Confesiones

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CAPÍTULO 11

ANDREA POV

Hace frío, mucho frío y en el único lugar del departamento de Daniel donde la calefacción no es una chimenea es en su habitación, así que ambos hemos corrido de la sala hacia su habitación en cuanto ha empezado a nevar

Observo las fotografías y los diplomas que tiene colgados en la pared como símbolo de orgullo, en una de las fotografías esta él levantando sus brazos, parece llevar equipo de acampar y estar al borde de una cascada. Continuó mirando encontrándome con otra, esta bajo un árbol gigante, hay un enorme perro color chocolate a su lado, Daniel sonríe directamente a la cámara

—Por favor dime que a ti también te ha caído mal ese salmón— Cierra la puerta entrando en la habitación

—No, todo bien hasta ahora— Suelto neutra mientras tomo asiento en la cama y subo la manta sin dejar de mirarle

—Bueno, espero que si este malo del estomago o algo porque hoy no quiero ir a trabajar— Se lanza con fuerza cayendo a mi lado

—Supongo, si

—¿Y que hay de ese tipo de ayer? Casi se ahoga con el trozo de carne, por suerte habían dos experimentados doctores, uno era más hermosa, tierna y sentimental pero bueno, eso no cuenta— me sonríe apoyando sus codos en la cama para mirarme desde abajo

Guardo silencio observando nuevamente las fotos en la pared. Las palabras de Lily llevaban días rondando mi cabeza, no sabía cómo abordar el tema para que no fuera incómodo, me moría de ganas de saber que es lo que había pasado. Pero sabía que no podía pedirle a Daniel que me contará algo tan personal si yo tampoco lo había hecho, debía ser yo primero

—¿Qué pasa? ¿Estas bien? Desde hace algunos días estas bastante rara, tanto, que confundiste el omeprazol con la morfina Andrea y ayer en la cena solo me hablabas a medias. ¿Hice algo que te molestará? Porque yo nunca...

No puedo evitar sonreír. Siempre leyendome la mente

—No, al contrario. Yo quiero... —no puedo evitar bajar la mirada

—Oye, mírame por favor— se acomoda y levanta mi mentón con suavidad —¿Que ocurre?

Suspiro tomando sus manos y él se acerca más quedando sentados en la cama uno enfrente del otro

Le miro nerviosa

—Andrea... Me estas poniendo nervioso

—Ya somos dos— le sonrío sin mostrar los dientes y él asiente tragando saliva

—No, n-o querrás terminar conmigo, ¿o si?

—¿Que? Por supuesto que no— tome sus mejillas entre mis manos
—Pero tengo miedo que las cosas no salgan como espero y pueda... Yo solo quiero ser sincera

Su entrecejo se arrugó
—Dije que iba a darte el tiempo que necesitarás

—Lo sé, lo sé, pero tengo que decírtelo todo ahora... Es la única forma en que puedo estar tranquila, dormir tranquila

—Andrea...

—Por favor escúchame, escúchame antes que pierda el valor

Asiente y toma mis manos que habían comenzado a temblar. Suspiro tomando mucho aire

—Mi padre fue un soldado de alto rango que le dedico toda su vida a la nación y murió como un héroe. Recuerdo muy poco de él a decir verdad, tenía unos 5 años cuando tocaron a nuestra puerta para avisarnos que ya no regresaría. Mi madre quedó destruida, jamás pudo olvidarlo, nunca fue ella de nuevo...

La Doctora Evans Donde viven las historias. Descúbrelo ahora