Parte 1.

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La nave espacial Ávath volaba por la galaxia a una velocidad considerada siendo manejada por la inteligencia de las computadoras no tan hábiles.

La nave atravesó por un campo de asteroides durante su camino, esquivando a la mayoría con éxito pero efectivamente hubo una excepción. Un asteroide de grandes dimensiones impactó con una parte importante de la nave. Las computadoras reaccionaron de inmediato para iniciar las reparaciones, pero un ordenador de a bordo comenzó a averiarse repentinamente debido al gran esfuerzo que estaba haciendo, provocando que una de las incubadoras se abriera, y despertara a su pasajero del estado de hibernación en el que se encontraba.

– Bienvenido a la Ávath– habló la computadora que programaba a la incubadora al momento en que la tapa se abrió por completo –. Pasajero número 582, Derek Hale.

Mientras el pasajero despertaba totalmente de su sueño, la computadora revisó los signos vitales, salud mental, y otros puntos importantes del humano para rectificar que se encontraba en perfectas condiciones para abandonar la incubadora.

– Pasajero número 582 está listo para abandonar la incubadora – en ese momento Derek abrió los ojos, teniendo la vista nublada y los sentidos perdidos en aquella voz de la computadora. Se levantó poco a poco de la camilla, mirando sus manos con bastante confusión no sin antes bostezar y tallar sus ojos con las muñecas.

– ¿Ya llegamos? – preguntó él, teniendo como respuesta su misma voz que sonaba en eco por todo el vestíbulo.

– Efectivamente – contestó la computadora luego de unos segundos.

Derek miró a su alrededor para buscar a los demás pasajeros que se suponía estarían despiertos al igual que él, pero no había nada más que cuerpos durmiendo en sus incubadoras.

– Usted tiene la dicha de usar una pulsera de acceso que le dará entrada a los lujos de la Ávath – Derek se sentó al borde de la camilla mientras la mujer seguía hablando, esperando un momento hasta que sus piernas se acostumbraran al nuevo movimiento para ponerse de pie y tambalearse un poco. Miró su muñeca para asegurarse de que usaba la pulsera –. Desde hoy, contamos con 4 meses para aterrizar en el planeta Crithok, disfrute su estancia.

El suelo se iluminó ligeramente hasta crear un camino de luz hacia una puerta, dando entender al chico que tenía que ir allí.

– Su habitación se iluminará para usted – oyó de nuevo a la mujer al momento en que una pequeña puerta se iluminaba también –. Por favor, utilice su pulsera de acceso para la entrega de su equipaje.

Derek pasó su muñeca frente a una computadora de acceso para que enseguida la puerta se abriera y le dejara entrar a su habitación en donde yacían las maletas que había hecho en la Tierra antes de abordar.

– Recuerde tomar bastante líquido, eso le ayudará a recuperarse luego de su larga hibernación  – añadió la computadora –. Señor Hale, usted es parte del grupo de pasajeros número 38 al que se le asignarán clases para comprender la dinámica de la nueva colonización en el planeta próximo en la habitación número 15.

De pronto todo era silencio.

Derek se dirigió a la ducha antes que nada para luego salir de la habitación y buscar a sus compañeros de grupo. Como no encontraba a nadie en los pasillos, regresó al área de las incubadoras, mirando cómo todos seguían dormidos. Se detuvo frente a su incubadora, notando que ésta estaba totalmente apagada. Apenas se acercaría para intentar encenderla cuando una chispa salió de entre las conexiones, haciendo que Derek soltara un grito de espanto y se alejara de la máquina. Decidió ignorar aquello, creyendo que era normal que eso sucediera así que se retiró del vestíbulo para dirigirse a la habitación marcada con el número 15, allí dentro le esperaba otra mujer virtual.

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