Epilogo.

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5 años después.

Miro desde la ventana de mi despacho como Teddy corre detrás de su hermana, puedo escuchar sus risas desde acá. Es increíble como el tiempo pasa, hace años no era más que un estúpido revolcándose en su miseria, sin darse cuenta que afuera había gente que lo quería. Hasta que apareció ella, de rodillas, literal, vino a poner mi mundo de cabeza, aquellos ojos azules que me recuerdan tanto al paisaje que veo cuando salía a navegar. Solo con escuchar su voz me alegraba el día, recordar lo que pasamos para poder ser felices. Elena, esa maldita mujer, termino matándose en el hospital psiquiátrico hace 2 años, tenía un serio trastorno debido a los traumas de infancia.

Ana, mi Ana, que haría sin ella, me saco de mi infierno, me ayudo a ver las cosas de otra manera, me unió más a mi familia, me dio dos preciosos hijos. Teddy y Phoebe.

Aquella bebe de ojos grises es mi perdición, es una muñequita al igual que su madre, sabe cómo manipularme, pero que le hago, es mi única princesita, porque Ana es mi reina. Teddy, ese niño risueño de mirada azulada, es un pequeño curioso y travieso, aunque muy inteligente, a veces entra a mi despacho a hacerme compañía. Un par de veces lo lleve a Grey House, pensé que se iba a aburrir, pero todo lo contrario estaba fascinado viendo como yo trabajaba, viendo como el resto caminaba de un lado al otro con documentos, redactando informes, contestando el teléfono. Cuando regresamos a casa, le conto todo lo que vio a su madre, se oía entusiasmado, dijo que cuando sea grande, el será el próximo presidente de Grey Enterprise Holding.

La verdad es que la idea me entusiasma mucho,  yo había creado la empresa porque siempre fue mi sueño, nunca pensé en la probabilidad de que pasaba si algún día moría, en manos de quien iba a quedar mi imperio. Pues ahora tenia dos, no los forzare a que tomen la presidencia, ellos serán lo que quieran ser, doctores, ingenieros, arquitectos, abogados. Da lo mismo, mientras ellos sean felices, yo también seré feliz.

Mi hermano, Elliot, ese chico babea por su esposa e hija. Sip, el gran mujeriego que se acostó con medio Seattle, se casó y un par de meses después del nacimiento de mi hijo dieron la noticia de que tendrían una niña. Fue una gran celebración. Mia tiro la casa por la ventana, emocionada, diciendo que la llevaría a todos sus viajes de moda, etc. Mi hermana está loca, pero así la queremos.

Ella y Ethan se casaron hace tres años, se fueron de viaje por luna de miel, quien sabe dónde, nunca se quedaban en un mismo lugar por más de una semana. Dijo que cuando regresen el pequeño Kavanagh ya debería estar en camino. No se equivocaron, cuatro meses después regresaron de su viaje, y Mia tenía una pequeña pancita, el imbécil que tengo por hermano se burló de ella, diciéndole que había subido de peso. Mia le dio una gran sonrisa, subió a la antigua habitación de Elliot, y bajo con su vieja guitarra. Mi hermano abrió los ojos mirándola con miedo. Si no había algo que amaba más que a Kate y su hija, era su preciada guitarra.

Flashback

—Mia, por favor no le hagas nada a mi guitarra—suplico.

—Me llamaste gorda—susurro Mia.

—Perdón hermanita, perdona a este idiota que tienes por hermano—Elliot camino hasta Mia intentando quitarle la guitarra. Pero Mia fue más rápida y la dejo fuera de su alcance.

—Si ya sé que eres idiota ¿Acaso no aprendiste nada cuando Kate estaba embarazada?—hablo.

—Aprendí muchas cosas, soy un baboso, pero por favor dame la guitarra—Elliot parecía querer orinarse en los pantalones. Mientras yo estaba sentado en el sillón mirado la escena divertido.

—Mmm ¿Qué me darás a cambio?—dijo Mia mientras se miraba la uñas.

—Lo que tú quieras hermanita, lo que tú quieras, pero quiero mi guitarra.

¿Que hubiera pasado si...? #PGreySteele2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora