Don't let me fall

Excursión

Maratón parte IV

 Miércoles. Y maldita sea, tocaba Historia. Mis manos picaban y las pasaba por el borde de mi pantalón cada dos minutos casi de manera frenética. Quería verlo, quería hablar con él y también quería aclarar mis dudas sobre lo que dijo Chris sobre la tal Emily. Ocupé mi lugar seguida de mis dos amigos que se sentaron en los asientos delanteros. Tal y como había hecho la primer clase, Christopher se sentó junto a mí. A decir verdad el día anterior la había pasado bien y me había ayudado a distraerme un poco. Nuestro tan querido profesor Gustin cruzó la puerta y casi salté en mi asiento. Se veía tan guapo como siempre pero algo cansado. Tenía profundas ojeras debajo de sus ojos y una expresión triste que disimuló de inmediato cuando se volvió hacia la clase.

 Carraspeó ligeramente y me aventuré a mirarlo a los ojos. Su mirada se encontró con la mía y sentí las irremediables ganas de correr hacía él y fundirme en sus brazos. Pero no lo hice, sino que enarqué unas de mis cejas y él bajó la mirada.

 —Buenos días clase, no se molesten en sacar sus cosas y tomen sus bolsos, tenemos excursión al Museo de Historia.

 La clase entera comenzó a hablar. Había sonrisas cómplices y también suspiros de fastidio. Christopher maldijo por lo bajo y eso me hizo reír.

 —Silencio por favor— Su voz autoritaria resonó en el aula entera logrando así que todas las miradas se dirigieran hacia él.

 —Profesor, no tenemos diez años— Se quejó Josh, uno de los chicos de la primera fila.

 —Si no me equivoco tienen entre dieciocho y diecinueve años pero eso no quita que no puedan aprender del Museo, McHall— Sentenció y Josh no articuló palabra alguna. Su voz sonaba dura y fría, muy distinta de la voz que solía usar con la clase. —El Director considera que ya son mayores de edad y no necesitan permisos firmados así que salimos en veinte minutos.

 El viaje en autobús fue una mala pasada. Por Dios, un autobús escolar. ¿En qué año estábamos? Había viajado sentada con Sam y Daniel iba con Christopher. Al parecer ambos encontraron un tema en común y fueron hablando en el transcurso del viaje. El Museo se encontraba a casi media hora de la escuela, el viaje se hizo interminable. Pero en cuanto el chofer se detuvo frente a la fachada del Museo de Historia. Los veintisiete alumnos salimos prácticamente disparados de allí. Un poco de aire no venía mal.

 Gran iba junto al Director y a una profesora de cuarto año que había accedido a ir a la excursión alegando que estaba cansada de permanecer encerrada en la institución. Aquel viaje iba a ser una tortura.