24.Capítulo

7.2K 355 23
                                    

Jesús entró en la habitación a pesar de no saber por que se reían. Los miraba extrañados ya que a Paula le había entrado un ataque de risa.

-¿Seguro que no interrumpo?-Preguntó Jesús.

-No tranquilo, yo ya me iba.- Dijo Paula riendo mientras recogía sus cosas.

Estaban a cuatro días del examen de matemáticas y Paula no entendía muy bien el tema. Nada más recoger le dio un abrazo de despedida a cada uno y se fue. Tras marcharse Dani fulminó a Jesús con la mirada.

-¿Qué pasa?-Preguntó al notar como lo miraba.

-Paula y yo estábamos a punto de besarnos.-Dijo Dani.

Jesús se quedó boquiabierto al oír aquello. ¿Desde cuando le gustaba a su hermano Paula? Había estado muy mal informado las últimas semanas.

-Te has perdido demasiadas cosas las últimas semanas.-Dijo Dani riendo.

-Ya veo. Tendrás que ponerme al día.-Dijo Jesús.

                                                                               ~·~ 

Elena, nada más llegar a casa, subió a su habitación y se tumbó en la cama. Estaba demasiado cansada y a la vez un poco entristecida al saber que Dani había quedado con Paula para estudiar Mate. ¿Esta celosa? Quien sabe. A pesar de estar con Jesús a momento seguía queriendo un poco a Dani. Lo que no sabía era si como mejor amigo o como algo más. Estaba confusa pero aun así sabia perfectamente que al que de verdad amaba era a Jesús. Cogió el disco de los gemelos y lo puso. Ya que estaba en aleatorio la primera canción que sonó fue Sueño.

Sueño con tu voz en lo más dulce de la noche y me despierto con tu olor en los sentidos de mi cuerpo, me parece estar despierto mientras tú me estas diciendo, dime, que es un suspiro.

Busco con mi mano en esta cama tan vacía por si no solo era un sueño y te encuentro todavía,¡pero nada! Solo era otro sueño,que triste son nuestras vidas.

Que falta de atención a lo que llamo amor eterno, perdón de corazón (de corazón).
Quisiera vivir dentro de mi propio sueño, por eso esta canción uh uh uh

Por estas vidas que viven perdidas,profundas miradas dormitan vacías,y a veces me giro y parece que sigues aquí junto a mí, y en la distancia hoy descubro que no hay vida después de tu vida,y por más que busco no lleva salida,la voz en grito,te busco, y no estás aquí, y no amanece el día,hoy sin ti.

Elena cogió los peluches que Dani y Jesús le habían regalado. Dory, el pez, se lo había regalado Dani y Willy, el pingüino, Jesús. A pesar de que no tuviera nada con Dani le tenía mucho aprecio al pez y no era nada fácil deshacerse de él. Estaba un poco confusa ante sus sentimientos y esos peluches no la ayudaban en nada; o eso era lo que creía ella.

                                                                                ~·~ 

Era Sábado. Elena se despertó sobresaltada al haber tenido una pesadilla sobre el secuestro. Era la segunda vez aquella noche que se levantaba sobresaltada por tener pesadillas. Miró la hora y vio que eran solamente la siete de la mañana. Bufó y se volvió a dormir. Cuatro horas después despertó al sentir que alguien le acariciaba el pelo, era Jesús.

-Buenos días pequeña.-Dijo Jesús tras darle un beso de buenos días.

-Buenos días Jesusiano.-Dijo Elena esbozando una sonrisa.

-Tienes media hora para desayunar y vestirte.-Dijo Jesús mirando el reloj.

-¿A dónde vamos?-Preguntó Elena curiosa.

-¿Acaso no sabes que día es hoy?-Preguntó Jesús.

-Espera...¿Hoy es 17?-Preguntó Elena mirando el calendario que tenía en la pared.

-Veo que recién levantada las neuronas te fallan.-Bromeó Jesús.

Elena le tiró un cojín mostrándose ofendida y este fingió dolerle. Se levantó de la cama y se dio una ducha rápida antes de vestirse. Había pasado un mes desde que Jesús y ella empezaron a salir. Hace un mes estaban en Londres pasándoselo bien hasta que ocurrió todo aquello. Tras vestirse bajó a la cocina a desayunar. Allí estaba Jesús hablando con Nuria hasta que apareció Elena y se callaron.

-¿Ocurre algo?-Preguntó Elena preparándose un cola cao.

-Buenos días cielo.-Dijo Nuria esbozando una sonrisa.

-No ocurre nada, tranquila.-Dijo Jesús.

-Buenos chicos me voy.-Dijo Nuria cogiendo su bolso.

-¿A dónde vas?-Preguntó Elena curiosa.

-Em, he quedado con unas amigas para salir a comer fuera.-Dijo Nuria no muy convencida.

Tras irse Nuria esta lavó los platos del desayuno y se fue con Jesús. Este le vendó los ojos cosa que no le gustó mucho. Estuvieron unos diez minutos andando hasta que Elena se cansó y decidieron parar.

-¿Queda mucho?-Preguntó Elena.

-No, dos calles más.-Dijo Jesús riendo.

Cinco minutos más tarde llegaron a su destino. Elena se quitó el pañuelo de los ojos y se quedó sorprendida al ver donde estaba. Jesús la había traído a un estudio de grabación y sabía perfectamente lo que iba a hacer, cantar para ella.

-¿Enserio hacía falta traerme hasta aquí para cantarme?-Preguntó Elena ladeando la cabeza mientras reía.

-Quería hacerlo todo más profesional.-Dijo Jesús riendo.

-Nunca había estado en un estudio de grabación, es increíble.-Admitió Elena sin perder detalle.

-Más increíble eres tú.-Dijo Jesús sonriendo.

Jesús se fue acercando poco a poco a ella hasta besarla. Llevaba saliendo un mes con Elena y sin duda había sido el mejor mes de su vida a pesar de todos los inconvenientes que habían pasado. Jesús se sentó en un sofá que había allí y Elena repitió su acción. Este cogió una de las guitarras que había allí y empezó a tocar los acordes de Amiga.

-Enséñame a rozar tu piel  no te quiero perder soy todo lo que ves. Somos dos almas que se creen que vuelan sin tener dos alas y un porque y tu  te crees que sabes todo cuando tu  te ibas me moría y solo tu, no importa donde estés. Amiga, te siento cerca cada día.Tu eres como la melodía que desliza y me susurra cada amanecer. Amiga quiero pasar todo este día metidos en la cama viendo como pasa el tiempo y siento que yo siempre quiero estar contigo hasta el final. -Cantaba Jesús mientras Elena esbozaba una sonrisa.

Mientras tanto en la cabeza de Elena había mil y un dudas. No sabía exactamente si al que amaba de verdad era a Jesús o a Dani. Amaba a los dos, eso seguro, pero uno de ellos lo amaba más y eso no era algo que podía solucionarlo a cara o cruz. Eran tan idénticos pero a la vez tan diferentes que confundían los sentimientos de Elena. Lo mejor que podía hacer era resolver sus dudas a pesar de todos los inconvenientes que trajera aquello.

Mientes (Daniel y Jesús)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora