Capítulo 3

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Un día mi padre me dijo que cuando fuera grande tendría que levantarme por mi cuenta. Sin alarmas.

Después de tanto tiempo, he logrado comprenderlo... Aunque aún no soy grande.

Hoy puedo decir, con mucho orgullo, que Kim Wonpil despertó antes de que el sol saliera y debo de agregar, que lo hice por mí mismo.

Lo difícil fue levantar a los demás, Sungjin duerme como una roca.

Cuando desperté lo primero que miré fue su rostro, estaba tan cerca del mío que podía tocar mi nariz con la suya. Era tan lindo cuando dormía que me daban ganas de besarlo, pero no lo hice. Había una cosa más abajo que estaba despierta.

Sí, soy hombre y entiendo de éstas cosas ¡Pero estaba literalmente pegado a él! Esa cosa presionaba contra mi estómago, y era incómodo... Pero no podía moverme, porque seguramente un simple movimiento crearía fricción y... sería mucho más incómodo.

SungJin no es DoWoon.

Intente recordarme eso cuando miraba de nuevo sus labios entreabiertos, sus largas pestañas, su cabello cayendo sobre su frente. SungJin era hermoso.

Pero repito, no es DoWoon.

En fin, de nada me había servido despertarme temprano si iba a estar tumbado todo el tiempo, porque aunque con algo de suerte pudimos entrar los dos, no podía salir sin su ayuda. Estaba atorado. Le llamé por su nombre incontables veces, rocé mi nariz en sus ojos cerrados y hasta pasé mi lengua por sus mejillas. Nada funcionó.

Luego, por fin recordé que tenía dos manos.

Cuando SungJin se despertó me miró alarmado, después apartó la vista y me gritó -más bien parecía un chillido- que saliera lo más rápido posible de ahí. Obviamente le hice caso y me arrastré cual gusano. Cuando el chico tuvo de vuelta su color normal en sus mejilla me ayudó a despertar a Jae, quien se encontraba demasiado lejos del lugar en donde había dormido. No quisimos indagar mucho sobre porqué estaba durmiendo desnudo.

SungJin lo movió con su pie de un lado a otro para que despertara, pero el rubio seguía inconsciente. Yo también hice mi esfuerzo y fui por algo de agua a una de las tantas fuentes que había por el lugar, tomé un poco entre mis manos y con cuidado la llevé hacia donde estábamos.

Para mi desgracia solo había llegado una décima parte de la que había tomado y no sirvió para despertarlo, iba a por más cuando SungJin hizo algo con sus dedos en la barbilla del mayor y éste se despertó llorando. El pequeño seguía extrañando el manicomio. ¿Qué persona querría vivir en un manicomio?

Brian despertó por el escándalo, agradecí por eso a Jae. Pensé que cuando intentara despertar a Kang, me golpearía o me mataría ahí mismo.

SungJin nos hizo sentarnos alrededor de un árbol y sacó de su bata un papel doblado. Lo desdobló y también sacó una pluma de la bata de Jae.

—Paso 1: Distracción. Listo. Paso 2: Huir. Listo. Paso 3: Sobrevivir. —Nos miró a cada uno y después se tocó a él mismo—. Listo. Paso 4: Aeropuerto.

—Casi estamos a la mitad. —Dije alzando los brazos, Jae hizo lo mismo.

—Creo que falta un paso, ¿Dónde conseguiremos el dinero para comprar los boletos?



(...)



—No entiendo porque tengo que ser yo el vagabundo —Dije por milésima vez colocándome una de las desgatadas prendas que SungJin le pidió prestadas al vagabundo del parque. Jae estaba ensayando sus líneas.

Síndrome del Amor || DAY6 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora