•Capitulo 8•

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Narra Ruggero

Ya son las siete y cincuenta, pues ahora estoy casi llegando a la casa de Karol. Yo creo que debo llamarla para que vaya saliendo... Busco los manos libres de mi teléfono, se los coloco, busco el contacto de Karol y la llamo.

En la llamada

—¿Hola? ¿Ruggero?

—Si Karol, soy yo,  te estaba llamando para decirte que ya estoy aquí cerca de tu casa, si quieres ve saliendo de una vez para no llegar tarde a la cena.

—Claro, ya estoy aquí saliendo... Te espero acá

—Esta bien, nos vemos

Fin de la llamada

Espero que la cosas de la declaración salgan bien, les dije a Agustín, uno de mis mejores amigos, y a su novia Carolina, que me ayudaran en la propuesta. Lamentablemente Valentina y Mike no puedes porque son los anfitriones de la cena y deben estar ahí para que nada salga mal...

Ahora estoy doblando la esquina para encontrarme con la hermosa mansión de Karol... Cuando llego me bajo del auto para ir a buscarla, la veo con ese hermoso vestido, un maquillaje que le queda acorde con el vestido y un peinado hermoso... Pero lo mas hermoso de todo son sus ojos... ¡Dios mio santo! ¿Que he hecho para que hicieras que me cayera un ángel del cielo?...

—Hola Ruggerito— me hablo sacándome de mi trance— ¡Estas increíble! —No tanto como tu Preciosa.

—¡Tu estas Hermosa Karol!— dije tan hipnotizado de su belleza, ahora mismo veo como se sonroja... Se ve adorable

—G-gracias.... Emm... Creo que ya es hora de irnos

—Si—me aclaro la garganta—Si, claro... Pues... Señorita— le abro la puerta del copiloto.

—Muchas gracias caballero—entra al auto con ayuda de mi mano, una vez que cierro la puerta, voy hacia el asiento del piloto y nos dirigimos hacia la  gran casa de Los Zenere.

—Karol una pregunta, ¿Tu no te sientes triste de no poder estar con tu familia? — le pregunto.

—La verdad es que si, pero al parecer para mi ya es una costumbre para mi... Ya no siento el sentimiento de estar con mi familia desde que mi padre murió... Y ya nada es igual sin el... —dijo en tono triste— ¿y tu?...

—Bueno, la verdad es que a veces no me siento feliz por la navidad desde que mi abuela murió, nosotros dos eramos muy unidos y me alegraba mucho estar con ella.... Hasta que supimos que ella sufría de un tumor cardial, y días después en diciembre, ella murió.... Murió exactamente el veintitrés de Diciembre... —dije y me cayo una lágrima en el rostro. Al parecer ella lo noto y me tomo de las mejillas y tuve que soltarme para poder detenerme en un semáforo que estaba en rojo.

Me volvió a girar el rostro hacia ella y nos miramos... Quedamos tan hipnotizados que nos dimos un beso... Lento, tierno y lleno de sentimientos... Ahí fue que estaba mas que decidido a pedirle que sea mi novia. Nos separamos de golpe porque unos carros detrás de nosotros estaba tocando la bocina, así que tuve que seguir mi camino.

—Lo siento— me dijo ella.

—¿Por que?.

—Por haberte besado

—Karol, no te debes disculpar— veo como ella me mira y yo volteo el rostro un poco— Me gusto mucho ese beso— le Sonreí y ella me devolvió la sonrisa pero con un sonrojo que le quedaba adorable.

—Pues... A mi también.

—Te ves linda cuando te sonrojas— susurré casi inaudible.

—¿Que dijiste? — Al parecer escucho lo que dije.

Un Amor Inesperado →Ruggarol← »Editando«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora