- Padre, tienes que entender, por favor.
Un pequeño niño de piel blanca y ojos negros miraba con lágrimas acumuladas al adulto que se encontraba parado frente a él desde el suelo donde se hallaba tendido con la mejilla roja. Los dos adultos que lo observaban lo miraban seriamente. La mujer tenía una mueca falsa de preocupación, mas no hacía nada para detener al hombre que no paraba de agredir verbalmente, además de físicamente, al menor.
- ¡Tengo suficiente con el perdido de tu hermano! ¿ahora tú?
- Pero- - una fuerte cachetada volvió a silenciar al pequeño azabache -
- ¡Nada de peros! ¡Estoy harto de la terquedad de ambos! Te rendirás con este capricho tuyo con ese niño o tú y tu hermano estarán fuera de nuestra familia.
- ¿Acaso no lo estamos ya? Botaste a mi hermano hace tiempo de esta casa.
- ¿También quieres que te bote a ti, Sasuke?
- Hijo, por favor, comprende a tu padre. Solo queremos que sean unos niños normales. Cásate con una buena mujer y concédenos el deseo de tener nietos, por favor. No seas egoísta, piensa un poco en nosotros.
- Madre...
El hijo menor de los Uchiha solo miró con dolor a su madre y bajó la cabeza sin saber que responder a eso. Sabía que tan decepcionados se hallaban sus padres desde que su hermano confesó su relación con Deidara a su familia. Los gritos, el llanto de su madre, la desaprobación de su padre y la salida de su hermano de la casa Uchiha fue algo que presenció y que, aunque no entendía por completo las razones por las que estaba mal, no quería que le pasase eso a él.
- Entiendo. Me casaré con una mujer.
- Eso es, mi pequeño. Sabía que lo entenderías.
- Alguien tiene que ser nuestro heredero, y espero que seas uno bueno, Sasuke.
- Sí, padre.
- Solo eres un cobarde, Sasuke.
Las palabras de su hermano le perforaban la cabeza. Sabía que tenía razón, sabía que era cierto, pero no quería escucharlo porque solo lo hacía más presente. Se mordió el labio con fuerza y miró a los dos mayores con rabia. Ya estaba cansado de tantas acusaciones, que al venir de esos dos solo las hacía más latentes, quería algo de apoyo. Solo deseaba eso. Alguien que pudiera tratar de animarlo, que le dijese que lo que hizo estaba mal, pero lo entendía, que lo justificaba.
- No soy como tú, Itachi. Yo también pensaba en mi familia, no quería perder a nuestra madre y nuestro padre.
- Tienes razón, Sasuke. Tú no eres como yo. Tú no luchaste por tu amor, y preferiste herir a Naruto antes de luchar por el amor que tanto decías tenerle.
- ¡Tenía miedo de perder a mis padres! ¿Acaso está mal eso?
- No. Solo te hace un cobarde.
- Eres un maldito, Sasuke. ¿Y qué pasó luego? Tus padres ya no están, ¿Por qué seguiste con la farsa?
La pelirrosa tiró con rabia todas las cosas que se encontraban sobre la mesa. Comenzó a gritar y soltar los improperios que se le venían a la cabeza mientras miraba y maldecía al rubio que la miraba asustado detrás del azabache que lo cubría de las cosas que la mujer parecía querer lanzarle. La mujer volvió a intentar aproximarse al chico, pero el mayor solo la tomo de las muñecas y empujó con cuidado para que esta no pudiese acercársele.
- ¡Basta, Sakura! ¡Te estás comportando como toda una loca!
- ¡Já! ¿entonces yo estoy ahora loca?
- Solo cálmate, baja el cenicero que tienes en tu mano y conversemos.
- ¡No! ¡No quieres conversar! ¡Solo quieres seguir excusándote para dejarme e irte con el puto ese que tienes como amante!
- ¡Ya, Sakura! ¡No te permito que hables así de Naruto!
- ¿Y cómo quieres que le diga? ¡Se acuesta contigo aún sabiendo que estás casado conmigo!
- Saku-
- ¡Tú no hables, maldita ramera!
- ¡Sakura! ¡basta!
La mujer se dejó caer al suelo y comenzó a llorar mientras lanzaba el cenicero que tenía en sus manos y lo estrellaba contra la pared. El rubio lloraba escondido tras la espalda del moreno, pues le dolía toda lo que se había formado, según él, por su culpa. Él consideraba a la mujer una amiga, así que le entristecía toda la situación a la que habían llegado.
El azabache se acercó a la mujer y le tendió la mano, pero esta la rechazó de un golpe. Sasuke miró al otro chico de reojo y suspiró. Se dio la vuelta dispuesto a irse, pero la voz de la mujer se dejó sonar una vez más produciendo un silencio y la mirada incrédula de ambos hombres que no podían creer lo que escuchaban.
- ¿Qué dijiste, Sakura?
- Lo que escuchaste, Sasuke. No puedes dejarme, estoy embarazada.
El Uchiha corrió hacia donde la mujer se encontraba y se arrodilló frente a ella mirándola asombrado mientras le preguntaba el cómo sabía eso y cuándo se había enterado. Pero el rubio que se encontraba en la puerta aún no salía de su asombro. Sus ojos se llenaron de más lágrimas mirando a la pareja de esposos en medio del destrozado cuarto y un sollozo se forzaba a no salir e interrumpir la emotiva atmósfera que rodeaba a la pareja.
"No puede ser... ¿te acostaste con ella, Sasuke?" fue el único pensamiento que en su mente resonaba y que provocaba un punzante dolor en su pecho.
- No puede ser, ¿seré padre? – fue lo último que el rubio logró oír articular al otro antes de salir de la habitación,
- Infeliz –
......
Hola, soy Lucii, la autora.
Disculpen por esto, pero tengo algo que decirles.
Estaré tardando más de lo normal en actualizar mis historias debido a problemas de salud. Estoy en descanso médico por una operación, y hoy me realizarán otra, así que no sé si tendré mucho tiempo para estar escribiendo las continuaciones.
No dejaré las historias, eso se los prometo, pero no podré estar actualizando tanto como me gustaría.
Me alegra saber que les gusta Amores Ocultos, y les agradezco mucho que disfruten de leerlo.Los quiero,
besos, Lucii.
ESTÁS LEYENDO
Amores Ocultos
Fiksi PenggemarSasuke está casado y tiene un hermoso hijo que ama desde el fondo de su corazón, pero su vida no es del todo feliz, ya que durante años ha tenido a Naruto como amante, pues lo ama demasiado como para dejarlo. ¿Hasta cuándo va a durar esta situación...