40

885 87 131
                                    

El distintivo auto de la familia Oleff se había estacionado fuera de la casa. La pequeña familia bajó con gusto y se acercó a la entrada para poder tocar el timbre. Jack abrió la puerta y el pequeño Austin saltó de alegría al verlo.

-¡Tío Jack!

-Mírate, creciste demasiado y eso que solo fueron unas semanas.

La pareja se acercó a Jack para poder abrazarlo y felicitarlo.

-Estamos ansiosos por conocerlas.- dijo Wyatt.

-Creeme, nosotros también.- respondió Jack.

-¡Ey Finn!- exclamó Jaeden.

El rizado frotó los pulgares por sus apenas húmedos ojos y se acercó a ellos con una sonrisa en el rostro.

-¿Como están?- los abrazó.

Su voz parecía recién salida de una película de terror, era ronca y rasposa.

-¿Estas bien?- preguntó Jaeden.

-Lo estoy, es sólo que no tuve un buen día ayer.

-Todo el mundo tiene días malos, está bien, pero debes de relajarte, tus hijas están a unas horas de llegar.

-Lo sé, no quiero recibirlas así.

-¡Tío Finn!- exclamó de nueva cuenta el pequeño acercándose a sus brazos para poder abrazarlo.

-Hola campeón, ¿como has estado?

-Muy feliz porque por fin podré conocer a mis primas.

-¿Por que no te das una ducha?- interrumpió Wyatt. 

-Si, creo que eso haré.

Aproximadamente veinte minutos después el rizado bajó totalmente aseado y muy bien vestido.

-Que bien te ves amor.

-Oh, eh... Pues gracias.

Wyatt junto con el prometido de Sophia preparaban lo que parecía ser pescado asado.

Pasada media hora, Austin vió una camioneta negra llegar.

-¡Llegaron, llegaron!- gritó emocionado y pegó un brinco.

En el estómago de Finn se comenzó a formar un nudo, o un hueco, o muchas mariposas, quizá todo eso junto.

La pareja se acercó a la puerta y se quedaron inmovilizados por unos segundos. La pequeña y helada mano de Jack se comenzó a entrelazar con la de su esposo, cosa que este no impidió.
Abrieron la puerta, la trabajadora social se acercaba junto con el abogado, ambos con una pequeña en brazos.

Las manos de Jack temblaban como unas maracas y un nudo se formó en su garganta.

-Familia Wolfhard...

Sin pensarlo ambos se acercaron para poder tomar en brazos a sus hijas.

-Es todo por el momento, nos veremos en un mes.- se retiraron. 

Entraron a la casa y se sentaron cuidadosamente en el sofá. Estaban totalmente mudos.

Una de ellas comenzó a soltar pequeñas risitas. Finn, quien era el que la cargaba, no pudo evitar llorar, se la acercó al rostro y le dió un pequeño beso en la frente.

-Hola...- susurró.- yo soy tu papá, te prometo que cuidaré de tí y de tu hermana con mi vida, nada les faltará a las dos, Connie.

-¿Como se llamará ella Jack?- preguntó Sophia.

Zorra 2- Fack                              [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora