Capitulo 1

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La veo remover su comida sin probar bocado, se veía pensativa y esta así desde que salimos del hospital. No puedo soportar la ansiedad de saber lo que le pasa a mi esposa, puedo tolerar los correos cortantes, pero esto ya es la gota que colmó el vaso.

— ¡Maldita sea! Ana, ¿Vas a decirme que está mal?—alejo el plato vacío, esta situación me está comenzando a irritar cada vez más—Por favor, me estas volviendo loco.

Se pone nerviosa y empieza a respirar entrecortadamente, su mirada mostraba ¿Pánico? Respira hondo y dice.

—Estoy embarazada.

¿Qué dijo? ¿Embarazada?, Mierda, mierda y más mierda, siento como la sangre huye de mi cuerpo. Esto debe ser una maldita broma ¿Cierto?, mi mente esta en blanco.

— ¿Qué?—es lo único que logro decir.

—Estoy embarazada—lo repite de nuevo.

No logro pensar nada coherente, mi cuerpo se manda solo.

— ¿Cómo?—susurro, ¿Cómo?, Grey enserio que pregunta más estúpida, bien sabes cómo es que está embarazada. Maldito subconsciente, cierra tu puta boca de una vez. Se pone roja y con su mirada se burla de mí. Este no es el momento para aguantar sus estúpidas bromas. Siento que la ira se apodera de mí.

— ¿Tu inyección?—como cojones se pudo olvidar algo tan sencillo como una maldita inyección— ¿Olvidaste tu inyección?—se queda callada ¿Cómo mierda lo pudo olvidar?

— ¡Mierda Ana!—golpeo la mesa y ella se sobresalta, me levanto de inmediato casi tirando la silla—Debes recordar una cosa, una sola cosa que recordar ¡Mierda! No puedo creerlo ¿Cómo pudiste ser tan estúpida?—grite, ella solo bajo la mirada.

—Lo siento—dijo apenas audible, ¿Lo siento? Un maldito Lo siento no arreglara esto, nada lo arreglara.

— ¿Lo sientes? ¡A la mierda!—exploto.

—Sé que no es buen momento...--abre la maldita boca.

— ¡No es buen momento!—vuelvo a gritar—te conozco hace cinco jodidos minutos. Te quería para mí, quería mostrarte el jodido mundo y ahora joder...pañales, vómitos y mierda—cierro los ojos y cuento hasta diez mentalmente, esto me supera, ya no hay vuelta atrás, perdí el control de todo. Que las palabras salían solas.

— ¿Lo olvidaste? Dímelo. ¿O lo hiciste apropósito?—mi sangre hierve.

—No—susurra.

— ¡Creí que teníamos un maldito acuerdo con respecto a esto!—vuelvo gritar.

—Lo sé, lo teníamos. Lo lamento.

Ignoro eso último.

—Es este el motivo por el cual me gusta tener todo bajo control. De esa forma, mierdas como estas no ocurren y se jode todo—espeto.

Veo como sus ojos se ponen acuosos, oh mierda, no las lágrimas.

—Christian por favor no me grites—dice con la voz entrecortada.

—No empieces ahora con las lágrimas. Joder—jalo mi cabello. Vienen recuerdos de mi espantoso comienzo en este mundo, un niño de cuatro años, cuidando de su maldita madre drogadicta.

— ¿Crees que estoy listo para ser padre?—digo con miedo, todo esto me recuerda a mi infancia. De ahí se origina todo mi maldito miedo. Vuelvo a ser el adolecente voluble y descontrolado de años atrás.

—Sé que ninguno de los dos está listo para esto pero creo que serás un maravilloso padre—se le corta la respiración—podremos hacerlo.

¡JA! Ella no me conoce, ¿Buen padre yo? A quien quieres engañar Ana.

— ¿Cómo mierda lo sabes?—escupo con fuerza— ¡Dímelo!—El miedo se apodera de mí, necesito alejarme aquí.

— ¡Oh a la mierda con esto!—alzo las manos en señal de derrota, esto acabo conmigo, camino hasta mi despacho, pienso encerrarme ahí hasta que todos estos sentimientos encontrados se vayan...

No sé cuánto tiempo estoy tomando, pero mi vista es borrosa y comienzo a recordar mi luna de miel con Ana, que buenos recuerdos. Cierro los ojos y veo a un niño que es igual a mí, cuando abre sus ojitos veo que son azules, así como los de Anastasia.

—Hoda papi—dice el niño y levanta sus brazos.

Continuara...

¿Que hubiera pasado si...? #PGreySteele2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora