Capítulo 12

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—¿Entonces Sasuke te visitaba casi todos los días? —preguntó al menor que aun yacía sentado en la camilla de hospital, probablemente sería dado de alta ese mismo día.

—¡Sip! Prometió que no me dejaría, y siempre ha cumplido con su promesa. —dijo con una sonrisa.

Sasuke observaba a los dos, apoyado en la pared, hacía unos minutos que había quedado afuera de la conversación. Esos dos se hablaban con una confianza como si se conocieran de toda la vida, había algo especial entre ambos, podía notarlo en sus miradas. Ambos eran tan parecidos, y no solo físicamente, había más...

—¿Cuánto tiempo seguirán hablando? —escuchó otra voz a su lado, era Deidara con expresión aburrida.

—¿Hace cuanto estás aquí? —preguntó levantando una ceja.

—¡¿Qué?! ¡Vine con ustedes!

—Sasuke... —los dos miraron al menor, su sonrisa había desaparecido, miraba con algo de tristeza al pelinegro. Este no tardó en acercarse. —¿Tengo que volver al orfanato?

Hubo un pequeño silencio en la habitación, Sasuke bajó su mirada sin saber qué decir exactamente en ese momento. De antemano sabía que Menma debía de regresar a ese lugar, no estaba en sus manos poder sacarlo de allí. Miró a Naruto, este miraba en suelo con una expresión seria, parecía pensar en algo; además de verse bastante inquieto.

—Vuelvo en un minuto.

Se levantó de la camilla y salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí. Sasuke tomó su lugar en la camilla, Menma se acercó a él y se refugió en su pecho .

—No quiero alejarme de ti, de... ustedes. No quiero volver a ese lugar. ¿Qué tal si otra vez vuelve otro hombre malo? —levantó su mirada, el pelinegro mordió su labio aún sin tener palabras para calmar al menor. Deidara lo notó, a lo que optó por acercarse.

—¿Sabes? Conozco a Naruto de toda la vida, y por lo que vi hoy, le agradaste bastante.

—¿Tú crees?

—Así es. Te apuesto que no sabes el montón de estupideces que hacía cuando tenía tu edad. —se sentó al otro lado de Menma, quien empezó a verlo con atención. —Nunca voy a olvidar la vez que se sentó en un hormiguero por accidente, debiste haberlo visto correr desesperado por todo el patio.

—¡¿De verdad?! ¿Cómo hizo para quitarse las hormigas? —Sasuke sabía que la atención de Menma iba a estar por completo en ese rubio, por lo que aprovechando la situación, salió de la habitación.

—Bueno, agarré una manguera a presión... puedes imaginar el resto.

Sasuke vio a Naruto al otro lado del pasillo hablando con el doctor que estaba a cargo de Menma, notó que le brindó una sonrisa y se despidió de él para luego volver a tomar rumbo hacia su dirección. Él no se movió de su posición, esperó a que el Namikaze se acercara.

—El doctor me confirmó que hoy darán a Menma de alta, después de hacerle un último examen.

—¿De verdad tenemos que permitir que regrese a ese lugar?

—Yo... —suspiró, no podía resistirse a las miradas del pelinegro, casi le estaba suplicando que Menma se quedara con ellos. —Déjame hacer algo por mi cuenta, después...

—¡Naruto! —ambos muchachos dirigieron su mirada al lugar de donde provenía esa voz. Sauske tuvo que voltear, su ceño se frunció al ver como Hinata caminaba a paso apresurado hacia los dos. —¡Qué alivio que estés bien! Me preocupé cuando me enteré que estuviste involucrado en ese caso del orfanato. —el menor de los tres soltó un pequeño gruñido cuando la mujer lo empujó a un lado y tomó las manos del rubio entre las suyas. —¡¿En qué estabas pensando?!

Mis Siete Vidas Contigo [NS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora