Mini Maratón Pos Navidad /
Permanecí observando la pelea del ring, o al menos lo intentaba. Cada vez que podía, miraba el reloj. Había pasado varios minutos desde que Carolina llamó y seguía ansioso. En cualquier momento llegaría.
Maldita sea. No tenía por qué sentirme así. Julian no insistió haciendo comentarios inadecuados, se mantuvo atento a los movimientos del dúo que estaba golpeándose en la lona. No era entretenida, pero distraía.
―Deja de mirar el reloj, Agustín ―escuché la voz de Jay y lo vi acercándose a la mesa. Me palmeó la espalda y se sentó a lado de Julian.
―Ha estado así desde que recibió una llamada ―comentó Julian, sin apartar la vista del ring. Jay arqueó las cejas y me miró, curioso.
―¿Qué llamada? ―sacudí la cabeza y me serví un trago de licor.
―No te dirá, Jay. Sabes que no le gusta dar explicaciones y mucho menos cuando se trata de chicas ―dijo Julian, mirándome de reojo.
―Oh, así que es sobre eso ―Jay sonrió divertido y luego me señaló―. Puedo apostar de que se trata de Caro.
―¡Agustín! ―busqué a Ernest y lo encontré en la entrada del gimansio, a unos metros de nosotros―. Una linda chica está esperándote afuera ―inclinó la cabeza a esa dirección e inmediatamente me levanté de la silla como si alguien le hubiera prendido fuego a mi trasero.
Podía asegurar que Derek y Jay estaban murmurando y riendo a mi espalda, pero me encargaría de ellos luego. Asentí hacia a Ernest, captando su aviso y se fue con el par de chicos que estaba entrenando. Cuando crucé la puerta, divisé a Caro conversando con lo que supuse era su hermano. Parecía alentarlo. Me acerqué a ellos, llamando la atención de ambos y Ella sonrío tímidamente.
―Hola ―dije, alternando la mirada de ella a su hermano.
―Él es Chad, mi hermano ―lo miré y pude descifrar que estaba molesto, no conmigo o con Caro, si no con él mismo. Me recordó cuando yo era pequeño, ocultaba la impotencia de no poder defender a mi madre, pero en su caso, a no defenderse de sus compañeros.
―Un gusto, soy Agustín ―asintió y desvió la mirada sobre mi hombro, mirando el gimansio―. ¿Por qué no entramos de una vez?
―¿Tenemos a un nuevo luchador? ―preguntó Ernest, cuando vio a Chad. Julian y Jay me miraron desde la mesa y Jay sonrió, mientras que Julian negaba con la cabeza. Idiotas.
―Le mostraré algunos movimientos de defensa, así que utilizaré el almacen de entrenamiento ―dije y sin esperar su permiso, llevé a Caro y Chad al almacén.
Caro tomó asiento en una de las bancas, mirando a su alrededor mientras Chad rodaba los ojos. A simple vista se veía como un adolescente tímido, pero sabía que en su interior habitaba la rebeldía y me iba a encargar que dejara salir esa ira de él.
―Bien, Chad, muéstrame lo que tienes ―dije, señalando el saco de boxeo.
―¿Qué quieres que haga? ―preguntó, aburrido.
―Chad, no seas grosero ―dijo Caro, negando la cabeza.
―Está bien ―asentí hacia a ella y me volví a su hermano―. Escucha, sé que estás furioso, así que descarga tu enojo golpeando el saco.
―Agustín, no creo que...
―No te preocupes, Caro, es parte del proceso ¿Lo harás? ―miré a Chad, esperando su respuesta. Suspiró y asintió, posicionándose frente al saco. Lanzó el primer golpe, desganadamente. Volvió a hacerlo pero lo hizo sin esfuerzo, lo detuve y me puse a la altura de su mirada―. Imagina que es uno de tus compañeros, te están diciendo cosas y haciéndote sentir menos.
ESTÁS LEYENDO
Heridas Ocultas [Aguslina] [Adaptada]
FanficNo estoy enojado, estoy herido. ¿Entiendes la diferencia?. #714 en Romance [ 26.01.18 ] #923 en Fanfic [ 13.05.18 ] Historia adaptada Todos los derechos a su escritora original: KendyMadness.