⚡️16 / Dic / 17 ❄️

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Cisco nos había dicho que llegaría tarde o inclusive no venir, al parecer le había surgido un pequeño problema.

Dejándonos sólo a nosotros o al menos eso fue por unos minutos...

Barry tomó su celular que no dejaba de sonar, para contestar aquella insistente llamada.

-¿Hola?... Joe ¿Qué pasa?- Hizo una pausa -Mmm... si- me miró de soslayo mientras soltaba un pequeño suspiro -Si Joe voy para allá-.

-¿Qué pasa?- Pregunté cuando el guardó su celular.

-Joe me necesita parece que es un caso nuevo, ya sabes lo que dice Cisco "¡El mal nunca descansa!"-

Sin poder evitarlo solté una pequeña carcajada al oírlo intentar imitar la voz de Cisco -Entonces ve-.

Me miró a modo de disculpa -Sólo será un momento Cait, prometo no tardar-.

-Barry yo entiendo- Sonreí -Así que anda y ve- parecía indeciso y no entendía porque, sabía que Barry se preocupaba por mí después de todo era su amiga.

"Amiga" vaya que esa palabra sí que era dura, porque tal vez para mí Barry ya no era sólo mi amigo... Tal vez yo, ya no quería ser sólo su amiga.

-Barry ve con Joe voy a estar bien- intente sonar segura; no quería que Barry se fuera pero tampoco podía pedirle que se quedara y mucho menos sabiendo que lo necesitaban en CCPD.

-Volveré pronto- dijo mientras desaparecía.

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No había pasado mucho tiempo desde que Barry se había ido, cuando mi celular comenzó a sonar; corrí hacia mi bolso para buscar mi celular y así contestar pensando que tal vez era Barry quien llamaba, sin embargo, justo al lado de éste se encontraba un sobre blanco.

Mi corazón dio un brinco reconociendo aquel típico sobre. El celular sonó de nuevo haciendo que me concentrará de nuevo en contestar pero en cuanto mire el identificador de llamadas lo deje a un lado.

No era Barry quien llamaba...

"Madre" había aparecido en aquel infernal aparato.

No era ningún secreto que mi madre y yo no teníamos una gran relación; todos sabían que ella y yo no embonábamos en el mismo lugar, incluso Barry sospechaba un poco de la mala relación que teníamos, aún cuando nunca le hubiera hablado de ello.

Así que decidí concentrarme en aquel sobre ya bastante común pero fue una gran decepción la que atravesó mi pecho en cuanto lo abrí y leí la carta, pues no era una nueva.

La última carta que había recibido se encontraba justo ahí, entre mis dedos. Al parecer aquella vez no había hecho lo de siempre (guardarla en mi mesa de noche que se encontraba junto a mí cama), había estado tan emocionada que la había vuelto a poner en el bolso.

-Querida Doctora Snow... - Mi corazón se detuvo por un segundo. Aquella voz yo la reconocería en cualquier momento, en cualquier lugar.

Lentamente y deseando que todo fuera una mala pasada de mi mente me di la vuelta. Justo ahí, a unos centímetros de mi, se encontraba Barry con una suave sonrisa pintada en su rostro.

-B-Barry- *Vamos Snow no tartamudees* -Creí que estabas con Joe-.

-Bueno... Te prometí que no tardaría- Miró hacia mis manos aunque sé con certeza que miraba a la hoja blanca que se encontraba sujeta por estas, por instinto escondí mis manos (junto con la carta) detrás de mí.

-¿Qué es eso?- Dijo señalando con su brazo hacía mí.

-¡¿Qué?!... Yo... Yo... No sé de q-qué hablas B-Barry- ¿Acaso no era capaz de armar una oración sin tartamudear?.

Querida Dra. SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora