capitulo 1

2.3K 107 17
                                    

Hola amigos disculpenme por el error que tuve con el primer supuesto capitulo ya que ese no era...asi que este es el veradero es pero que lws guate y disculpenme

Plan de seducción

—¡Kagome! —exclamó Rin a medida que abría la puerta. Al ver la cara de pánico de Kagome y la de ira contenida de Sango, cerró y volvió a abrir susurrando—. Necesito ayuda.

Sango se incorporó de la silla, fue corriendo hacia ella, la tomó del brazo y, diciendo con el ceño fruncido "El niño está durmiendo", la hizo pasar. Era un ambiente pequeño, no cabrían unas cuatro personas sin estorbarse. InuYasha estaba en una esquina, jugando con pollo de goma con su pequeño hijo. Más allá había una cuna con el pequeño crío de Sango.

—¿Qué pasa? —preguntó la sacerdotisa.

—Es sobre Sesshômaru.

—Por supuesto.

—¡Es en serio! —exclamó la más joven de las tres—. Creo que él puede llegar a sentir algo por mí y yo quiero un…

—Oye, tranquila —saltó Kagome—. Necesitas protección.

—No sé a qué te refieres, pero hablo de un beso. No sé cómo hacer para conseguirlo.

—La clave con los hombres es la seducción —dijo Sango.

Kagome dio un gritito, entusiasmada y con ideas, y salió corriendo, exclamando "¡ya vengo!".

—Va a su época y vuelve —explicó la exterminadora, volviendo con tranquilidad a su té, mirando distraídamente a InuYasha.

Luego de un rato Kagome volvió, muy excitada, con su enorme mochila amarilla a punto de explotar. El contenido de este no era nada más ni nada menos que un montón de cosméticos, ropa, accesorios, zapatos, que cayeron con gran estrepito sobre la mesa lo que provocó la ira de Sango, quién no había dormido nada y estuvo una hora cantando para que el niño duerma.

Una vez que revisaron bien todo, empezaron a idear el plan, ya que oscurecía y Sesshômaru llegaría al otro día.

—A los chicos les gusta que los toquen.

—Pero no seas brusca —agregó Kagome.

—Tiene que ser suave, dulce y a la vez sensual.

—Tienes que mirarlo a los ojos y pestañar continuamente —dijo la sacerdotisa pasándole un rímel.

—Sé sensual.

—Pero no fácil.

—También tierna.

—Pero márcale los puntos.

—Sé diferente.

—Pero a la vez tú misma.

Rin, mirándolas con desconcierto, pidió que le repitieran el plan unas tres veces más. Cuando tuvo en claro qué tenía que hacer, dejó que Kagome le pintara las uñas y depilara y que Sango eligiera un vestido que combinara con sus ojos. Era un poco fastidioso, pero no había cosa que ella no hiciera por Sesshômaru. Si un beso era soportar el dolor de su cara al retirar los vellos con cera caliente, lo haría.

InuYasha, que estaba presente pero un poco alejado, las miraba divertido, golpeando suave y distraídamente con el pollo al suelo, ya que su hijo estaba cerca de la mesa.

—¿Para qué es esto, papi? —preguntó Ryu, su hijo, levantando una tanga. Entonces, InuYasha se levantó de su lugar y fue corriendo a sacarle eso de las manos a su cachorro.

—Es… un sombrero, para papi —contestó este, poniéndosela en la cabeza—. Los agujeros con para las orejas, ¿lo tienes?

—Ah… ¡mami! ¿Hay uno para mí?

—Em… No fabrican tan pequeños, hijo.

—¿La abuela me puede hacer uno?

—No lo creo, cariño.

—Oye, Sanguito… ¿Pero qué…? — Miroku acababa de entrar y al ver la cara de psicópata del medio demonio mirando a su hijo, al monje, a su hijo y nuevamente a Miroku sin mover la cabeza, contestó —Oh… ¡Lindo sombrero, InuYasha!

—Gracias —replicó con cara de pocos amigos, mientras Ryu robaba la tanga y salía corriendo.

—¡InuYasha! ¡El niño está corriendo por la aldea con un calzón en la cabeza! —le reprochó su mujer. — Ve a buscarlo.

—¡Oye! Yo me puse esa cosa tuya en la cabeza. ¡Ve tú! — Detrás de las piernas de Miroku se asoman las gemelas de Sango exclamando "¡Tío!", a lo cual InuYasha dijo, tapando sus orejas.— Ya voy yo.

—Bueno. Ya sabes qué hacer —expresó Kagome, entregándole las cosas a Rin y empujándola fuera de la cabaña—. ¡Suerte!

Rin miró las cosas, aturdida, y suspiró.

—Debí pedirle ayuda a Kaede.

Continuará

plan de seducción (sesshomaru-rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora