Capítulo 11.

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El gran fiasco que era la vida de Jeon JungKook, se tornaba un poco más asquerosa después de haber montado semejante teatro. Jimin volvió a ser un hombre, completamente molesto, mientras miraba a sus hermanos, balbuceando un montón de insultos que no hacían más que provocar risa.

JungKook miró a cada uno de los presentes, después de haber vuelto a casa aquel día, decidió que lo mejor era cumplir su promesa. Les contaría a los chicos la razón de su interés por Murao.

El miedo y el nerviosismo que sentía por hacer lo que estaba a punto de hacer, consumían su insignificante ser. El chico se sentó en el sofá individual que había en la sala de Jackson y cargó a su pequeña hija.

— Es de verdad preciosa. — Espetó.

MinJi sonrió y le agradeció por el cumplido que había recibido.

Jackson le pidió a su pequeña y miró a los Demonios, YuGyeom y Mark intercambiaron miradas. No estaban seguros si presenciar aquel momento tan personal para los chicos era del todo correcto.

JungKook entregó a la niña y miró a los ex arcángeles.

— Será mejor que escuchen esto. Aunque deben saberlo mejor que nadie.

Los chicos aceptaron la propuesta de JungKook y se quedaron. Los subjefes, completamente expectantes, se posaron aun lado de su amo, WooSeok era el más impaciente de todos, pues conocería un lado de JungKook que jamás hubiera pensado en conocer.

JungKook suspiró y buscó en la mirada de NamJoon, la aprobación para comenzar a hablar. NamJoon asintió, concediéndole total permiso al muchacho. Así pues, comenzó.

— Cuando fui creado, Dios decidió que yo era su máxima creación. Me adoraba y no quería que estuviera solo. Al crear al hombre, decidió que el más hermoso de sus arcángeles también debería tener una compañera. Me arrebató una costilla y creo a una pequeña bebé. Me dijo que era necesario verla crecer para conocerla a la perfección ya que sería mi compañera. Sin embargo, no pude hacerlo. Me echaron del paraíso antes de que aquella pequeña parte de mí, tuviera memoria. Pensé que al ver el peligro que representaba, la destruiría o algo parecido. Estuve muchos siglos preocupado por mi otra mitad, pero jamás volví a saber de ella.

Jackson bajó la mirada.

— Nosotros creímos que también se habían deshecho de ella. Un par de siglos después de haber logrado separar al infierno y al paraíso. Dios le dio una aprendiz nueva a Gabriel. No sabíamos de donde había salido, pero en seguida notamos que irradiaba la misma aura que JungKook. Sin embargo, jamás creímos que sería aquella pequeña niña.

— Ni siquiera yo, me costó un poco de trabajo asimilarlo. — JungKook bajó la mirada y soltó un suspiró lastimero. —Necesito recuperar a Muraro, necesito que entienda que fue creada para mí.

— Pero... ¿Eso no sería exactamente lo mismo que lo que hizo Gabriel conmigo? Fui creada para servirle y estar a su lado, sin embargo, elegí a Yoongi. Por qué lo amo. — Hye miró a JungKook, apenada.

JungKook negó con la cabeza.

— Tú no eras parte de Gabriel. Murao es parte de mí. Esa mujer me pertenece y yo la necesito.

Yoongi se acercó a su hermano y puso una mano en su hombro, con el afán de concederle alguna clase de consuelo. NamJoon, al ver a su hijo tan destruido, decidió que lo apoyaría a recuperar a su verdadero amor.

— ¿Qué podemos hacer para ayudarte? — Preguntó.

JungKook miró a su líder, con anhelo.

— ¿Qué quieres decir?

— Que te ayudaremos. — NamJoon esbozó una sonrisa sincera.

— Esa chica está hecha con tu cuerpo. O está contigo o te devuelve tu costilla. — Habló Taehyung, dejando claro que estaba dispuesto a ayudar a JungKook.

Custos jjk BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora