06

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Desperté y no vi a Finn por ningún lado.

-¿Finn?- me levanté y comencé a buscarlo como un loco.- ¡¿Finn, en donde estás?!- exclamé.

Después de eso, lo vi entrar por la gran puerta de cristál que daba con el bosque. Tenía los ojos rojos, parecía haber llorado.

-¿Finn?- me acequé.- ¿estás bien?- asintió.

-Si, solo salí a caminar, me perdí y me asusté.- sabía perfectamente que no se trataba de eso.

-¿Te hiciste daño?- lo comencé a examinar pero el apartó mis manos.

-Jack...

-¿Si?

-¿Quien es Evan?- preguntó un poco enojado.

-¿Por que preguntas?- fruncí el ceño.

-Recordé algo sobre el, ¿Hawaii?- rodé los ojos.

-Finn, Evan fue un novio que tuviste hace muchos años.

-¿Y por que lo recuerdo?- bufé.

-No lo sé.- me estaba comenzando a enojar.

-¿Es el chico del aeropuerto?

-Son demasiadas preguntas,- dije enojado.- mejor ve a desayunár algo.- frunció el ceño molesto y se dirigió a la cocina.

Salí de el lugar y encendí un cigarrillo. Estaba enojado y debido a eso pateé una botella que estaba en el cesped.
Noté que me estaba mirando por detrás de la puerta de cristál, se veía triste.

Al terminár el cigarrillo entré, no le dirigí la palabra y el a mi tampoco. Me senté en el sofá y encendí el televisór. Después de unas horas, se sentó junto a mi y me colocó dos pases en las piernas, eran para el lago.

-Vinimos para olvidarnos de todos, no para enojarnos por una estupidéz.- estaba cruzado de brazos y no me giraba a verlo.- ¿quieres venir conmigo?, no se nadar.- hizó un pequeño puchero.- se que no estás enojado...- con sus dedos tomó mi barbilla y giró mi rostro.

Al verme a los ojos sonrió y me dió un pequeño beso, no pude evitar sonreír.

-Sabía...- dijo.

-¿En donde los conseguiste?- pregunté.

-Aveces es malo preguntár demasiado.- bromeó.

-Pero solo que he hecho una pregunta.

-No me importa, vámonos.- sonreí.

Fuí a tomar las llaves del auto.

-¿Que diablos?, ¿acaso tus piernas no sirven?- preguntó bromeando.

-¿A que te refieres?

-Caminaremos.- dijo con simplicidad.

(...)

Después de cinco minutos de caminata llegamos. El lugar era lindo.

Al llegar a la entrada entregó los dos boletos y nos permitieron el paso. Nos proporcionaron unos chalecos salvavidas y así entré a el agua helada.

-Creí que querias venir.- le dije.

-Si, es que...- estaba rascandose el brazo nervioso.- no sé nadar.

-Creí que estabas bromeando.- salí poco a poco.- ven...- le extendí mi mano pero temía aceptarla.- yo estaré contigo.- con temor la acepto.

-No me sueltes ¿si?- comenzó a bajar.

-Jamás lo haría.- sus pies ya estaban remojados ahí.

-No espera...- quizo salír.

-Vamos Finn, estás practicamente dentro.- respiró profundo y lo ayudé a entrar.

Zorra 2- Fack                              [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora