—¿Lista para comenzar? —me preguntó el mayordomo al pie de la escalera, mis piernas temblaron un poco, pero tenía la sensación de que éste sería un trabajo genial.—Sí —le dije, y comenzamos a subir.
La mansión Ronda era extremadamente elegante, su decoración era hermosa, además, tenía un estilo clásico y único. Avanzamos por las enormes escaleras que daban al segundo piso, la mansión tenía en total tres pisos y un ático por lo que David me había dicho, era enorme. Llegamos al segundo piso y fuimos recibidos por un enorme corredor lleno de puertas, él me condujo a través de él, pero cuando llegamos al final descubrí que había otra escalera que teníamos que subir, llegamos al tercer piso y una amplia sala de estar nos recibía, tenía hermosos sillones y cuadros hermosos.
—Llegamos —dijo, deteniéndose ante dos puertas enormes—. Ésta es la habitación del señor Ronda. Espéreme aquí afuera por favor —me pidió gentilmente.
—Claro —respondí con la misma cortesía.
El señor Muri entró en la habitación del señor Ronda, retrocedí unos cuantos pasos y admire mi entorno, estaba en un lugar que parecía sacado de un cuento de hadas. La exquisita decoración me hacia transportarme a un mundo de magia y sueños, me sentía como una princesa en un castillo. El mayordomo tardo más de lo que pensaba, debía de estar preparando al señor Ronda, unos minutos más tarde tres mucamas subieron rápidamente las escaleras y se adentraron en la habitación. Me quedé pasmada viéndolas tan atentas y sumisas, cada una subió con la mirada pegada en el suelo y se metió rápidamente a la recamara. Cuando el reloj marcaba las ocho y media la puerta de la habitación se abrió y el señor Muri salió, acompañado de las tres mucamas, ellas bajaron con la misma rapidez y gracilidad las escaleras.
—Señorita Zenere—me llamó.
—¿Sí?
—El Señor Ronda está listo para recibirla, pase por favor.
—Gracias.
Avancé con nerviosismo los pasos que me distanciaban de la habitación, cuando llegué al umbral de la puerta lo primero que pude ver es que era un cuarto algo sombrío, la decoración que había en él era bastante minimalista y poco acogedora por así decirlo. Lo primero que nos recibió fue nuevamente una pequeña salita de estar, al fondo había un hermoso arco de madera, caminamos por la salita y cuando llegamos a los pilares del arco mis ojos se abrieron de una manera que jamás había ocurrido.
En el medio de la habitación había una enorme cama, en ella, un señor. Fijé mis ojos en su rostro y casi sonreí al darme cuenta de que era más hermoso de lo que se veía en las revistas. Mis piernas me comenzaron a traicionar, puse mi mano en una de las maderas de los arcos, no sabía si el piso se movía o yo no podía mantener el equilibrio.
Michael Ronda estaba recostado en su cama, su brillante y castaño cabello estaba despeinado, traía puesta una polera de color blanco muy pegada a su cuerpo. Nuestros ojos se encontraron y sentí la potencia de su mirada, sus ojos de un color cafeintenso me penetraron a penas se fijaron en mi. La mirada del señor Ronda me examinó de pies a cabeza. A pensar de que estábamos en presencia de su mayordomo no disimulo el potente escrutinio de su mirada, sus ojos recorrieron cada parte de mi cara y vestimenta, sin duda estaba revisando a una mas de su personal. Sus ojos eran tan poderosos que un ardor se dispersó por mis mejillas, sentía sus ojos en mí, sabía que me estaba examinando y eso me causaba diferente sensaciones. Cuando volvió a mi cara su rostro no mostraba ninguna expresión, sus facciones eran duras y parecía no conocer alguna otra postura, sus ojos denotaban la fuerte personalidad que tenía y el carácter que lo hacia tan famoso.
—Señor Ronda—interrumpió el mayordomo, pero él seguía con sus ojos puestos en mi—, le presento a la señorita Valentina Zenere, ella es la nueva enfermera que se hará cargo de su cuidado.
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CORAZÓN DE HIERRO |MICHAENTINA|
Fiksi Penggemar"Michael Ronda es conocido por su mal carácter e intransigencia. Sus negocios y dinero lo son todo en la vida. Como lección de vida sufre de una extraña enfermedad que lo tiene al borde del precipicio, para tener un cuidado personalizado y estar bi...