El destino nos une

Verdades

¡Hola! Sé que ha pasado un tiempo, pero las costantes celebraciones me han impedido seguir con la historia, sin más aquí hay nueva actualización

Quiero desearles a todos los seguidores de ésta historia un buen año 2018 lleno de oportunidades y buenas cosas, les agradezco de todo corazón su apoyo a mí historia para seguir adelante y que esperen a que actualice, no tengo como agradecerlos.

Sin más, les dejo el capítulo esperando que les guste y recordarles y que tomo como base un poco el manga, personajes y un poco de la historia, por si no lo has leído, para que no te des spoilers.

PD: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de nuestro querido Isayama creador.

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Ordenaba con desdén mí oficina, después de varios días sin poder moverme finalmente podía arreglar y limpiar lo que no había hecho.

Nubes de polvo y suciedad presentes me causaba asco, partículas de polvo volando en la oficina, el sonido del trapo era música para mis oídos.

Una vez terminada mí tarea, me dirigí a mí habitación, más limpia que la oficina por suerte, pasé el trapo por cada recóndito rincón de los muebles, limpié los libros de la estantería y al final sacudí las cobijas de mí cama.

Sonreí instintivamente recordando el gusto de volver a ver mí cama después de aquella noche, me recosté en ella dejando a un lado mis productos y me dediqué a percibir el aroma que las sábanas y cobijas aún tenían impregnado, su aroma, el único que ella podía tener.

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-Con cuidado, o vas a lastimarte...- tomó mí mano con fuerza ayudándome a sentarme en la cama-

-Ya puedo caminar no debes preocuparte...- solté con molestia harto de recibir ayuda de los demás- Tch, está todo sucio- me quejé de ver el polvo en toda mí habitación-

-¿Podrías dejar tu interés por la limpieza un momento?- preguntó fastidiada de mis quejas mientras me acomodaba la almohada- ya puedes acostarte...- lo hice sin quejarme mirándola a los ojos-

-¿Tienes que irte?- le pregunté al verla nerviosa y apurada-

-Aún debo revisar los informes de Hanji y bajar a ése lugar nuevamente- sé quejó dando un soplido- ¿quieres qué me vaya?- preguntó sentándose en la orilla de la cama-

-No- contesté inmediatamente avergonzado- aún no- repetí para hacerle entender-

-Bien, tengo tiempo...- dijo acercándose a mí, adoraba que tomará la iniciativa-

-Entonces hay que aprovecharlo- contesté acercándome más a ella tomándola suavemente de la barbilla- es poco tiempo...- pegué mis labios a los suyos con delicadeza-

Nos dejamos llevar por el beso, suave y tranquilo, de aquellos que nos hacían olvidarnos del mundo y sólo existíamos ella y yo, nos pegamos al otro con rapidez, acariciaba su rostro mientras ella colocaba sus brazos detrás de mí nuca, aprendimos a aguantar más la respiración con tal de no separarnos pronto.

La tomé de su firme cintura, su rápida respiración me incitaba a tenerla más cerca, el dulce aroma de sus cabellos enredados en mis dedos me excitaba a olerlo más de cerca, el choque de nuestras lenguas sé hizo más intenso, un juego por ver quien ganaba y resistía más tiempo.

Pero el oxígeno faltó y tuvimos que separarnos, jadeando con desdén mientras chocábamos nuestras frentes y nos clavábamos en la mirada del otro, perdiéndome en el gris de sus ojos resplandecientes que brillaban tenuemente, aquél color grisáceo brillante parecido al de un diamante sacado del agua.