Capítulo 13

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– Tú...- pronunció Minato apenas se volteó a ver a su hijo - ¿Si quiera estás pensando lo que dices?

- Lo hago, papá. - dijo el menor convencido de sus palabras - Amo a Sasuke, lo he hecho durante mucho tiempo. -

- ¡no me vengas con eso, mocoso! - dijo con rabia - ¡apenas y tienes 15 años! ¿qué mierda vas a amar? ¡no sabes lo que andas haciendo! ¡Aún no sabes lo que es amor! -

Naruto se mordió los labios y dejó las lágrimas acumularse en sus ojos - Sé lo que siento.  Lo amo, y eso me basta... - la voz se le rompió al final, pero no dejó que eso lo parara - y nunca pensé que tú, padre, ibas a preferir que no siguiese a mi corazón solo porque terminé amando a un hombre... 

Minato lo miró con rabia y negó lentamente. - No sabes lo que haces, Naruto.. te irás destruyendo a ti mismo...  y no quiero estar presente mientras lo hagas. -

La pelirroja mujer entendía a donde iba a la conversación. Se levantó y se fue echa un río de lágrimas. Al rubio mayor le dolía la decisión que estaba tomando, así que levantó y se encaminó hacia donde había ido su mujer. - Naruto, no puedo obligarte a nada, porque con quién estés es tu decisión,... sin embargo, te dejo en claro que no quiero ver a ningún hijo mío yendo por este camino errado... así que, hasta que no dejes esta tontería, no quiero volverte a ver.



Naruto miró su copa con un dolor que Ken no entendía.

- ¿Sabes, Ken? - los azules ojos lo miraron con una pena y cariño entremezclados difícil de comprender - uno hace de todo por el ser que ama... incluso sacrificar otras cosas que son importantes... incluso a sabiendas que se pierde algo muy significativo para ti... - Naruto no terminó lo que iba a decir con palabras, pero su último pensamiento le sacó una lágrima mientras sonreía. - incluso si tienes que abandonar a tu familia para siempre... -


- Naru, escúchame mi amor, yo te prometo que estaré contigo para siempre. Nunca te dejaré solo, menos si me necesitas, porque desde ahora yo soy tu familia. - 


El rubio recordó la promesa que se hicieron aquel día. No entendía como las cosas habían cambiado con tal velocidad.



Dos morenos ingresaban sonrientes a una pequeña casa.

– ¡Tará! - canturreaba más entretenido el mayor para dejar entrar a un sonrojado rubio que no escondió su sorpresa al ver la simple pero bonita decoración.

- Ita... Sasu... ¡no debieron! - gritó alegre para luego saltar y abrazar a ambos hermanos. Los cuales no dudaron en abrazar en respuesta al menor. - ¡Muchas gracias! Los quiero mucho. -

- No es nada, Naru. - dijo el mayor mientras sonreía - Eres parte de la familia, así que nuestro deber es cuidarte. 

El mayor notó como la palabra "familia" había entristecido al más pequeño, a pesar de que fingía seguir sonriendo como si nada le hubiese afectado.

- Naru, mírame - le dijo con una sonrisa mientras le hacia mirarlo  a los ojos - No llores. Tus padres están enojados, pero ya se les pasará. No pueden no querer que su adorable hijo no regrese, además, como mi cuñadito, es obvio voy a velar por ti como mi hijo para que mi estúpido hermano menor no te pervierta antes de ser mayor de edad. - Dijo lo último seguro de sí mismo mientras miraba amenazante al otro azabache, quien se hallaba sonrojado mirando a la pared con un puchero que solo encantaba más al de coleta.

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2018 ⏰

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