Motel | NamJin

Protectora.

Jin se ha estado debatiendo mucho mentalmente. No sabe si guardarse el secreto del engaño hacia su amigo sea lo correcto. Lo que lo atormenta no es herir los sentimientos de NamJoon o destruir la falsa felicidad en la que vive, sino el hecho de que ha firmado un contrato de confidencialidad con Hera y no quiere terminar tras las rejas.

¿Amistad o libertad?

—Ya se enterara por otros medios —se dice a sí mismo Jin mientras se envuelve bajo las cobijas de su cómoda cama —. A veces hay que ser egoístas.

Y como no, si después de la gran decepción amorosa que sufrió su corazón lo único que pudo hacer fue recubrirse de piedra y volverse un insensible egoísta. Todo por miedo a ser lastimado nuevamente de la misma manera.

A veces se pregunta si su amigo tan solo llegó a notar, aunque sea un poco, lo roto y triste que se encontraba después de asistir a la boda.

Pero por la gran sonrisa que había mostrado NamJoon antes de irse de luna de miel, y también al volver, lo dudaba.
Su amigo es simplemente un estúpido que nunca de da cuenta de nada por más obvio que sea.

Y por esa gran razón y el hecho de que aún muy en el fondo, o no tanto, sigue dolido se duerme sin un gramo de culpa al decidir no hablar con su amigo respecto al tema.

◈❖◈

La mañana llega y los rayos del sol no lo despiertan dándole en el rostro o algo parecido. ¿Luz solar por las mañanas? No gracias.

Jin odia la luz por las mañanas así que se ha encargado de colocar unas gruesas cortinas negras para que el molesto sol no lo interrumpa en sus preciadas horas de sueño.

Él simplemente abre los ojos como cada día a la misma hora debido a la costumbre. Sin muchas ganas estira sus músculos mientras se sienta con los ojos adormilados en la oscura habitación. Si no mal recuerda es uno de sus días libres. Es como si le dieran descanso después de esa mala experiencia con la esposa de su amigo.

Se siente tan decepcionado porque nunca se lo hubiera esperado de ella o mejor dicho ¡nunca se lo hubiera esperado de cualquier persona que estuviera casada con Kim NamJoon! ¿Acaso está loca?

Jin sacude su cabeza espantando esos pensamientos de su mente. Se levanta y entra al cuarto de baño durante un largo rato. Cuando sale su celular está sonando como loco. —¿Qué pasa? —pregunta apenas desliza el circulo verde de la pantalla.

—Lo mismo me pregunto yo —empieza YoonGi al otro lado de la línea—. Ayer estabas todo raro, ¿paso algo?

Ahg, su amigo y su facilidad para detectar problemas o anomalías en el comportamiento de las personas a su alrededor.

—Pues... Nada serio, ¿quieres venir a mi casa?

Cuarenta minutos después YoonGi está sentado con una taza entre sus manos mientras pregunta: —¿Nada serio? —Relame sus labios antes de continuar —. Pero si es tu oportunidad, los dioses al fin se están apiadando de tu corazón y tú no has corrido a contarle a NamJoon. —termina con un tono de voz algo exagerado pero divertido.

Jin mira a su amigo por un momento. —No es tan fácil, sabes que decirle seria echarme la soga al cuello.

YoonGi cambia su expresión a una mueca algo extraña. —Estúpido contrato, sinceramente si no fuera por eso este trabajo sería perfecto.