Capítulo 9

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¿Saben qué es lo que mas me gustaba de DoWoon?

Su forma de ser, lo valiente que era. En el instituto siempre pensé que el chico solitario era enigmático, atraía las miradas de todos. En especial la mía, DoWoon llamaba demasiado la atención. Cuando lo volví a ver en aquella habitación pequeña, sentado en una silla con aquel moretón en su ojo, me dije que tenía que hablarle.

Fue la primera vez que lo veía de cerca, y por alguna razón se me hacia conocido, sabía que lo había visto antes. Era mi Woonie. Él también me reconoció.

Despues vinieron los secretos sobre tantos golpes, sobre tanto odio hacia los demás, los porqué de aquel DoWoon rebelde.

Yo lo escuché, le aconsejé y le di mi apoyo hasta la ultima vez, hasta la ultima vez que lo vi en aquel auto mientras lloraba en los brazos de su madre, al lado del monstruo que le hacía daño.

Pero me equivoqué, DoWoon no era valiente. Solo lo aparentaba, solo era una cara falsa que solo yo veía. Que yo mismo inventé.

Pero él necesita a alguien que lo cuide, a esa persona que lo sostenga en sus peores momentos, que de por si son muchos ya, necesita la comprensión y apoyo de un amigo, el cariño de ése alguien. Yo hubiera podido hacer todo eso con gusto, pero el me dio a entender que no pensaba lo mismo.

—Ya no pienses en él, —Me dijo SungJin en cuanto salí de la habitación en donde dormimos. Jae y Brian hablaban con el chico americano y por lo que podía ver, estábamos por irnos. Traté de sonreírle a SungJin, no quería que el se preocupara por mi—, DoWoon no es el único chico en la tierra.

Para mi lo es, Woonie es único. Especial. Pero por lo visto, yo no era lo suficiente para él.

—¿Quién está triste o enojado? —Pregunté tratando de sonar seguro y caminé por su lado. Necesitaba irme de este país— Estoy bien, SungJin. Muy bien.

—Tienes los ojos hinchados y aun tienes tus lagrimas en las mejillas, tonto.

Asustado toqué mi rostro y efectivamente, estaba empapado. —No esperabas que se me pasara de la noche a la mañana, ¿Verdad?

—Cómo sea, tenemos que irnos.

Despues de despedirnos de Jack e ir por nuestras batas de hospital las cuales ahora estaban limpias y blancas, Brian nos ofreció unas prendas para no tener tantos problemas en el aeropuerto. Esa ropa era de Jack, no de Brian.

Ya en el taxi, el cual pagó SungJin con sus veinte dólares, decidí mirar por ultima vez aquella ciudad. La ventanilla estaba un poco mojada y gotas seguían cayendo del cielo, pero aun así no me impidió ver sus enormes edificios.

DoWoon es tan pequeño en comparación a esta ciudad... y yo lo soy aun más.

—Chicos... —Despues de una media hora recorriendo aquellas calles, una duda me llegó de repente. Algo tan importante que se me hace sorprendente el que SungJin no lo haya notado— ¿Cómo vamos a pagar los boletos?

Silencio.

—No creo que tengamos la misma suerte de encontrarnos a EXO...

—Podríamos... —Intentó decir Jae pero Brian negó molesto— Esto es más importantes Brian, podrías darme otro anillo cuando nos casemos.

—No, Jae. No es necesario. —Le dijo SungJin al comprender lo que Jae quería hacer. Estaba loco, seguramente.

—SungJin tiene razón, podemos hacer lo mismo que antes...

—América no es igual que Corea, WonPil. —Brian miró el anillo en la mano de Jae y suspiró—. De todas formas no era tan lindo, ¿No?

Brian tomó la mano de Jae y le sonrió al alto. —¿Estás seguro?

Síndrome del Amor || DAY6 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora