🍃Capitulo trece🍃

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Dedicado a: ForeverGastina Que siempre me anima a que subo. Te de quiero

CAROLINA 

No tenía por qué importarme los problemas que hubiera entre Josh y Agustín, pero por lo que presencié en el gimnasio, sabía que era algo sumamente personal. Me molestó la manera arrogante en la que Josh llegó a nuestra mesa, como si estuviera esperando el momento perfecto para provocar a Agustín. Su crítica acerca de que él no tenía a nadie me tomó desprevenida. ¿No tenía familia, hermanos o algún pariente cercano?  

Quería pensar sobre las posibles justificaciones por la que Agustín decidió golpear a Josh en vez de responderle, pero los pensamientos se despejaron por un momento, mientras estacionaba el auto frente al departamento.

Había dejado a Chad en casa de mis padres, quienes no sospechaban absolutamente nada del entrenamiento. Si se enteraban, especialmente papá, lo regañaría por estar buscando ayuda cuando podía defenderse por sí solo y ese tipo de sermones no motivarían a mi hermano, fue por eso que decidimos no contárselos. 

Entré al departamento, encontrándome con Sophie, Amy y Cecy en la sala. Las tres se veían relajadas, debía ser por el spa. Cecy estaba acostada a lo largo del sofá, mientras hablaba por teléfono. Sophie estaba leyendo alguna revista de moda y Amy pintándose las uñas. 

―Por fin llegas ―dijo Amy, mirándome de reojo.

Rodé los ojos y me dirigí a la cocina. Me preparé un cereal y regresé a la sala, sentándome a lado de Sophie. 

―¿Cómo te fue con tu hombre? ―preguntó Sophie, dándole vuelta a la página de la revista. 

Sabía que no se refería a mi hermano, sino a Agustín. 

―No es mi hombre ―aclaré, llevándome una cucharada de cereal a la boca. 

Amy resopló y negó con la cabeza, dejando el esmalte color violeta en la mesita de centro.

―Como digas.

―Algún día lo será ―dijo Sophie, riendo levemente. 

Suspiré y decidí cambiar de tema.

―No sabía que Kyle era amigo de Josh Lancaster ―recordé ese pequeño detalle.

―Oh sí, ellos son muy buenos amigos ―contestó Amy, mientras soplaba sus uñas.

―Odio a ese tipo, se cree la gran cosa ―comentó Sophie, haciendo una mueca de disgusto. 

Quería contarles sobre el incidente de esta tarde en el gimnasio, pero me abstuve a decirlo. Volverían a hablar de Agustin y no dejarían de mencionar su nombre por el resto de la conversación.

―Julian, deja de decir esas cosas ―nos volvimos hacia a Cecy, quien estaba sonrojada. Nos miró y sonrió inocentemente. Sigilosamente, se levantó del sofá y sin soltar el teléfono de la oreja, se fue a la habitación de Amy. 

―No quiero imaginarme de qué estaban hablando ―dijo Sophie, arrugando la nariz. 

―Pensé que ya habían dejado de verse ―fruncí el ceño. Julian no parecía ser el tipo de chico que veías dos veces después de haber tenido algo con él en una noche. 

―Pensaste mal, él siempre le envía mensajes o la llama en medio de clases ―Amy se recargó el en sofá, admirando el color de sus uñas.

―Tal vez están en algo serio ―me encogí de hombros, pensando en la posibilidad de ver a Cecy en una relación.

Heridas Ocultas  [Aguslina] [Adaptada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora