VII

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- ¿Qué haces aquí? - escucho detrás de él. La voz era tan dulce y blanca que le parecía que tal vez ya estaba muerto y un ángel había bajado a recogerlo. Volteo para encontrarse a un chico rubio vestido completamente de negro, mirándolo fijamente con ojos muy expresivos, pero a la vez tristes. Era un chico muy hermoso.

- Estem, estaba viendo el cielo- el chico sonrió divertido y se acercó para pararse a su lado.

- No es este el arrebol más hermoso que has visto es difícil ver uno así empezando la primavera- miraba hacia arriba mientras se agarraba a la barra que los separaba de caer y empezaba a balancearse en sus tobillos de manera infantil. Era lindo.

- Yo nunca había visto un cielo tan hermoso- Dijo YiXing dejándose llevar por la conversación acerca del hermoso cielo sobre ellos.

- Dices eso porque no lo has visto de noche en Nueva Zelanda- Volteo con una sonrisa sin dejar de jugar. A pesar de su vestimenta oscura se veía adorable.

- Nueva Zelanda? Eh estado ahí pero nunca me he detenido a mirar ese aspecto de la noche.

- Regresa y míralo. Hay un lugar en la isla sur de Nueva Zelanda, muy cerca del monte Cook, la Reserva Internacional del cielo oscuro Aoraki Mackenzie- alzo los brazos mientras hacía ondas con estas de manera mágica- durante las noches puedes apreciar una de las vistas más hermosas del universo, los astros se lucen frente a tus ojos con vanidad, pues lo que puedes ver es un trocito de la vía láctea.

- Oh dios, ¿¡La vía láctea!?

- Exacto, el camino en espiral resultado de la leche derramada por Hera. Nuestra galaxia... para un ser humano lograr ver una belleza tan colosal es una bendición- miraba hacia el cielo como buscando entre nubes- miles y millones de estrellas viajan todos los días sobre nuestras cabezas como niñas revoloteando en el jardín del universo, alumbrando y colmándonos de su belleza, lo menos que nosotros podemos hacer es admirarlo.

- ¿Solo la puedes ver en Nueva Zelanda? - Quería escuchar más a ese chico, todo lo que salía de sus labios, le transmitía conocimiento y tranquilidad.

- No, de hecho, en todo el mundo hay Reservas internacionales del cielo oscuro, como la francesa Pic du Mindi, el observatorio blue bridge en estados unidos- contaba la cantidad de lugares para ver las estrellas atreves del mundo como si de dulces se tratasen - Y no olvides jamás el lugar mas hermoso... el valle de la muerte. Ahí no solo vez las estrellas, sino toda la vía láctea en su mayor esplendor. Es mi lugar favorito para perderme en el universo...

La conversación del cielo continuo sin reparos. Solo era el y ese chico extraño de antifaz. No había nada mas fuera de ellos. Ni siquiera recordaba porque se sentía triste.

En eso recordó a JongDae. Vio cuánta razón tenía cuando se refería a que hablando con ese chico podía permanecer horas sin cansarse. Sabia sin lugar a duda que ese era el famoso estudiante X, ya que nadie tenia una apariencia tan misteriosa y atractiva al mismo tiempo. Pero él más allá de verlo como un mujeriego y gigolo, solo pensaba en lo genial que era que su amigo se enamorara de tan culta y maravillosa persona. Haría lo que estuviera en sus manos para ayudarlo a conquistar a ese chico.

- Eres la primera persona a quien le cuento de mi afición por las estrellas.

- Eres la primera persona que conozco que mire el universo con los humildes ojos de mortal.

- Muchas gracias, y es que con la mayoría de las personas con las que hablo, solamente lo hago de lo que a ellos les gusta, no de lo que yo amo.

- Te diré algo muy en serio. Conmigo no te límites. Pues, así como el universo es infinito, estoy seguro de que tu corazón también.

Heart Wounds (SuLay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora