- ¡Vamos inténtalo! - le dijé.
Se acercó a mí lentamente mientras yo retrocedía de acuerdo a su paso, no me di cuenta y tropezé con una pequeña piedra que hizó que caiga. Él aprovechó para cargarme en uno de sus hombros, mientras yo me quejaba y golpeaba su espalda.
Me sentó en su moto, me colocó el casco, se subió rápidamente y arrancó, ni siquiera tuvé un segundo para poder escapar.
Por lo rápido que iba tuvé que sujetarme de su cintura, de un completo extraño para mí, no podía creerlo, quién se cree él para obligarme a dejar el colegio e irme con él.
Llegamos a un lugar donde había muchísimos árboles, se escuchaba el canto de los pájaros; sinceramente era un lugar que reinaba la paz, era exactamente lo que necesitaba en esos momentos, pero sola no con la compañía que tengo.
- ¿Qué hacemos aquí? -
- No te preguntes nada, sólo disfruta de este momento - lo miré extraño
- ¿Qué? ¿Cómo no quieres que te pregunte nada, si me traes a un lugar que no conozco y encima a ti ni te conozco? - me enfadé.
- Era la única forma de callarte, y que me perdones - me lo dijó mirándome
- ¿Qué? - lo miré y me fui de regreso a buscar algo que me llevará a la ciudad.
Sentí una mano en el hombro con un "No te vayas", volteé y lo miré.
- Ahora me pides que no me vaya, cuando ayer me pedías que me fuera.
- Lo siento de verdad, no fue mi intención hablarte de esa manera y mucho menos alzarte la voz. Es que eres la primera persona que se preocupa por mí - me dijó llorando - Nunca nadie se había preocupado por mí y tú... tú fuiste la única, perdón ¿si?
- Wao... no sabía que con ese acto, hiciera que te sientas que me preocupo por ti, tal ves no se por lo que estás pasando pero sabes nunca debes tomar esa actitud, al parecer eres muy joven para que hagas eso, necesitas vivir tu vida, aprovecha lo que tienes, si te caíste pues levántate, no es tarde para nada.
- Gracias a ti, la vida me dio una oportunidad más - me abrazó
- De nada - le dijé devolviéndole el abrazo.
