Mis manos temblaban y no precisamente por mis nervios, aunque bueno, tal vez eso si tenga algo que ver. Pero la verdadera causa era el frio, el invierno y toda esa nieve a mí alrededor. Miraba con disgusto como los demás chicos del vecindario jugaban en torno a un árbol gigante, se lanzaban bolas de nieve mientras reían y se empujaban. De solo pensar en sentir aquella bola de agua congelada en mi rostro se me erizaba la piel.
Pasé por ahí sin darles una sola mirada, los conocía a todos y ellos también a mí.
— ¡WonPil! — Recuerdo que aquel chico era JaeBum, un chico insolente y sarcástico que siempre estaba ahí para burlarse de mi o para hacerme ver ridículo. Él siempre se defendía diciendo que yo solo era el culpable de mi desgracia. Así que en aquellos años lo que el antiguo WonPil hizo fue devolverse y darle la cara.
Hasta ahora me arrepiento de ello, una helada bola de nieve aterrizó en mi nariz, que aunque no la sentía pensé que se me había caído. Todos los niños estallaron en carcajadas, excepto el pequeño JaeBum. — N-no, no era mi intención...
Si, tenía siete años tenía derecho a echarme a correr mientras lloraba. Había sido humillado de nuevo, y el golpe me había dolido mucho.
Estaba tan cegado que ni siquiera noté que me dirigía al lado contrario de mi casa, no lo note hasta que choqué con algo.
—Lo siento, lo siento. —Me disculpé más veces pero ya he sido humillado demasiado. La mujer era bajita, llevaba varias bolsas en sus manos y un par de ellas habían caído al suelo. No me insultó, ni me regañó.
—¿Por qué lloras?
Hasta ese momento no había notado al chico que estaba al lado de la mujer, era un niño alto de piel tan pálida que temí estuviera congelándose. Su nariz tenía un leve color rosado al igual que sus mejillas. Su cabello era tan oscuro y ondulado. Nunca había visto un rostro tan perfecto.
—U-un... un chico me golpeó. —La mujer se arrodilló y miró de cerca mi rostro, lo movió de un lado a otro con suavidad—. N-no es nada...
—No, pero deberías de volver a casa. —La mujer se había puesto de pie de nuevo y cogió las bolsas que el niño le daba—. ¿Quieres que te llevemos a casa?
Realmente había recorrido mucho, estaba algo lejos de casa pero no lo suficiente como para perderme. Pero bueno, aquel niño parecía ser un chico lindo y mono. Así que intente llorar de nuevo y pedirle que me llevara a casa.
La mujer me pidió la dirección y el chico y yo nos subimos atrás.
¿A que no adivinan quién era ese chico?
Mi hermoso DoWoon.
Y claro, mi tía. Porque mi suegra era una vieja gruñona que nunca quería salir en compañía de su hijo. Pero su tía era otra cosa, una mujer hermosa y amable.
—Soy DoWoon, pero mis amigos me dicen Woonie.
—Soy WonPil, no tengo amigos pero puedes llamarme WonPil.
DoWoon sonrió, yo sonreí y su tía se rio. Hasta ahora creo que se burló de mí.
(...)
Ahora vayamos a cuatro años después, cuando empecé a ir solo al colegio. Tenía alrededor de once años y por primera vez creí en el destino. Digo por primera vez porque antes no sabía que existía esa palabra.
Como ya no había un JaeBum que me molestara mi sonrisa era gigante aquella vez, caminaba con seguridad por los pasillos.
Hasta que JaeBum 2.0 apareció. Claro que no se parecía en nada, solamente en lo molesto y en que yo era su víctima favorita.
Les presento a HanBin, un chico de escasos modales y boca suelta. Muchos de mis compañeros me decían que venía de los barrios más bajos de la ciudad y que su madre era una amante del coco y que su padre había asaltado una noche a Santa Claus.
¡Tenía 11 años! Claro que no me creí nada de eso. Aunque hubo veces que si dudé...
Bien, en una de aquellas burlas de HanBin uno de sus feos amigos me golpeó en el estómago tan fuerte que creí me lo iba atravesar. Me llevaron a la enfermería.
Mi angelito estaba ahí...
... Con su lindo rostro masacrado.
Bueno tal vez exagere, pero tenía un moretón en el ojo. El me miró y no hubo sonrisas.
—Soy WonPil, no tengo amigos pero puedes llamarme WonPil.
DoWoon entrecerró sus ojos y después me miró asombrado. Esperaba y con eso recordara aquella tarde de Diciembre. Creí escuchar de nuevo la risa de su tía.
Esperamos una hora completa a la enfermera, y mientras tanto hablamos un poco de varias cosas. Su tía se había mudado al extranjero, sus amigos no iban a ese instituto y terminó contándome como recibió aquel golpe. Había llevado la contra a un brabucón de último grado.
Yo ni loco le hubiera negado algo a HanBin. Aunque nunca me había golpeado, siempre lo hacían sus amigos.
— ¿Y tú? ¿Es el mismo chico que la otra vez?
—No. Éste chico era más alto y fuerte. Aunque no diría que más listo.
DoWoon rio y me preguntó si vivía en el mismo lugar que hace cuatro años.
(...)
—Con tantos golpes deberías aprender a no responderle a ese tipo. —Le aconseje una vez. DoWoon resopló enojado.
Es asombroso como éste tipo de cosas no cambiaban en todos éstos años. DoWoon con 16 años aun parecía el chiquillo que volví a encontrar en la enfermería.
—Prefiero ser golpeado a que una masa de grasa me haga sentir inferior.
Por suerte HanBin fue llevado a un reclusorio con todo y amigos, habían asaltado una especie de tienda departamental. No hubo JaeBum 3.0 por suerte. A veces los visito, solamente para verlos sufrir. Quién diría que yo terminaría en un lugar parecido. Ahora que recuerdo esto, cuando despierte le preguntaré a Brian si de casualidad no se había encontrado con HanBin en uno de los tantos reclusorios en los que había estado y desde luego, escapado.
—Si fuera más fuerte, más alto y más valiente te defendería, pero por ahora solo puedo curarte. —DoWoon sonrió y se quejó cuando por error pase el pañuelo con alcohol por su ojo derecho. Él tiene la culpa, su belleza me deslumbró. Aun con todos esos moretones—. Tú eres alto, y he visto que tienes los brazos fuertes. ¿Por qué no te defiendes?
DoWoon guardó silencio hasta que termine.— ¿Sabes guardar secretos?
No sabía, no sé y nunca sabré. Soy una vieja chismosa desde que nací, pero esa vez le mentí.
—Si, puedes contarme lo que sea. No tengo a quien contarle de todas formas.
—La vez que te dije que un chico del instituto me había golpeado era mentira. —DoWoon siempre tenía el mismo rostro neutro cuando hablaba, pero el que veía en aquel momento no era el que había visto aquel día nevado de Diciembre. —Fue mi padre, todos éstos golpes me los da él. Por eso nunca me defiendo. ¿Cómo puedo golpear a mi padre?
Eso mismo me preguntaba yo, ¿Cómo un padre podría golpear a su hijo? Aunque nunca me dijo por qué recibía aquellos golpes. Tal vez su carácter dócil y duro que por alguna razón me recordaba a JaeBum, o tal vez su cambio de humor. DoWoon parecía un chico tranquilo, tierno a la vista y cuando recién lo conoces tímido. Pero llevo años con él, y sé que dentro de esa linda cara existe un hombrecillo enfurecido con la vida.
—Soy DoWoon pero mis amigos me llaman Woonie... —Susurré una vez en mi cama, intentando resolver los paradigmas de DoWoon. ¿Me habrá mentido sobre su padre? Hasta el día de hoy me pregunto por qué su padre lo golpeaba.
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Síndrome del Amor || DAY6
Fanfiction«Brian sólo da miedo, pero SungJin, tú y yo si que estamos locos» «Yo no lo estoy» «Oh, claro que lo estás. Tu tienes el peor síndrome. Tú estas enamorado ¡Tienes la enfermedad del amor! Lo siento por ti, amigo. Éstas perdido» ||| Hola ^^, aquí mi...