Cuando la idea surgió para poder avanzar su investigación, Shinichi no vaciló mucho en aceptar la propuesta, pensando en que sería lo mejor para poder escapar un poco de las miradas de los sospechosos, quiénes estaban un poco al dente con su investigación tratando de resguardarse de las manos de la verdad. De esta forma, el detective del este tendría que transferirse temporalmente de Instituto y asistiría al de Hakuba en su lugar, con el acuerdo previo de los directivos quiénes se veían involucrados en la tragedia de los homicidios recientes.
Shinichi estaba desganado solo porque la comuna de Ekoda quedaba bastante lejos de su zona de vivienda, así como Hakuba Saguru tenía el mismo problema, pero de esta forma no necesitarían esconderse demasiado, ya que sino su investigación se estancaría indefinidamente.
Así es como el omega Shinichi había comenzado a preparar sus cosas, útiles y el nuevo uniforme que le había sido entregado, uno azul marino con una camisa blanca debajo, un poco demasiado sencillo, pero no podía quejarse, el de la comuna Ekoda resultaba algo más normal que el suyo propio.
Pasó sus días hablando con Saguru acerca de la investigación y de cómo eran los compañeros con los que conviviría, ya que no debía destacar demasiado, incluso si ambos eran afamados detectives juveniles que habían conseguido resolver la mayoría de casos que se habían presentado ante ellos con una claridad inimaginable e inigualable. La única preocupación del beta: Hakuba Saguru, era que su amigo detective, Shinichi Kudo, era un omega, y aunque jamás se acomplejó de su condición de género, le preocupaba aún más sabiendo que habían ciertos alfas un poco agresivos en su instituto, los que más de alguna vez intentaron agredir a otros omegas en épocas de celo. Shinichi le había dicho que no debía preocuparse, pero Saguru se ocupó de traer muchos supresores de olor y otros artefactos necesarios incluso de la mejor calidad posible. No quería que por algún descuido Shinichi saliera mal de la situación.
Kudo solo pensó que estaba preocupándose demasiado. En su instituto Teitan: no fueron raras las veces en que otros betas y alfas habían intentado agredirle, pero él no necesitaba la protección de absolutamente nadie, ni siquiera de la experta en karate como era su amiga de infancia Ran Mouri para defenderle. Sabía exactamente lo que sucedería en Ekoda si alguien intentaba hacer lo mismo, no necesitaría de las leyendas de su propio instituto para hacerse la fama, la construiría otra vez.
Llegado el Lunes, el detective Kudo Shinichi entraba tranquilamente al lugar que sería su nueva preparatoria. Recibió miradas curiosas de gran parte del alumnado, pero no se inmutó por ello. Solo debía llegar a la dirección, dónde se le presentaría a su nueva clase comenzado el período de estudio.
Cuando la clase entera se asombró de recibir al gran famoso de Japón, el detective juvenil hijo de la espectacular actriz Yukiko, una beta, y el reconocido escritor de misterios, Yusaku, un alfa, entrando por aquella puerta corrediza, Kaito Kuroba no pudo evitar también el asombro, como el resto de la clase. Sin embargo, sus motivos fueron diferentes, ¡joder, el que le perseguía aún mejor que Hakuba Saguru estaba ahí! Estaría presente en su actitud sospechosa y fuera muy probable que comenzara a insistir en el tema como lo hizo antes el detective de Londres.
—Buenos días. —comenzó la presentación el chico, mirando con su sonrisa confiada a todos los presentes. —Soy Kudo Shinichi.
La voz de las mujeres habían soltado un gran grito de emoción, con algunos suspiros enamoradizos acompañando esa escena. Incluso la maestra le ponía ojos especiales al detective, quién no hizo más que sonreír para dirigirse al que era el asiento de Hakuba, justo detrás del mago. A su vez, el ladrón solo podía reír. Según él, el gran detective estaba enamorado aún de Mouri Ran.
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Límite { Kaishin | Shinkai }
FanfictionShinichi jamás fue un omega débil y sumiso. Más de una vez demostró a otras alfas y betas que su género no le ponía un escalón más bajo que cualquiera de los dos, por lo que siempre fue respetado por todos sus congéneres, hasta que Kaito Kuroba apar...