Capítulo 6

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—¡Vamos, aquí! —Gritó SungJin al tiempo que jalaba de mi y me hacía correr por todo el pasillo hasta dar con una puerta, la cual abrió y cerró a la velocidad de la luz. Habíamos entrado a un baño.

—¡Salgan de ahí! ¡Están rodeados!

SungJin y yo nos miramos preocupados.

Ustedes dirán: ¿Qué está pasando aquí? ¿Dónde están los otros dos?

De una vez les digo que no se preocupen por Brian y Jae, ya que ellos están muy contentos abajo, en la piscina del hotel.

¿Hotel? ¿Qué hotel WonPil?

Oh, claro aun no les digo.

Llegamos muy temprano a Los Ángeles, y bueno, no teníamos lugar dónde quedarnos y todos teníamos hambre. Así que cuando salimos del aeropuerto tuvimos que deambular por las calles en busca de una persona con buen corazón, que con algo de suerte nos brinde algo de comida o dinero.

Después de una hora, llegamos a un tipo de centro comercial en donde un chico de estatura monstruosa y cabello multicolor retaba a todo el que creía ganarle en un desafío de baile. El premio eran doscientos dólares. El perdedor tendría que limpiar su casa. Por lo visto, el chico era muy bueno pues nadie parecía interesarse en participar. Pero para sorpresa de todos, Brian alzó la mano y con su raro idioma americano saludó al chico, que según me dijo Jae se llamaba BenYaMin.

Después de unos cuantos acuerdos, SungJin caminó hacia ellos queriendo participar también. Eso si que me sorprendió bastante y por lo visto también a Brian que más bien parecía horrorizados. Le pregunté a Jae, qué tan bien bailaba SungJin.

—Jinnie es bueno... Pero yo soy mejor, deberías verme bailar Fire de BTS.

Primero bailó SungJin... Si es que a eso se le puede llamar bailar. La gente rio y Benjamin le sonrió divertido. Le tendió dos dólares, porque según me dijo Jae, me hiciste el día con tu baile, chinito. Después era el turno de Benjamin. ¡Era como ver a Bruno Mars y TaeYang en una misma persona! Temí por Brian.

Las personas aplaudieron, obviamente.

Era el turno de Brian, y por lo visto creo que baila bien. Al menos mejor que SungJin y hasta hubo uno que otro paso que me hizo jadear sorprendido. Era bueno.

Benjamin terminó diciendo unas palabras, que mi traductor con anteojos dijo, el ganador sería elegido con los aplausos del público.

SungJin recibió los aplausos míos y de Jae.

Benjamin de la mayoría, por no decir de todos. Y un poco abajo, los de Brian.

Así que terminamos saliendo de ahí con veinte dólares, unas que otras personas le habían dado dinero a SungJin por su gracioso acto. Perdón, grandioso.

Pero también salimos con una deuda que pagar. Tendríamos que limpiar la casa de Benjamin.

En realidad la casa de Benjamin no era en si una casa. Benjamin era un turista más de la ciudad, que había llegado desde hace dos días. Vivía en un hotel y tenía dos habitaciones pagadas. Una la usaba como dormitorio y la otra como oficina. Al llegar lo primero que hicimos -despues de comer- fue ver las habitaciones y tantear el terreno. Brian al notar la gran diferencia tomó a Jae de la mano y se encerró con el en  la habitación dormitorio. Y SungJin y yo tuvimos que resignarnos a limpiar la otra. No podía imaginarme cómo hizo Benjamin para convertir esa habitación en un total desastre. ¡Llevaba tan solo dos días ahí!

Pero bueno, teníamos que pagar. Cuando íbamos por la mitad SungJin y yo decidimos tomar un descanso y bajar a la piscina junto a Brian y Jae que habían terminado de limpiar desde hace una hora.

Síndrome del Amor || DAY6 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora