Capítulo 11

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Naruto aún no podía creer que al despertar su tierno azabache estuviera entre sus brazos, ahora estaba más que seguro de que nunca se trató de un sueño. De ninguna manera iba a permitir que se volviera a alejar, se dedicaría a cuidarlo y darle todo lo que no pudo en el tiempo que estuvo fuera de casa. 

Hinata había ido a su departamento esa mañana, se le veía bastante furiosa. Sasuke aún estaba algo nervioso de que esa mujer volviera, se hubiera defendido de no ser por que su rubio lo había alejado de ella. Vaya que todos se pusieron tensos en solo segundos.

Flashback

Se escuchaban fuertes golpes en la puerta, insistentes y agresivos. Sasuke se había puesto a alerta, su cola se erizó, además de sus orejas. Deidara se quedó al lado del pelinegro, mientras que Naruto se acercaba con cautela a la puerta.

—¡Naruto! —reconocieron esa voz al instante, Deidara bufó y Sasuke empezó a molestarse de saber que esa mujer estaba tan cerca de ellos. —¡Abre!

—¿Qué no tiene algo mejor que hacer? —comentó el rubio de cabello largo, con sus brazos cruzados.

—Solo veré qué es lo que quiere, no creo que se vaya pronto mientras no le abra la puerta.

Naruto abrió la puerta, y pronto sintió ardor en su mejilla izquierda, de la gran cachetada que la mujer le propició. La miró bastante sorprendido, ella estaba notoriamente enojada.

—¡¿Cómo se te ocurre haberme dejado sola en el parque?! ¡Se supone que íbamos a pasar un rato juntos, tenía que decirte algo importante y ni siquiera me diste tu respuesta! ¡Sabes que quiero que volvamos, estoy intentando que todo mejore entre nosotros! ¡Pero llega ese estúpido y ya te olvidas de mí!

—¡Cálmate, Hinata! —alzó la voz, mirándola directo a los ojos. —No voy a permitir que insultes a Sasuke, así que te voy a pedir que te vayas. 

—¡Pero yo...!

—Tú y yo ya no tenemos nada que nos relacione, lo nuestro se acabó hace tiempo. Acéptalo de una vez y déjame en paz. —su ceño se frunció, pero pronto desapareció cuando la Hyuga sonrió.

—Claro, ya entiendo... seguramente te enamoraste de ese mocoso. ¡Por eso ya no te importo! Todo esto es culpa de ese imbécil...

—Hinata, por favor, ya basta. Sabes que no vamos a llegar a nada.

—Escucha, niña, desde un principio sabías que tu "relación" con mi primo no iba a dar a ninguna parte. —el otro rubio se acercó a la puerta, Sasuke lo siguió unos pasos atrás. —Así que ya deja el drama y vete, tenemos cosas más importantes que hacer.

—¡Tú no te...! —la mujer miró sobre el hombro del rubio, topando con aquellos ojos negros, su rabia empezó a aumentar. —Esto es tu culpa, ¿por qué demonios no te moriste en la calle? No eres más que un estorbo.

—Pues no lo soy para Naruto, ya que me estuvo buscando todo este tiempo. —la de ojos claros quiso golpearlo, tal cual lo había hecho con Naruto, el pelinegro dejó salir sus garras para defenderse, pero su rubio lo tomó entre sus brazos para alejarlo de Hinata. Deidara fue quien se encargó de sacarla del departamento.

—¡Esto no se queda así, Namikaze! —escucharon desde el otro lado de la puerta, después el sonido de los tacones alejándose a paso apresurado.

—La volviste loca, primo...

—Cállate...

Fin Flashback

Mis Siete Vidas Contigo [NS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora