14.- Necesidad

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Maratón 7/9

Michael POV

― Buenas noches— saludo con un acento ruso— Michael, ¿Cuánto tiempo?

― Ven aquí— le ordene rápidamente

― ¡dios! Estas tan listo amor— gimió mientras pasaba sus manos por mi erección

― Déjate de rodeos y comienza a trabajar— le exigí tirándola hacia la cama.

― ¡eres tan apasionado!— gimió cerca de mi oreja.

La lance sin pudor hacia la cama, la mujer cayó sobre el edredón y comenzó a arrastrarse como una gata en celo por encima de la cama, mire su anatomía, tenía unas largas piernas, unos ojos de un color muy expresivo y un cabello tan negro como la noche pero si poder evitarlo el libido que sentí con Valentina comenzó a desvanecerse lentamente.

― ¿Qué pasa cariño? ¿no vienes?— pregunto llamándome con un dedo, tenía una sonrisa entre diabólica y libidinosa, su cara decía sexo por donde la mirase hasta sus expresiones se volvían cada vez mas asexuadas. El deseo que despertó aquella mujer seguía ahí pero por alguna razón no reaccionaba con esta mujer ¿Qué demonios tenía esa chiquilla que me había excitado de tal manera?

― Ven aquí, baila para mí— le dije tomándola del brazo y sacándola de la cama, me senté en una de las sillas de la orilla en la misma en la que había estado sentada ella. la chica comenzó a moverse descaradamente encima de mí, acariciaba sus pechos y pasaba sus manos por todo su cuerpo, mire cada uno de sus movimientos detenidamente, su cuerpo parecía esculpido a mano era realmente una chica espectacular pero aun así mi mente estaba viajando hacia otro lugar, hacia un cuerpo o en realidad hacia una persona que era y se veía completamente diferente a esta.

― Eres tan sexy— me susurro mientras refregaba su intimidad sobre mi pantalón, en un día normal mi erección se habría vuelto loca con tal movimiento, la pasión se abría desatado en cantidades alarmantes... pero hoy no era un día normal puesto que sus estímulos no erizaron ni siquiera uno de mis cabellos. Una rabia incontenible fue lo único que sentí dentro de mi pecho, ¡había conocido a la mujer hace solo unas horas!, no podía ser que mi libido haya quedado tan prendado de ella ¡era imposible!

― ¡lárgate de aquí!— le grite apartándola de encima mío, la chica me miro sorprendida y a la vez molesta

― ¿Qué demonios te pasa?— pregunto en ruso

― Nada— conteste en el mismo idioma— dile a Lionel que hiciste tu trabajo y págate igual pero lárgate ahora mismo, hoy no tengo ganas— la chica recogió las pocas ropas que se había logrado sacar y comenzó a caminar hacia la puerta maldiciendo una y otra vez. Tenía una furia que pocas veces había sentido— ¿Cómo demonios puede trastornarme tanto en solo una tarde?— aspire fuertemente y fue peor el olor de ella aun estaba rondando en la habitación. ¿Quién demonios era esa chica?, si antes no tenía interés ahora de tenia que saber quién era ella en realidad, era una necesidad.

Toque el timbre que conectaba a la estancia de David y las mucamas, comencé a pasearme como león enjaulado por toda la habitación, ¿Quién es? ¿Dónde vive? ¿Cómo es? ¿Tendrá novio?, ¿Quién demonios es Valentina Zenere? Cuando ya me había dado unas cuantas vueltas en la habitación David apareció en ella.

― Sr. Ronda ¿se siente mal?— me pregunto alarmado

― No, no— respondí un tanto ansioso— David quiero que llames a mi equipo de investigación pero escúchame bien esto es totalmente confidencial, nadie puede saber nada de lo que voy a pedir.

CORAZÓN DE HIERRO                              |MICHAENTINA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora