cuando salgo de su oficina, ni siquiera Hinata estaba en su escritorio esperándolo, como solía hacer cada vez que tenía oportunidad. La gran mayoría de los empleados salía del edificio directo a algún restaurante de comida rápida, otros ya llevaban su almuerzo preparado.

Fueron más o menos unos 20 minutos el tiempo que tardó de la empresa a la veterinaria, quizá hubiese llegado en menor tiempo, pero el tránsito estaba de locos a esa hora. Las filas en los semáforos eran, literalmente, eternas. Sintió un gran alivio en tanto se hallaba a las afueras de la veterinaria, dejó unas cuantas cosas en el asiento trasero para así desocupar el del copiloto, allí iría el gato.

Al abrir la puerta, una campanilla sonó anunciando su llegada. Algunos animales se pusieron inquietos al verlo pasar a un lado de ellos, habían varias peceras con distintos peces, unos grandes y otros muy pequeños. Perros, gatos, aves, conejos, etc. Los primeros agitaban sus colas en tanto Naruto les dirigía una sonrisa. El local no era muy grande, por lo que tuvo que caminar apenas unos cuantos pasos para llegar al mostrador, allí lo esperaba una muchacha de cabello rubio. Según lo que tenía entendido, ella y Sakura eran amigas desde la secundaria, siempre se han llevado bien.

—Hola, Ino. —bien, no era su primera vez en la veterinaria

—Ah, Naruto, no pensé que fueras a venir hoy. —le dijo con una corta sonrisa —Tú eres el que viene por aquel gatito negro, ¿cierto?

—Así es, recibí hoy en la mañana una llamada de Sakura diciendo que podía venir por él. —respondió devolviendo aquella sonrisa —Por cierto, ¿dónde está ella?

—Hace unos minutos entró una pareja con un cachorrito, ya sabes, debieron de venir por el tema de vacunas.

—Ya veo...

—Oye, ¿no deberías de estar trabajando? Según lo que me dijo Sakura, trabajas casi que todo el día, por eso dudaba que fueras a venir hoy. —cruzó sus brazos

—Bueno... algo así, nadie va a morir por el hecho que venga a recoger a un gatito, ¿no? —respondió pasando una de sus manos por su cabello —No creo que noten que no estoy.

—Si tú lo dices... espérame aquí, iré por el pequeño.

Con asentimiento de cabeza por parte de Naruto, observó como la muchacha caminaba hasta una puerta al fondo del local. Se fue exactamente por la izquierda, ya que al otro lado es donde Sakura recibe a cualquier animal. Aquella en la que se encontraba Ino debía de ser alguna para recuperación.

Mis Siete Vidas Contigo [NS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora