Capítulo 16 "Operación"

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-¿Qué tengo?-pregunté preocupada.

-Tranquila, no tienes nada, tan solo un golpe muy fuerte fácilmente curable. Pero la mala noticia es que...

Agarré fuertemente la sábana que me cubría, esperando su respuesta.

-Pues que te tenemos que operar.-dijo el médico de pelo castaño cobrizo.

No supe cómo reaccionar; me quedé mirando un punto fijo de la pared.

-¿Es difícil la operación?-conseguí preguntar con un hilo de voz.

-No, ese es el lado bueno. Es muy sencilla, de apenas una hora. Tan sólo tenemos que introducirte un tubo por la boca para comprobar si hay daños, y en el caso que los haya, te abriríamos un poco por esta parte-dijo mientras ponía su índice sobre un punto sobre mi ombligo-para colocar las paredes del estómago.

Tragué saliva y empecé a sudar.

El chico percibió mi nerviosismo y me acarició el pelo. Sus ojos oscuros me miraron y unas arrugas aparecieron a su alrededor al sonreír. Debía tener treinta años, pero aparentaba más.

-No te preocupes. Estarías mucho peor si tu amiga no te hubiese traído tan rápido.

Cuando abrí la boca para preguntar dónde estaba, apareció por la puerta.

-Os dejaré solas.-dijo el médico. Antes de salir, se dio la vuelta y me dijo:-Ah, y la operación será mañana, así que descansa.

Asentí en silencio y el chico salió de la habitación cerrando la puerta detrás suyo.

Judith vino a paso rápido y en cuanto llegó a mi camilla, me abrazó.

-Lo siento muchísimo, de verdad.-dijo al borde de las lágrimas.

-No pasa nada, fue mi culpa, no me acordaba de que tenías claustrofobia...-dije acariciando su espalda.

-Pero fui una bruta...-susurró mientras sus hombros se movían debido al sollozo.

-Fue un acto reflejo...

-Lo siento.

-Deja de disculparte.-dije tratando de consolarla.-Te perdono. Además, si no me hubieses traído, a lo mejor ni siquiera estaría hablando contigo.

Se tranquilizó un poco, y estuvimos unos minutos abrazadas. Al fin, Judith se apartó y se sentó en la camilla.

-¿Qué tal estás?-me preguntó.

Tenía los ojos rojos, pero su sonrisa era igual de sincera que siempre.

-Bien, un poco nerviosa, pero bien.

-Tranquila, es una operación muy sencilla, ya verás como a los dos días ya estás morreándote con Mark.

Le di una patada y me reí.

-Ah, por cierto.-se levantó y se fue hacia la puerta.-Aquí está.

Judith abrió la puerta y tras ella apareció Mark, con su sonrisa que siempre me derretía.

-Os dejo solos.-dijo mi amiga. Antes de salir, me guiñó un ojo.

-Hola.-saludó el chico sonriéndome.

-Hola.-respondí avergonzada de que me viese en esas condiciones.

-¿Qué tal estás?-preguntó, sentándose en la camilla.

Me encogí de hombros y me arropé más.

-Tranquila, no se te ve nada.-dijo acariciando mi mejilla.

Sonreí y me bajé un poco la sábana.

-¿Por qué has venido?-pregunté extrañada.

-¿Pensabas que no te iba a visitar? Qué poco me conoces...-dijo con una sonrisa burlona.

Me reí, pero me dolió el estómago, así que llevé mi mano sobre este para intentar que el dolor cesase.

-¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? ¿Llamo a alguien?-preguntó Mark preocupado.

-Sí, sí, no pasa nada, tan solo me duele un poco.-traté de sonreír, pero el dolor me lo impedía.

-Es mejor que descanses, ¿vale?-el chico se levantó y me dio un beso en la frente.-Duerme.

Observé cómo desaparecía por la puerta y poco a poco fui cerrando mis ojos.

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-_______, ¡despierta!-exclamó una voz.

-¿Qué pasa?-pregunté alterada.

Traté de abrir los ojos, pero no me respondían.

Unas manos me agarraron de los hombros y me zarandearon.

-¡Vamos! ¿A qué esperas?-volvió a gritar.

Me sonaba su voz, pero no alcanzaba a averiguar de quién era.

Aún sin ver, me senté sobre la camilla y bajé al suelo. El contacto con el suelo hizo que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo, pero lo ignoré y fui caminando con los brazos extendidos por si me chocaba.

-¡Sígueme!-gritó la voz.

Unas manos me agarraron de la muñeca derecha y me llevaron a rastras.

Traté de quitármelas de encima, pero eran demasiado fuertes.

Cuando casi conseguí escapar, un olor a quemado me llegó a la nariz.

-¿A qué huele?-pregunté corriendo.

-¿A qué va a oler? ¡A humo! Hay un incendio, así que corre más.-insistió.

Tragué saliva y dejé que me guiara.

Escuché un portazo y nos paramos.

-Aquí estamos a salvo.-dijo la voz.

Poco a poco conseguí abrir los ojos, y ante mí vi al médico que me había atendido.

-Y ahora...-dijo cambiando su tono de voz.

Caminé hacia atrás, pero me choqué con una pared.

El médico sacó de un bolsillo un taladro y me lo acercó a la cara.

-Hora de operar.-dijo con una voz cantarina.

De una puerta salieron decenas de enfermeros con diferentes instrumentos de tortura.

-¡Dejadme!-grité, pero no me escuchaban.

Justo cuando una batidora iba a tocarme la oreja, desperté.

Y grité.

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HOOOOLAAAA :3 que tal va todo? espero que bien :D este capitulo es muy gñe,pero como no tengo nada en mi cabeza pues... escribo lo que me viene:') muuchas gracias a todos,sois geniales ♥♥ un besoo

Mil recuerdos(Macklemore) [PAUSADA TEMPORALMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora