Él sol comenzaba a asomarse por las ventanas de los dormitorios, aquella tenue pero cálida luz anunciaba la llegada de otro día más en la Legión de Reconocimiento. No recuerdo exactamente cuanto tiempo llevaba dentro de la legión, lo que sí sabía era él porque estaba ahí, y la respuesta era, Eren.
Mi hermano adoptivo que me salvó cuando mis padres murieron, era la única razón para mí, de seguir luchando y haría todo lo necesario para protegerlo. Ese era mi único propósito de estar en la Legión, proteger de Eren a toda costa.Con la entrada de luz por la ventana, mi compañera de cuarto, Sasha, se levantó animadamente, lo que significaba que ya no podría estar tranquila.
-¡Mikasa! ¡Es hora despertarse! - dijo alegremente mi compañera de cuarto, Sasha, asomándose para abajo de nuestra litera para observarme con una enorme sonrisa- ¡Hoy habrá carne para él desayuno! - dijo mientras se le hacía agua la boca-
-Creí que te preocuparía más él entrenamiento de hoy que la comida...- dije secamente poniéndome de pie para comenzar a vestirme-
-¡Sé que él entrenamiento es importante...-dijo inflando sus cachetes como una niña demostrando un enorme puchero- pero es raro que haya carne como desayuno y que no sea un evento especial!- bajó de un solo brinco la cama para comenzar a cambiarse también-
-De cualquier manera tú comes lo que sea, no veo que te preocupa- dije mientras me colocaba mis botas-
-Tan fría como siempre Mikasa...- dijo dando un suspiro-
Llegamos al comedor él cual se encontraba ya lleno, parece que él hecho de que haya carne como desayuno ánimo a todos a levantarse temprano con tal de recibir su porción y no quedarse con las ganas. Divisé todo él comedor en busca de una persona, Eren. Me acerqué a la mesa en donde estaba Eren sentado junto con Armin y Connie. Me dirijí directamente a Eren como siempre solía hacerlo.
-¡Eren! ¿Ya comiste algo?- le pregunté sentándome a su lado-
-¡Mikasa no eres mi madre para decirme que hacer!- dijo con disgusto- yo decido si quiero comer o no- comentó dándome la espalda-
-pero Eren... Es importante que comas algo, ya que él entrenamiento de hoy será muy duro y no podrás aguantarlo- recalqué colocando mis manos sobre sus hombros pero él las quitó de inmediato de una manera brusca-
-¿Acaso éstas diciendo que no podré resistir el entrenamiento?- dijo alzando la voz mirándome con recelo- ¡Cállate de una buena vez Mikasa! - gritó golpeando la mesa provocando que todos nos miraran-
No supe que decir, tan solo bajé la mirada. Desde hace tiempo Eren comenzó a tratarme de esa forma, me gritaba, me empujaba, me hacia a un lado, me miraba con desprecio y hasta podría decir que con odio. No lo entendía, lo único que quería era protegerlo y claramente me preocupaba mucho por él y por eso siempre estaba al pendiente de él, pero a él le molestaba eso, yo sabía que Eren no era un niño, solo quería cumplir parte de mi promesa con Carla, él de proteger a Eren incluso a costa de mi vida, pero últimamente sus acciones me afectaban de cierta manera, al punto de perder esa personalidad que tanto me caracterizaba estando al frente de otras personas. Con él me volvía débil, me sentía frágil y apunto de romperme como un jarrón que cae al piso; sus palabras hirientes sonaban todo el tiempo en mi cabeza y me hacían pensar varias veces que era lo que estaba haciendo mal.
Él silencio era tan incómodo que me daban ganas de salir de ahí corriendo, todas las miradas puestas en mi persona era una de las sensaciones que más odiaba, ser él centro de atención, y en ese momento lo era gracias a las actitudes de Eren, quería salir corriendo de ese lugar, me sentía avergonzada por primera vez, tan solo escuchaba murmullos de la gente pero no sabía que decían, sentí que explotaría en cualquier momento, estaba a punto de ponerme de pie cuando él comandante Erwin entró al comedor.
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El destino nos une
FanficHistoria 100% RivaMika Mikasa se ha dado cuenta de que Eren se aleja cada vez más de ella, apartándola y alejándola de su camino. Por ello, comenzará a relacionarse con más personas y crear mas vínculos, incluso llegando a amar a la persona que meno...